012

336 71 6
                                    


Cita 12.


—Ha pasado mucho tiempo.

—Sí.

— ¿Por qué decidiste no venir estas dos últimas semanas?

—Estaba muy... no encuentro ni siquiera una palabra para describirlo.

— ¿Y por qué has vuelto?

—Tenemos un trato.

—Creí que eso no te importaba.

—No lo hace pero tengo que hacer esto, no por mí, sino por las personas que me esperan afuera, por su estabilidad.

—Veo que aún piensas hacerlo.

—Está en lo cierto.

— ¿Cómo te sentías? Deseo saber por qué te alejaste.

—Su estúpida dinámica causo eso.

—Solo era un juego para conocer la forma en la que tú te ves.

—Nunca...

— ¿Nunca qué?

—Nada olvídelo.

—No te cierres, habla conmigo aquí estoy yo soy tu a...

— ¿Amiga? No me haga reír, por favor.

— ¿Por qué no puedes aceptar que alguien se preocupa por ti? ¿Por qué rechazas cualquier acto de cariño hacia ti?

—Porque no necesito que sienta lastima por mí, no quiero el cariño de alguien a quien le pagan por hablar conmigo ¡Demasiada hipocresía!

—Te equivocas.

— ¿En serio? Pues, no lo creo ¿Acaso usted es una psiquiatra gratuita?

—Es mi trabajo ya te lo dije.

— ¡A la mierda su trabajo! ¡A la mierda su estúpida amistad!

—Cálmate yo...

—No voy a aceptar su ¨amistad¨ así que ni lo intente, usted solo es una psiquiatra más para mí.

— ¿Por qué?

—Toda mi vida he deseado sentirme querida por alguien que me acepte como soy y entienda los pensamientos torcidos que pasan por mi cabeza, pero no voy a aceptar un cariño falso de una mujer que finge preocuparse por mí solo porque su cuenta de banco aumenta su suma. Prefiero morir sin vivir eso.

—Pero cuando hablamos de la existencia de los ángeles pensé que te referiste a mí.

—Eso fue una idiotez de mi parte.

—No entiendo.

—Qué raro pero dígame ¿Qué no entiende? Porqué si es mi suicidio no voy a volver a repetir lo mismo.

—No, no entiendo la razón por la cual te estas comportando de esta forma. Tú ya habías empezado a hablar conmigo ¿Qué paso?

—En mi vida pasa de todo.

—Quiero una respuesta clara.

—Y yo quiero que usted pare, no siempre se obtiene lo que se quiere.

—Respóndeme.

—No.

— ¡Hazlo!

—Dije que no.

— ¡Suéltalo ahora!

— ¡Yo soy la culpable, yo me condene!

— ¿De qué hablas?

—Yo deje de luchar contra mis demonios, me acostumbre a las voces y no trate de apartarlas pero ¿Cómo se hace eso cuando lo único que tenía era a la maldita soledad a mi alrededor? ¿Cómo diablos iba a luchar si no tenía en quién apoyarme? pero eso lo cause yo por ser como soy, por no ser normal.

—Quiero que respondas a esto ¿Qué sentiste al ver tu reflejo en ese espejo? ¿Por qué te afecto tanto?

—Odio como me veo y no me refiero a físicamente, en mis ojos se ve lo perdida que estoy y eso duele porque siempre he culpado a todos por haberme convertido en esto pero la única culpable soy yo. Mis decisiones y pensamientos me condenaron, yo decidí proteger la inocencia de mi hermana porque la amo, yo decidí dar a conocer mis pensamientos por los cuales me apartaron, yo deje que los demonios me atraparan, yo decidí cortar mi piel y ahora yo decido morir. Cuando entendí eso mi alma dolió tanto que era insoportable o es insoportable asimilarlo.

—Al verte yo no veo una causa perdida.

— ¿Y que ve?

—Solo veo: Dolor, soledad, miedo pero detrás de todo eso yo sé que tienes fuerzas para luchar. Estoy segura de que en el fondo de tu corazón no quieres morir.

— ¿Cual corazón? ¿Ese que esta tan destrozado desde hace años?

—No, ese que palpita en tu pecho, el que en el fondo desea vivir.

—Tanto hablar con usted ¿Para qué? Confirmo que usted no ha entendido mi situación, mi dolor.

—Te equivocas, sé que duele como nada, sé que te está quemando el alma pero tienes que luchar ¡Lucha antes de rendirte!

—No se puede luchar cuando no hay nada por lo que luchar, cuando todo a tu alrededor es una completa mierda.

—Lucha por ti.

— ¿Por mí dice? Luchar ahora cuando estoy tan perdida es imposible, usted no sabe cuan fuerte son mis demonios, no conoce la fuerza con la que me tienen presa.

Pensamientos de una chica suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora