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La mirada nerviosa de el castaño se desvío de forma desesperada, como si tratara de evitar a toda costa aquellas palabras que tanto lo habían torturado e incluso lo seguían torturando, ¿Qué decía? , ¿Qué hacía? .

_Harlequin, ¿por qué nunca me dijiste? _ el tono de voz del peli largo alteró aún más los nervios de el menor y como consecuencia de tal echo sus manos temblaron levemente, casi como un pequeño espasmo, acto seguido sus dedos empezaron a dar vueltas jugando nerviosos como si su mundo se fuera a solucionar con ese pequeño echo.

_no es como tu piensas_ finalmente el menor se había dignado a que las palabras salgan se su boca, y pese a que salieron como apenas un susurro tal como si no quisieran ser oídas habían sido lo suficientemente audibles como para que su “amigo” las ollera.

_Explícame, por favor, pasé demasiado tiempo buscándote, y tu sabías que era yo, ¿por qué no me dijiste? _ su voz salió esta vez en forma de súplica, sin embargo  su rostro se encontraba en paz al igual que su alma,  ya finalmente avía encontrado lo que tanto buscaba, definitivamente ya se sentía bien.

_Yo pensé que tal vez así, y solo así podría hacer que te enamores de mí, hace mucho tiempo que me gustas, y talvez así tu me verías de otra forma, una que no sea familiar, supongo que fue una decisión muy egoísta de mi parte, lo siento_ la voz de el menor salía entre cortada, tal como un hilo delgado que puede romperse en un abrir y cerrar de ojos,  las lágrimas al borde de el abismo que al caer en un vuelo levemente apresurado delatarían por completo su sentir, claro, esto sin su consentimiento, sin olvidarnos de su cuerpo, el cual temblando cual papel estaba al borde de perder la poca cordura que aún poseía el pequeño y frágil cuerpo, ¿cuando fue que aquello le provocaba tanto? ¿Cuándo fue que se había enamorado a tal grado de que no le importara nada y nadie a excepción de el?
Por primera vez en su vida, cuando los ojos de el castaño se abrieron después de ser cerrados con fuerza debido a la vergüenza y el miedo pudieron contemplar lo más hermoso del mundo, los ojos de el más bajo brillaron con fuerza ante tal escena que lo dejó mudo, el rostro de Gloxinia poseía un leve rubor, su visita se dirigía inquieta ante cualquier sitio y sus manos temblaron nerviosas como si su vida hubiese dependido por completo de aquellas palabras que lo habían dejado en tal estado lamentable.

_eres un tonto, yo ya estoy enamorado de ti_ entre tartamudos y en susurro salieron esas palabras, empañando por completo los ojos de el receptor de dichas palabras que aunque no fueron tan poéticas para el menor fueron las más lindas que nunca antes avía escuchado.

Sus labios formaron de forma inesperada y casi apresurada por parte del peli largo un beso intenso y amoroso, todos sus jodidos sentimientos que ambos se habían guardado por años se depositaban en aquel acto, un simple acto  unas simples palabras, unas miradas, cualquier cosa bastaba en estos momentos para que estos chicos pudiesen demostrar su amor incondicional.

Una lágrima rodo suavemente por el rostro de Gloxinia deteniendo su paso en su mejilla, no era una lágrima cualquiera, no estaba feliz, no estaba emocionado, una lágrima pesada, aquella lágrima poseedora de tonto sufrimiento, una lágrima que arrastraba tanto dolor, trataba de aferrarse a la poca cordura que brillaba en el interior de su mente como una vela, una llama, una luz que brillaba en rojo,  rojo sangre, rojo fuego, rojo dolor, rojo euforia, rojo intenso, un rojo que a simple vista le permitió recordar, le permitió reconocer la realidad después de tanto tiempo, recordar y también entender, entender a la perfección que todo estaba perfectamente mal, había sido la pesadilla más bella que nunca antes había tenido,  pero todo aquí estaba perfectamente mal, ¿Cuántas veces había puesto canciones esperando que el dolor cesara? ¿Cuánto tiempo esperó un nuevo amanecer? ¿Cuánto tiempo había permanecido aislado?, sí, todo esto había estado mal, desde la primera vez que supo de el, desde que escucho su voz, todo estaba mal.

Con brusquedad Gloxinia se alejo de el menor.

_basta, para de jugar  con migo de semejante manera_ sus cabellos se devolvieron alborotados y mezclándose por completo con su mente, así es su, mente era un caos.

Sus manos sujetaron sus cabeza con fuerza, con furia y con frustración, meneaba la cabeza de un lado a el otro, tratando de impedir todo lo que ocurría.

_ya basta_ volvía a pronunciar aquello pero esta vez elevaba la voz, rogó con lágrimas cayendo por su rostro.

King observaba tal escena con los ojos abiertos en señal de asombro.

Pese a el silencio el peli largo sabía a la perfección la ubicación de el  contrario, para darle fin a la poca  cordura que le quedaba tomó un florero entre sus manos lanzándolo en dirección a el menor.

Pese a tal acto el castaño no se movió, desde que esto había comenzado ambos ya hacían de pie,  el rostro inexpresivo de King viendo como se dirigía a el tal objeto, no era ninguna sorpresa su falta de reacción.

El único ruido que se escucho a continuación fue el sonido de tal objeto impactándose con fuerza contra la pared y como consecuencia haciéndose añicos volando pedazos de vidrios.

Sin miedo los pies descalzos de es peli rojo se dirigieron a la zona de el objeto roto, no tuvo que esperar mucho para que sus pies se tiñeran de rojos y pequeños trozos de vidrio penetraran su piel y su carne.

El rostro de el mayor no mostraba la mínima es presión, ni dolor, ni quejas, nada, absolutamente nada.

Su cuerpo se inclinó hacía adelante ignorando por completo la “presencia” de su “primo” y entre sus manos tomó sin cuidado un trozo de vidrio afilado que ante tal  brusquedad hirió su mano.

En movimientos lentos posó el objeto filoso en su cuello, en la yugular para ser más exactos, no había presión aún, no por ahora.

_¿si hago esto entonces al fin te veré a ti?  ¿Verdad? _ una pequeña sonrisa apareció en la comisura de el fino labio de el chico.

_así es_ una voz que pareciese imitar a la de Harlequin, pero al final de la frase se había distorsionado un poco, dándole un tono más grave e intenso.

_que bueno, ya que se la verdad no me queda nada más en esta vida_ la preción de su mano comenzaba a ejercer sobre tal sitió manchando su mano sus ropas y su cuerpo de sangre, de recuerdos y de amor.

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¿Se lo esperaban? ¿Alguien entendió lo que pasó?
Si la respuesta es no, no tengan miedo en los próximos cap entenderán.
Pd perdón por tardar tanto, es solo que la inspiración no llegaba a mí y a decir verdad ando bastante ocupada y preocupada por asuntos personales, en fin no los aburro más, bye

El Hospital (Gloxinia X King)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora