Queen of Roses (Español)

46) Promesa

D-1

"Ya no puedo hacer esto", gimió Taehyung, cayendo al suelo junto a Chaeyoung.

Su respuesta fue de apoyo y paciente. "Sí, puedes, solo inténtalo de nuevo".

"Es demasiado difícil. Nunca deberíamos haber comenzado esto en primer lugar".

"Fue idea tuya."

"Bueno, oficialmente me estoy rindiendo".

"¿Cómo puedes rendirte?" Chaeyoung preguntó en un tono exageradamente sorprendido, "piensa en nuestros futuros hijos".

"Ugh bien", se quejó, volviendo a sentarse y colocándose detrás de ella mientras recogía varios mechones de su largo cabello ondulado, "pero solo estoy haciendo esto por los niños".

Chaeyoung se echó a reír, cerrando suavemente los ojos mientras peinaba sus grandes manos a lo largo de todo su cabello antes de intentar trenzarlo nuevamente. Distraída, su mano se deslizó hacia el colgante de jade alrededor de su cuello, la gema lisa le trajo aún más comodidad de la que ya sentía.

Después de su noche salvaje en las aguas termales y la noche aún más salvaje que siguió, su cabello estaba claramente despeinado. Taehyung le había ofrecido atarlo, pero pronto descubrió que no era una tarea tan fácil como había imaginado. Chaeyoung, por otro lado, estaba completamente entretenido por sus constantes gruñidos frustrados y su comportamiento llorón. Era la primera vez que había visto este lado de él, completamente relajado pero ligeramente malhumorado con una cara matutina para completar la mirada. Si esa fuera la cara con la que se despertaba todos los días, entonces todos los días serían perfectos.

Cuando sus dedos se abrieron paso entre su cabello, ella miró las franjas de luz que se asomaban por la oscura mañana. Automáticamente, una sensación de temor floreció en la boca de su estómago, subiendo hasta su corazón y haciendo que se tensara. En unas pocas horas, se separarían. Solo quedaba un día hasta la guerra. Un día de anticipación, temor y preparación para lo peor.

Le llevó varios minutos dominar el arte del trenzado, pero a Chaeyoung no le importó en absoluto. Se quedó quieta como la muñeca perfecta que las sirvientas del palacio la habían entrenado para ser.

Su mente comenzó a divagar hacia su juventud cuando se sentaba de manera similar a como la atendían varias personas. En su apuro por hacerla parecer presentable, las criadas de la corte tiraban y tiraban de su cabello, lo retorcían en nudos apretados y lo sujetaban al cuero cabelludo con apatía. Comenzaría todas las mañanas con temor e irritación, una sonrisa permanente y real plasmada en su rostro mientras flotaba de un día aburrido y repetitivo al siguiente. Elegancia, obediencia, reputación, perfección. Eso era lo que se esperaba de ella allí.

No se parecía en nada a cómo se sentía en este momento con Taehyung. Su toque era suave y amoroso, como si cada mechón de su cabello fuera de seda preciosa. Y aunque él era inexperto y luchaba, ella permaneció perfectamente contenta en sus manos, confiando completamente en él. Las criadas de la corte se desmayarían si vieran su postura ahora, cómodas e inclinadas tanto hacia el toque de Taehyung que prácticamente estaba en su regazo. En el palacio, cada mañana se sentía tortuosamente larga, pero deseaba que esta mañana nunca terminara.

Pero finalmente terminó, como todas las cosas buenas deben hacerlo.

Después de varios momentos llenos de risa y lucha, Taehyung y Chaeyoung regresaron de mala gana al campamento principal de Gaegyeong. Apenas hablaron una palabra sobre el viaje pacífico allí, disfrutando de la presencia del otro por última vez. Apreciando el momento como si no les dieran otro.

El campamento estaba lleno de soldados cuando llegaron. Un gran grupo de ellos ya se había alineado frente a las tiendas con sus caballos, una armadura de acero que los cubría de la cabeza a los pies y sus cinturones llenos de armas nuevas. Lisa estaba entregando panes a cada uno de ellos mientras Jimin los perforaba con las formaciones de batalla finales. Yoongi y Jisoo no estaban haciendo nada sorprendentemente y se quedaron de brazos cruzados mientras Jungkook lideraba un grupo de ejercicio en la esquina más alejada del campo.