lα curα: tєmpσrαdα ɪ [ⁱᵗᵃᶜʰⁱ]

ᗴᒪ ᑕOᗰIᗴᑎᘔO

ⁿᵃʳʳᵃ ʳᵃʸⁱᵗᵒ

Yin Uzumaki, es mi nombre.

Hoy es mi primera vez en la academia ninja. A pesar de ser sobrina del Mizukage, tener ciertos privilegios y tengo un futuro planeado desde antes de a ver nacido.

No me molesta en lo absoluto, Oto-san quiere que sea una buena Jōnin, por otro lado Oka-san quiere que sea la primer mujer en convertirse en Mizukage.

Lo ven, no es tan malo, de alguna manera deberé ascender de a poco así que complaceré ambos.

Desde los cuatro años entrenado sin descanso alguno, mis habilidades ninjas, entre otras cosas.

He pasado casi toda mi infancia preparándome para el futuro de Kirigakure. Y hubieran seguido así, si no fuera por que Oto-san quería que tuviera amistades y aprendiera de ellas, lo que es el verdadero significado del amor fraternal.

Al parecer mi actitud desconcierta ante los niños preocupo a Oto-san.

No me moleste ante la razón que daba para ir a la academia, también tenía curiosidad en lo que ocurría hay dentro.

Los ancianos que cuenta buenos chistes, lo apoyaron, no todos en su mayoría.

Sin embargo, causó un conflicto entre mis padres. Que los llevo a pelear para decidirlo.

Fue muy divertido ver a los ancianos apostando por el vencedor, claro el Mizukage no se quedo atrás.

Sabia que Oto-san era el mejor en su tiempo de Jōnin, pero nunca imaginé que sería tanto.

Quede asombrada ante tal demostración de poder y habilidades con su katana. Dándole ventaja desde el comienzo.

La pelea de Oka-san y Mizukage-sama, fue la siguiente.

¿Porque?.

Fácil, por apoyar a Oto-san.

"La familia es primero, y yo soy tu Nee-san. Porque te pusiste de su lado!" —le gritaba una y otra vez Oka-san.

"Aposté al ganador, esto no es nada personal Tobiyama!" —argumento esquivando a Oka-san.

—¡¡Yin!! —oigo el llamado de Oto-san.

Deje el peine en el tocador, me miré por última vez frente al espejo.

—¡Ahora voy! —avise, poniéndome de pié.

Tomé mi mochila y baje a la cocina.

—¿Que te tomo tanto tiempo? —me pregunta Oka-san dejando aún lado sus documentos.

—No preguntes cosas obvias —le recrimina Oto-san.

—Lo siento, estoy nerviosa —me senté al frente de ellos.

El desayuno fue puesto al frente de mi.

—Es normal, tienes sangre de Tobiyama después de todo —argumento con pesar. —Pero de igual manera tienes mi sangre, los Uzumakis tenemos muy buena suerte —sonrío. —Veras lo rápido que te adaptas y haces amistades. Cuando menos lo vea venir nos traeras un novio.

Escupí la leche.

—¿Novio?.

Oka-san parecía asustada por esa palabra.

—Si, Tobiyama. Novio —dijo como si nada. —Es bella, déjala que se divierta un poco con los chicos.

Le dio un beso a Oka-san, tratando de calmarla en vano.