CAPÍTULO 17: RIESGO

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Anochecía en uno de los barrios periféricos de la ciudad. Otabek se encontraba apoyado en una pared, con su habitual chaqueta de cuero negro, y con un cigarrillo encendido.

El chico tenía la mirada perdida, pensando en lo acontecido el día anterior en la pista de hielo.
No sabía por qué, pero siempre que se acercaba al rubio, algo salía mal.
Sentía una extraña atracción por él, una que aún no llegaba a identificar.

Al principio, había supuesto que sólo era atracción sexual, que quería pasar la noche con él y poco más.
Pero después de haber logrado conocerle mejor, se había dado cuenta de que estaba comenzando a sentir algo más profundo. Algo que le asustaba mucho.

Tiró el cigarrillo con rabia, frunciendo el ceño.
¿Por qué justo Yurio? De todas las personas del mundo, ¿por qué justo él?

Victor tenía razón, Otabek sólo le traería problemas.
Pero además, el mayor sabía la razón por la que no debían estar juntos.
Una razón que iba más allá de las malas compañías de Otabek. Y ahora, al moreno le asustaba que Yurio la descubriera.

De ser así, seguramente no volvería a dirigirle la mirada. No después de saber lo que había ocurrido años atrás.
De pronto, el móvil del joven comenzó a vibrar.
Al ver la pantalla, ya supo quién era.

—Otabek, ya estamos todos aquí. Cuando quieras— una voz masculina habló.

—De acuerdo. Voy para allá— colgó, y guardó el móvil, ya de camino hacia su moto.

El joven condujo velozmente hacia el lugar donde había quedado con sus amigos.
Se trataba de una zona apartada, de asfalto y rodeada por coches aparcados en batería.

Ya, antes de pasar entre ellos, aparecían varias personas que parecían vigilar con cuidado quién se acercaba.
Otabek fue pasando con su moto entre los coches, hasta llegar al centro del recinto, donde un grupo le esperaba. Varios de ellos eran sus amigos, y otros  parecían conocerle también.
El moreno paró junto a ellos, y se quitó el casco.

—Si que te haces esperar, ¿eh?— le preguntó el más mayor con una sonrisa irónica.

—Es que últimamente anda desaparecido— dijo uno de sus amigos a modo de reproche.

—Estoy ocupado— se defendió Otabek sin darle más importancia.

—¿Alguna novia?— inquirió de nuevo el mayor.
Pregunta que el moreno ignoró por completo, mientras observaba a su alrededor.

—Ha venido mucha gente— comentó Otabek ante el gentío que se arremolinaba a su alrededor.

—¿Y qué esperabas? ¡Estás aquí! Hacia mucho tiempo que no te dignabas a venir. Las apuestas han caído muchísimo sin ti— dijo lastimero el hombre, sobreactuando, con una mano en la frente.

—Ya, seguro...— comentó incrédulo mirando los numerosos anillos de alta joyería que llevaba— Vamos al 70% hoy, ¿entendido?— le advirtió al hombre. Pero el sonido de varios motores les interrumpieron.

Cuatro motoristas estaban cerca de ellos, observándoles.
Uno se quitó el casco, y caminó hacia Otabek.
Era mayor que el moreno, con el pelo castaño y algo largo. Se notaba que era una persona adinerada, nada que ver con el ambiente que le rodeaba.

—Otabek, ya pensaba que no ibas a venir... ¿Tanto miedo tenías como para desaparecer tres meses?— le acusó con una sonrisa cargada de malicia.

—Isaka... Para nada. Pero al contrario que tú, yo no necesito hacer esto para satisfacerme a mí mismo— rebatió el joven sin pestañear, logrando que el castaño chasquease la lengua con rabia.

Entre el fuego y el hielo [Junjou Romántica & Yuri On Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora