CAPÍTULO 90: LOS MEJORES REGALOS, SON LOS QUE NO SE PUEDEN COMPRAR

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Después de haber sido rechazado, públicamente, por Haruhiko en aquella cafetería, Takahiro sentía la sangre hervirle de odio hacia Misaki, a quien consideraba el causante de las palabras de desprecio  que el mayor de los Usami había utilizado hacia él.
Como de costumbre, sin ver el lado racional de las cosas, Takahiro comenzó a maquinar en su cabeza el plan perfecto para quitarse de en medio, de una vez por todas, a Misaki y a toda su descendencia.
Y si para lograr su cometido, debía también asesinar a Akihiko, lo haría sin dudarlo, pues era muy consciente de que el peliplata jamás le permitiría ponerle un solo dedo encima al castaño.

Mientras tanto, en la mansión Takahashi, Hana se hallaba en su habitación, con el móvil en la mano, marcando el número de teléfono de su adorado Misaki, con el cual necesitaba hablar fuese como fuese, debido a lo mucho que lo echaba de menos, y a las ganas que tenía de retomar la relación con él, para, entre otras cosas, pedirle perdón una y mil veces por haberle mentido de esa manera con respecto a Akihiko, y sus palabras hacia Aiko.
Pero como si el Karma quisiera castigarla, al tercer toque, la llamada se cortó, anunciando que Misaki había colgado el teléfono.
No queriéndose dar por vencida, Hana volvió a intentarlo, recibiendo el mismo resultado una y otra vez, cosa que la desesperaba bastante.
Shin, que la veía decaída, intentó animarla.

—Cielo... Se le pasará. No te preocupes— dijo— Misaki es muy bueno, ya lo sabes. Puede que ahora esté enfadado, pero no tardará en dar su brazo a torcer. Ya lo verás— añadió esperanzado de que así fuera, ya que él tampoco aguantaría mucho más sin mantener contacto con su retoño.

—Eso espero, Shin... Eso espero— contestó la mujer apenada al pensar en su pequeño.

En el penthouse de Akihiko, Misaki miraba su teléfono con molestia desde la encimera de la cocina, harto de tener que colgar constantemente por las numerosas llamadas de su madre, que estaba claro que, a insistencia, no la ganaba nadie.

—¿Qué pasa, mi amor?— preguntó el peliplata abrazándolo por la cintura desde atrás, y posando la barbilla en su hombro izquierdo.

— Mi madre no deja de llamarme una y otra vez. Qué pesada... ¿Es que no se cansa?— preguntó enfurruñado, pues aunque estuviese enfadado con su amigo y sus padres, para él tampoco era agradable esa situación. Akihiko, quien entendía ambas partes, trató de levantarle el ánimo.

—Es normal, cariño... Tu madre siempre te ha querido más que a nada. Desde que naciste, siempre fuiste su ojito derecho. Es lógico que lo esté pasando mal con lo que está ocurriendo entre vosotros...— explicó el mayor afianzando el abrazo a la cintura de su adoración, quien a pesar de todo, aunque comprendía la postura de su progenitora, se sentía incapaz de perdonarla por semejante engaño— Tanto tus padres como Yurio están sufriendo mucho las consecuencias de sus actos— agregó haciendo que Misaki se diese la vuelta para mirarle a los ojos— Pienso que en algún momento deberías perdonarles. Al fin y al cabo, lo hicieron con toda su buena intención. Yo fui un auténtico monstruo contigo...
Me lo merecía...— murmuró bajando la cabeza con tristeza, sintiéndose culpable. El castaño levantó su barbilla con suavidad, sonriéndole dulcemente para animarle.

—¿Cómo puedes ser tan bueno, Usagi-san?— preguntó descolocando a Akihiko, que le miraba sin entender a qué se refería— Yurio y mis padres te apartan durante años de mí y de nuestra hija, ¿y tú me dices que debería perdonarles? Eres demasiado bueno, amor— dijo de forma sincera— Pues no, no voy a perdonarles lo que hicieron porque no se lo merecen. Tuvieron muchas oportunidades para decirme la verdad, y prefirieron seguir mintiéndome a costa de mi sufrimiento, e inconscientemente, del de Aiko. Por no hablar del daño que te hicieron a ti...— añadió— Así que no. No les voy a perdonar lo que nos hicieron— finalizó decidido, besando sus labios con ternura, y dedicándole una hermosa sonrisa antes de irse con su hija.

Entre el fuego y el hielo [Junjou Romántica & Yuri On Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora