CAPÍTULO 74: Y LA VIDA SIGUE PARTE 1

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Una semana había pasado ya desde la partida de Victor, Yuuri y Yurio, los cuales se fueron prometiendo volver pronto a visitar a Misaki y Aiko.
Pero al igual que llegó la marcha de los chicos, llegó también la de Shin, quien muy a pesar, debía volver a Japón para ocuparse de toda la tarea atrasada que tenía en la empresa. Desde papeles que firmar, hasta socios con los que tratar.
Mucho trabajo se le había acumulado después de seis semanas de desconexión total, y ahora debía volver para retomarlo todo.

Como era de esperar, Haruhiko llevó en su coche a Hana y Misaki junto con Aiko a despedir a Shin al aeropuerto, en el cual no faltaron las lágrimas, besos y abrazos por parte del castaño y su madre.

—Volveré antes de que te des cuenta, Misaki.
No quiero perderme ningún detalle de la vida de mi nieta— aseguró Shin besando la mejilla de su hijo pequeño, para después dirigirse a la bebé, que, desde los brazos de su "madre", observaba todo con atención— Adiós, princesita. No le des guerra a mami, y sigue creciendo así de bonita— murmuró acariciando ahora el rostro de la pequeña, que le miraba con la típica sonrisa de bebé a la que le gustaba que su abuelo le dijese cosas.
Claramente, al hombre se le dibujó una tonta sonrisa en la cara, al igual que a los demás presentes.

—Te quiero mucho, papá— afirmó Misaki abrazando a su padre con cariño. El abrazo por supuesto fue correspondido.

—Yo también te quiero, hijo— respondió Shin con dulzura.

Tras esto, se dirigió a Hana, la cual le miraba con una mezcla de alegría y tristeza por tener que decirle adiós después de seis semanas.

—Nos vamos a ver muy pronto. Más de lo que te imaginas. Volveré a buscarte en cuanto Misaki esté preparado para regresar a clase, y Aiko pueda depender menos de él. Pronto estarás en casa— prometió antes de besar los labios de su esposa, y darle un fuerte abrazo amoroso.

—Ya te echo de menos, y todavía no te has ido— contestó Hana de forma nostálgica, sin deshacer el abrazo hasta unos segundos después, en los que Shin se dirigió a Haruhiko, el cual le tendió la mano para estrechársela con formalidad. El hombre se rió, y le dio un abrazo igual que a su familia, pues le consideraba como tal.

—Haruhiko... Cuida mucho de Misaki y de mi nieta. Ahora, ellos deben ser tu prioridad— le pidió Shin aun sabiendo que sobraba decirlo, pues el joven vivía por y para ellos.

—Descuide, señor. Misaki y Aiko lo son todo para mí— contestó Haruhiko de forma sincera.

—Me alegra oír eso— dijo Shin— Pero no me llames señor, que somos familia, hombre— agregó alegremente, para tratar de que su yerno se relajase. Haruhiko sonrió tímidamente, ya que no estaba acostumbrado a esa clase de cercanía.

Unos minutos después, se anunció el vuelo por megafonía, llamando a los pasajeros para embarcar.
Shin se dirigió a su familia, para despedirse por última vez, dándoles un efusivo abrazo a cada uno, y un beso en la mejilla a la chiquitina.
Tras esto, pasó el control policial, y se despidió haciendo un gesto con la mano ya de lejos.

Y de esta manera pasaron seis meses más, siendo Hana la siguiente en irse.
Cuando Aiko ya tenía casi ocho meses, Misaki decidió que retomaría la universidad a finales del próximo agosto.
Pocos meses antes de esto, Haruhiko se había mudado al apartamento de Misaki, para que con la ausencia de Hana, la cual se había marchado tres meses atrás, el castaño no se sintiera solo.

A las pocas semanas de que el mayor se mudase, la pareja empezó a compartir dormitorio.
Incluso ya habían tenido sexo en varias ocasiones, en las cuales, el moreno siempre estaba muy atento a la comodidad y disfrute del ojiverde.

La relación de Misaki y Haruhiko iba viento en popa, pues gracias a los pequeños detalles del mayor, el ojiverde había comenzado a sentir cosas por su pareja, pasando del afecto a un cariño especial que derivó en amor.

Entre el fuego y el hielo [Junjou Romántica & Yuri On Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora