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Cita 13.


—Lamento tu perdida.

—Gracias.

— ¿Cómo te sientes?

—Normal... igual.

— ¿Estás segura?

—Sí, ¿Por qué todos me hacen esa pregunta?

—Acabas de perder a alguien de tu familia pero no te veo afectada.

—Lo sé.

— ¿Por qué?

—No hay razón para que lo esté.

—Ella era tu abuela.

— ¿Y?

—Murió ¿No te duele? Tal vez para ti sea difícil expresar tus sentimientos pero ella era tu abuela.

—Si usted la hubiera conocido me entendería.

— ¿No eran cercanas?

—No.

— ¿Por qué razón?

—Esa mujer no era mi abuela, jamás lo fue.

— ¿No la querías?

—No ¿Cómo se puede sentir el mínimo cariño por alguien a quien jamás mostró interés en mí?

— ¿Dices que tu abuela no te quería?

—Exacto, siendo cruelmente sincera su muerte no me afecta en lo más mínimo.

— ¿Cómo era tu abuela?

—Corrección: ¿Cómo era esa mujer?

—OK, cuéntame.

—Nunca he conocido a alguien más amargada y egocéntrica que esa mujer. De niña, cuando mi hermana no había nacido y mis padres eran felices junto conmigo, solíamos visitarla todos los domingos cosa que a mí me aterraba. Su forma de darme cariño era regañarme por todo, no podía tocar nada en esa casa, no podía hablar mientras cenábamos y cuando tomaba algo de la mesa sin su permiso, me golpeaba las manos con una regla como castigo. Al crecer un poco más opte por negarme a ir a la visita y luego nació mi hermana y se convirtió en la luz de los ojos de esa mujer. A diferencia de mí, mi hermana tiene el cabello rubio y unos ojos verdes hermosos que llaman la atención de cualquiera.

— ¿Tenia preferencias?

—No solo era eso, ella me odiaba, estoy segura de ello. Al lado de mi hermana yo solo era un trapo viejo y sucio, eso solo intensifico su maltrato hacia mí. Esa mujer creía que yo era un error que vino a este mundo a echar a perder el futuro de mi padre, mi madre se embarazo a muy temprana edad y por obligación ellos se casaron lo que hizo que mi padre dejara sus estudios y sus planes a un lado. Cuando empecé a dar mis opiniones y hablaba sobre mis pensamientos ella me callaba con un «Deja de decir estupideces, niña» o un «¿Cuándo dejaras de ser tan patética?» mis padres siempre me decían que ella si me amaba pero que siempre había sido así de amargada pero yo veía como trataba a mi hermana con tanto amor y supe que eso no era cierto. Sabía que para ella yo debía de dejar de existir y le iba a dar el gusto de verme muerta pero ella se me adelanto.

— ¡Dios santo!

— ¿Sorprendida? Esa mujer no tiene merecido que yo lamente su muerte y no me malinterprete nunca le desee algún mal y mucho menos la muerte, pero no me duele o me afecta su partida.

— ¿Cómo está tu hermana?

— ¿Por qué siempre nombra a mi hermana?

—Por qué sé que ella es lo único que te importa realmente.

—Está destrozada. No ha parado de llorar y sollozar, la noche del funeral lloro en mis piernas hasta quedarse dormida y la forma en la que me abrazo me hizo saber que esta desolada.

— ¿Ella si la amaba?

—Para mi hermana ella era su abuela perfecta, aunque no lo crea yo esperaba que esa mujer consolara a mi hermana cuando yo me fuera.

— ¿Eso no te pone a pensar?

— ¿A qué se refiere?

—Cuando tú te vayas no abra nadie que la consuele, eso la va a destrozar. Perderá a su hermana ¿No vale la pena quedarte por eso, por su dolor? Sera como tú sin nadie que le diga que todo va a estar bien.

— ¡No se atreva a decir eso nunca más! Yo amo a esa niña con todas mis putas fuerzas, ella es la única persona que sé que me ama de verdad, aunque yo no sé lo diga me está matando dejarla. Odio tener que dejar de estar a su lado y eso es algo que me está desgarrando el alma pero ella no será nunca como yo, me asegure de eso. A diferencia de mí, mi hermana está llena de luz y alegría, tiene amigos que la aman, mis padres también están con ella y... ella estará bien sanara con el tiempo, superara mi muerte como debe ser y desde donde quiera que yo me encuentre la voy a seguir cuidando y amando con todas mis fuerzas, porque haber salvado su vida es mi mayor alegría pero no puedo quedarme a su lado... no puedo seguir resistiendo.

—Ahora no puedo dejar de pedirte que no lo hagas. Eres tan magnifica ¿Por qué no lo ves? Has hecho algo tan puro, tan humano. Eres la persona más valiente que conozco

—Yo... ya no lo resisto, esto me está consumiendo a pasos agigantados y si me quedo en algún punto voy a enloquecer de dolor, prefiero morir.

—Por favor solo intentémoslo.

—Esto... es torturador... es desgarrador.

— ¡Llora! Desahógate pero no te suicides ¡Busquemos una salida de la oscuridad!

—No ¡Entiéndalo! Yo estoy muerta en vida y necesito paz para mi alma y entendimiento para mis pensamientos.

—He dejado atrás todo lo que debería hacer con una paciente, mi ética a un lado solo porque deseo ser ese ángel que tanto necesitas, quiero ayudarte a salir de las sombras.

—Las sombras son parte de mí, los demonios son mis verdugos y mis pensamientos son el comienzo de mi decisión... de mi suicidio.

Pensamientos de una chica suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora