Krupnick ❤️ {Justin Bieber}

Capitulo 9 ♛

-¿Se pelearon? -sigue preguntándome Jonah, sin darme un segundo de paz. Hace cerca de dos gloriosas semanas que no sé nada de Justin y mi mejor amigo no puede creer que simplemente hicimos un trato y él desapareció por siempre de mi vida. Es demasiado bueno para ser real, lo comprendo- algo malo tuviste que hacer para que él corriera, sólo dime qué es, quizás si trabajamos juntos podemos arreglarlo. Jolie, por favor, él es el tipo más guapo que ha posado sus ojos en ti, y si no vivo la experiencia a través de ti me lo voy a perder para siempre. No me hagas esto.

-No exageres, por Dios -bufo y sigo copiando la apestosa tarea de Física que inconscientemente Jonah hizo por los dos- estás completamente cegado por su cara bonita, pero si alguna vez vieras más allá de eso te darías cuenta de lo defectuoso que en realidad es y me agradecerías por sacarlo de nuestras vidas.

-Defectuoso o no, es un chico caliente y tú eres una mujer desesperada en tiempos de escasez sexual, además un chico así de guapo y encantador no puede ser defectuoso por ley divina, las cosas no funcionan así, ¿porqué crees que yo soy tan perfecto? Los defectos son para la gente fea.

-Me importa un reverendo carajo si el mugroso chico es guapo, lo único que importa es que no lo tendré que volver a ver. Deja de hablar de él por un segundo.

-Y por esas palabras que acaban de salir de tu sucia boca maldita te declaro la peor amiga del mundo ¿Cómo es que eres tan egoísta? ¿Podrías por un momento pensar en mis necesidades? No, claro que no. Nunca lo haces, yo no te importo en lo más mínimo -suelta, suspirando con dolor. Ruedo los ojos lejos de Jonah, preparándome mentalmente para otra de sus escenas de sus necesidades de amigo gay

-En primer lugar: yo definitivamente no estoy desesperada y no estoy en escasez sexual -miento, tirando ruidosamente el lápiz al piso para demostrar mi punto- en segundo lugar: no sé cómo sigo alab...

-Señorita Jolene Duvarak -suena de la nada misma una fuerte voz extrañamente conocida a través del altavoz de nuestro salón, asustándome por completo- repito: señorita Jolene Duvarak, se solicita lo más rápido que sea humanamente posible su presencia en la oficina del director, por haber infringido descaradamente los limites de atractivo físico permitidos en esta respetable institución. La población estudiantil no está mentalmente preparada para admirar tanta belleza.

¿Qué. Demonios?

Me levanto de golpe con la cara caliente, todos me miran por las estupideces que está soltando Justin por el altavoz, algunos incluso se ríen de mí, en mi cara. Camino con rapidez a la puerta, ignorando a mi maestro, mirando mal a los que se ríen y deseando que Justin no diga ninguna otra cosa.

-De acuerdo con el articulo 124, sección 5, apartado 23, párrafo 4, inciso c, de nuestra sagrada constitución bíblica a la redención del reino divino del señor bendito, toda persona llamada Jolene debe, por obligación legal, rendir tributo diario a su sagrado señor de la quinta enmienda del segundo cielo creado por el rey de todo lo santo, destinado a salvar al mundo de su inminente destrucción apocalíptica, uno de los cuatro ángeles guardianes que crearon el universo y las estrellas y todo lo que es hermoso y sagrado: Justin Drew De Los Cielos Benditos Bieber -sigue diciendo, haciéndome hervir de la furia aun más. No puedo lograr imaginar cómo demonios se metió a la oficina del director y mucho menos cómo se le ocurren tantas incoherencias en tan poco tiempo. Acelero mi paso y golpeo a alguien en mi camino hacía la oficina. Juro por todo lo sagrado que patearé sus partes sensibles cuando lo vea, eso y después torturar su arrepentido trasero- así sea, dictamina la santa Biblia legal de la constitución a la redención del reino divino del señor bendito, amén.

Oh, por Dios, por fin se calló.

-Señorita Duvarak -empieza de nuevo, haciéndome maldecir en voz alta y caminar más rápido- le digo una vez más que se le solicita inmediatamente, acelere su paso por favor, y haga caso omiso a cualquier pensamiento homicida que esté pasando por su subconsciente, recuerde que tener pensamientos impuros es un pecado capital que se paga con rendición sexual ante el supremo señor: yo.