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Hacía ya un mes que JungKook había salido del hospital,y hasta ese momento no había tenido ningún problema,bueno,no había vuelto a cortarse ni dañarse. Jimin sabía que el menor aún no lograba liberar sus fantasmas del todo,tampoco tenía mucha ayuda,porque sus padres nunca estaban,y él mucho no podía hacer.

Todos veían a JungKook cada vez mejor,la verdad era que cada vez estaba peor. Pero nadie lo notaba,excepto él y el pelirrojo,quien era el único a quien verdaderamente le abría su corazón.. en la medida de lo que era posible. Había cosas que no le contaba a nadie.

Cada vez estaba más delgado,sus tiernas y gorditas mejillas desaparecieron poco a poco,ya no sentía sus muslos rozar como antes,ya ni lo hacían. Si se quitaba la camisa podría casi ver sus costillas,casi. Muchas veces no podía nisiquiera caminar mucho porque se cansaba con rapidez y cuando se levantaba de golpe se mareaba al punto de sentir que podría desmayarse en cualquier momento.

Pero se miraba al espejo y aún faltaba un poco más,sólo un poco más.

La báscula le indicaba que pesaba 49 kilos y aún se veía gordo. En el fondo él sabía que seguía siendo la misma persona,que seguía siendo la misma repulsión.

Ya no dejaba que su pareja viera su cuerpo desnudo porque le daba vergüenza,incluso sentía que la inseguridad de antes era cada vez más fuerte. Sentía que si Jimin lo veía iba a dejarlo,porque todavía no estaba delgado.

«Nunca dejarás de ser un obeso ingenuo,por más que adelgaces seguirás siendo la misma basura por dentro»

Cada vez lloraba más y comía menos. Ya no podía dormir bien por las noches porque lo único que hacía era pensar en lo horrible que era su vida y en el infierno en el que se había metido.

Si yo hubiera nacido normal,como toda la gente quería,nadie me hubiese abandonado.

A veces daba vuelta el espejo,sentía que no había peores ojos que los suyos para juzgarse.

Pero aquella noche su reflejo estaba mirándolo a través del vidrio,porque era esa noche.

Como su ropa le quedaba holgada,tuvo que ir a comprar de su talla. Y ahí se encontraba,frente al arma más mortal que podía existir. Sus ojos escaneaban su cuerpo y su vestimenta,intentando encontrar todos sus defectos,incluso los que no se encontraban a simple vista.
Llevaba puesta una camisa blanca y unos jeans ajustados color vino,que hacían ver sus piernas mucho más delgadas y largas de lo que posiblemente lo eran. La camisa a pesar de ser pequeña le quedaba holgada,incluso dentro de los pantalones.

—No me veo tan mal..—susurró con una pequeña sonrisa algo decaída,girando en el lugar.

«Te vez horrible,cualquiera vomitaria al verte»

No,no.

Negó y negó,queriendo sacarse aquellas voces eternas de la cabeza. Se sentó en el piso y se escondió detrás de sus rodillas,intentando respirar bien. De pronto sentía la habitación volverse muy pequeña. Sus ojos se volvieron llorosos y las manos le temblaban.

—N-No de nuevo..—gimoteó.

Estaba completamente solo,en la calle no pasaba ni un alma,no se escuchaba ninguna voz más que la suya y las voces de sus fantasmas.

—A-Ayuda...—tartamudeó,sujetándose la cabeza debido al dolor y al miedo.

Siempre que tenía un ataque de nervios de pequeño solía ir su madre a su rescate y lo tomaba de la mano,cantándole tranquilizadoramente hasta que conseguía calmarlo..
Pero claro,cuando descubrieron que éste no había nacido como ellos hubiesen deseado y que luego de eso,empezó a engordar debido a su depresión,todo amor por parte su progenitora se esfumó,sólo eran miradas de decepción por su parte.. Por otro lado su padre nunca lo quiso,siempre lo miró con odio y desprecio.. Aunque claro,lo aparentaba para que el mundo no lo notase. Cada vez que él recaía y terminaba en el Hospital sus padres aparecían mágicamente,preguntando preocupados por su amado hijo...
Él único que estaba para apoyarlo cada vez que ya no quería vivir más era Jimin...

Como pudo se acercó a la mesita de luz y tomó su celular,sentía que iba a desmayarse en cualquier momento de los nervios y el poco oxígeno que entraba por sus pulmones. Marcó su número y esperó.

Hola bebé?.

Ji-Jimin...—murmuró con el último hilo de voz que tenía.

JungKook? Te pasa algo mi amor?—cuestionó alarmado.

—Ayu-da..

Su mano temblaba cada vez peor,su celular cayó al piso,y el menor tuvo que apoyar la cabeza en la cama y cerrar los ojos para intentar controlarse.

Los ataques de nervios parecían más fuertes cuando estaba solo.

『I n s e c u r i t i e s』


Jimin al oír la llamada cortarse de la otra línea salió corriendo rápidamente hacia la casa de JungKook. Sabía que era muy probable que estuviera teniendo un ataque,y éste mismo se le iba a pasar eventualmente,pero no podía quedarse pensando hasta la hora en que debía buscarlo para ir a la reunión si ya se le habría pasado o no.

Él prometió que iba a estar ahí siempre que el pelinegro lo necesitase.

Al menos él si mantenía las promesas.

『🌷』


Insecurities;;JiKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora