—Tenias razón. — dice Damian con disgusto. — Aquí no hay nada que comer.
— Claro que sí — digo con reproche. — Puede que no te guste, pero si hay. Te recomiendo la pasta, es lo único delicioso qué hay.
— Bien.
Me dispongo a hacer la fila yendo hacia donde Sam, Liam, y Task están.
— ¿Me harás la fila?
Al momento que mis oídos escuchan su arrogante pregunta me giro repentinamente y me quedo mirándolo con incredulidad. En todos los años que Sam y yo llevamos de amigas, nunca le hemos hecho la fila a la otra. Sam ni siquiera se la hace a Liam, y bueno Liam se la hizo una vez a Sam pero era una emergencia. Ni decir que una de las razones que nadie le hace fila a nadie, no es sólo porque obviamente esta es larga, pero es como una regla moral no escrita entre estudiantes.
Veo como una sonrisa culpable en su cara reemplaza lentamente la seguridad con la que caminaba antes.
— Es broma.
Vaya broma.
A pesar de todo, sonrío. Es nuevo y de mi parte recibirá un buen primer día.— Aquí no solemos hacerle la fila a otros estudiantes... — empiezo a decir mientras nuevamente me encamino a la fila, ya no siendo posible irnos con Sam y los demás; pues ya otros estaban detrás de ellos — Tenemos un lema : "si no estás, no ocupas" y por lo tanto, nadie le guarda un puesto a nadie. — finalizo la explicación con una sonrisa y planteándole la cara visto a que llegamos al final. — Aquí sufrimos en conjunto.
— Ya veo — dice dudoso.
Nos quedamos observando por un rato sin saber qué más decir. Me alegra en parte no ser la que corta la conversación... muy probablemente por el hecho de que ni siquiera hay conversación como tal. Aparto mi mirada para ver qué tanto nos falta para llegar.
No nos demoraremos, mientras tanto podría graduarme... casarme...
Cuatro niños no estarían mal.Escucho una risa.
— ¿No crees que son muchos? — pregunta de la nada Damian.
— ¿Ah? ¿De qué hablas?
— 4 hijos...?
Seguidamente solté una risa.
— No sabía que estaba hablando en voz alta — digo.
Él simplemente sonríe.
— Sinceramente, no sé cómo eso es posible. Por otro lado, yo me conformaría con 2 hijos.
— Yo no se. — digo honestamente — no lo he pensado.
— ¿Cómo que no lo has pensado? Estoy empezando a pensar que tú mera existencia no es posible.
— Sigo siendo humana.
— mmm ¿Segura?
— ¿Tú qué crees?
Mientras mira hacia arriba, levanta la mano y hace como si estuviese pensando. Me mira, vuelve a meditar hasta que nuevamente regresa su mirada hacia mi.
— Creo que eres un ser extraordinario.
— ¿Y eso por qué? — indago al mismo tiempo que le indico con mi cabeza que debe avanzar haciendo que este camine de espaldas.
— Eres la única que podría llamar delicioso a esa pasta de ahí — dice asqueado señalando con una de sus manos la comida, sin dejar de caminar hacia atrás.
Yo miro hacia la baranda justo detrás de él y sonrío. Se va a estrellar.
Una vez terminamos de coger el almuerzo, me encamino hacia la mesa en donde usualmente me siento con Sam, la cual está en estos momentos riéndose del pendejo de su novio. Observo recelosa hacia la aparente perfecta relación de esos dos hasta que siento un ligero toque en el hombro que detiene mi cuerpo. Miro hacia este y después encuentro al causante de la interrupción de mi crítico análisis: Damian.
Este sonríe y forma una expresión de perrito triste causándome una sonrisa, seguidamente formula con sus labios sin emitir una palabra: "Envidiosa", y finge llorar.
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El significado de lo que me rodea
RomanceNia se mantiene a margen de todo aquello que pueda causarle problemas de más, de lo único que no parece cansarse son de las palabras más raras y exóticas que podrías encontrar. Ahora, ella se ve envuelta en un mar de emociones a partir de haber conf...