Renacimiento [Sheva x Piers] [TERMINADA]

<<Huracán>>

Varias horas llevaba la caminata y Piers no dejaba de vigilar a su acompañante ¡Esa mujer era demasiado testarura! Quería hacer todo en un minuto y no se dejaba doblegar. Aunque debía admitir que era un rasgo que le  fascinaba de ella. Las mujeres de su pasado por lo regular eran sumisas o interesadas, nada que ver con la exuberante morena.

"Sólo unos cuantos días y ya te prendaste de ella, bien hecho Nivans" se autoregaño el muchacho.

Sin embargo, un pensamiento muy diferente se asentó en su mente para recordarle la horrible realidad.

"Ella está enamorada de Chris, es obvio que por eso quiere regresar pronto a tierra. Quiere verlo...¡Que injusticia! Una chica tan impresionante y no correspondida jamás, duele, pero sé lo que se siente"

―Piers...

La voz de la fémina lo exaltó un poco, pensar en esas cosas lo estaba distrayendo demasiado.

―Dime

―¿Crees que el gas nos apañe esta noche?

―Lo dudo,siempre estos días lo evita colocar. En cambio siempre crea una especie de cortina de humo inofensivo para aparentar que está allí.

―¿De verdad? ¿Y en todo este tiempo no pudiste buscar hacer esto?
―Para mí, no es tan fácil, quizás el gas no me haga nada pero me detecta por ser un infectado.
―¡Qué dolor de cabeza! Primero El Sujeto desconocido controla a los infectados cuyo gas los vuelve sua esclavos pero a la vez no los mata, pero los vuelve agresivos y a los nno infectados no los detecta.
―Te dije que no era fácil
―Lo acabas de decir "era" porque yo puedo no ser detectada por él. Me ayudaras a pasar desapercibida y conseguiremos la vía de escape de aquí.
―¿Te han dicho terca que eres? Es demasiado peligroso.
―¿Disculpa? Soy una soldado entrenada para estas situaciones no una niña indefensa.
―No es por eso...
―Yo creo que sí es por eso...no te preocupes por mi ¿Ok? Y escucha subiremos la montaña y hallaremos un lugar seguro para pasar la noche, el cielo empieza a preocuparme.

El de ojos grises miró hacia arriba y divisó una próxima tormenta, tal y como cuando salvó a Sheva. Eso no le daba buen augurio.

―Esta bien, pero ahora busquemos refugio.

Sin tiempo a decir nada más una de las criaturas con tentáculos se puso frente a ellos con toda la pinta de atacar.

―¡Corre!

Ni tardos ni perezosos corrieron lo más rápido que sus piernas dieron, el dolor y el cansancio se hicieron mínimos al incipiente peligro que corrían.

Cuando ya se sentían desfallecer toparon con una pared de metal gigante con una extraña puerta, la criatura algo asustada dió la vuelta y se fue.

Ambos observaron y señalaron lo obvio.
―La puerta del búnker―dijeron al unísono.