Capitulo 14 ♛

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Justin sigue mis pésimas instrucciones y después de entrar por el lugar equivocado dos veces, por fin da vuelta en la calle donde está mi casa. Desde aquí puedo ver dos patrullas de policía estacionadas en nuestro jardín.

Por un momento tengo un pequeño ataque de pánico al pensar en alguna escena de crimen en mi sala, con el cuerpo de mi mamá masacrado de diez maneras diferentes, pero después recuerdo que desaparecí desde ayer saliendo de la escuela y que la mujer que me parió es la mayor psicótica sobreprotectora y dramática mujer sobre la faz de la tierra. Así que concluyo que lo más probable es que estén ahí porque ella los llamó en medio de su crisis nerviosa porque piensa que alguien me raptó, me violó y me asesinó. Por suerte Justin solo me drogó y posiblemente me toqueteó durante la noche.

-Llegamos, mi querida Krupnick -dice Justin cuando se estaciona frente a mi casa, detrás de una patrulla- pero parece que nuestros amigos policías se nos adelantaron.

-No te preocupes, es todo obra de mi paranoica madre. Gracias de todas maneras, por traerme, obviamente, no por hacer que me drogara y pasara la noche en ese antihigiénico sillón, cerca de ti y tu... alma -miro hacia su entrepierna con recelo, Justin suelta una carcajada y tomo mi mochila para salir de ahí.

-Recuerda, lo que pasa bajo el puente, se queda bajo el puente -me guiñe el ojo y se acerca peligrosamente para besarme, pero el efecto de los brownies mágicos se ha ido así que lo esquivo con mi gran habilidad; haciendo que bese fugazmente mi mejilla, no mis sagrados labios. Porque yo creo en los besos después del matrimonio y él arruinó eso completamente para mi futuro esposo.

-Aleja tus vagabundos labios de mí -digo algo alterada- ya no estoy bajo los efectos de esa maldita droga que ingerí involuntariamente. Ya no tienes tanta suerte.

-Pero no lo estabas cuando lo hicimos por primera vez, y otra vez y otra vez después de eso -exagero, como de costumbre, con voz de sexo- y si no mal recuerdo, los brownies los ingeriste por voluntad propia, incluso cuando te dije que no, te comiste uno tras otro, imparable como un hombre hambriento.

-¡¿Me estás llamando gorda de nuevo?! -casi grito, exaltada. Si no fuera tan evidente su deseo sexual hacia mí, puede que incluso se me bajara el autoestima por esas palabras. La gente se suicida por mucho menos que eso.

-No, solo estoy diciendo que deberías besarme -dice con una sonrisa, como si eso tuviera sentido alguno.

-Prefiero besar a Mochomo -miento descaradamente, dándole una mirada de reojo a dicho perro dormido y tomo mi mochila mientras le doy una sucia mirada, para remarcar mi punto. Abro la puerta antes de que diga otra cosa y huyo, tratando de que mi trasero luzca lindo en el proceso.

En el momento que doy un paso dentro de mi casa, las voces se apagan. Un policía anciano y otro extremadamente gordo voltean hacía mí con una mirada de irritación total, desagrado y frustración; mientras mi madre se levanta del sillón, temblando y trata de limpiar las lagrimas de sus ojos haciendo un gesto de reconocimiento hacía mí. Estoy apunto de preguntar qué demonios pasa cuando mi mamá corre hacia mí y me abraza fuertemente. Ugh, odio este tipo de atenciones amorosas que tiene a veces.

-¿Dónde estabas, Jolene Nahir Duvarak? -suelta, sin dejar de hipar horriblemente. Mi mamá llora de la manera más desagradable del mundo, y lamentablemente heredé eso. Por suerte, lloro muy pocas veces, y casi siempre es por películas o libros. No sé si eso quiere decir que mi vida es aburrida pero creo que sí.

-Lo siento, mamá. Estaba en la casa de un amigo simplemente pasando el rato y perdí la noción del tiempo -digo lentamente, tratando de medir su reacción- no es como si me hubiera drogado con él y su muy caliente amigo latino, y en medio de mi estado alucinógeno hubiera dejado salir el lado sexual que ha estado reprimiendo dentro mí durante años, llegando a prácticamente violar a uno de ellos, ¿cierto?

Krupnick ❤️ {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora