Ya han pasado unos cuantos minutos, Sam sigue en el baño probablemente viendo si el pendejo le dañó algo. No creo, Sam se pone solo el maquillaje mínimo para que se vea natural, si acaso le quitó un poco el polvo que tenía antes.
Ahora me dedico a ver detalladamente la habitación. Es grande, las paredes son blancas a excepción de la que está detrás de la cama, esa tiene un tapizado con algunas pinceladas doradas y rosadas. Si bien Sam tenía rasgos vastos y se vestía simple, todo en ella era muy complejo y bonito. Su cuarto era como la parte delicada de su personalidad, su cama era blanca y en estos momentos tenía un edredón gris, a la derecha se encontraba una ventana gigantesca que te dejaba ver la calle, abajo tenía un mini sofá en el cual se encontraba sentado Liam, él estaba mirando hacia afuera. Justo al lado se encontraba el tocador, en la siguiente pared la puerta del baño y un televisor que había sido testigo de muchas lágrimas de parte de Sam y yo al ver "Siempre a tu lado". Y obviamente, una mini biblioteca en donde Sam tenía sus libros. Lo cierto es que Sam era una odiosa, pero era muy sensible en ciertas cosas.
— ¿Como va tu vida amorosa? — me pregunta Liam.
— Es cuestionable su existencia.
Sam sale del baño, le da un pico al pendejo de su novio y se acuesta al lado mío en la cama.
— Tal vez Damián cambie eso. — dice ella en un tono pícaro.
— No me molestaría la verdad — digo indiferente.
El chico nuevo tiene buen físico, hasta ahora buena personalidad, no me molestaría en absoluto fingir ser su novia, sería pan comido.
— Está bueno, a parte tu mono queda con la claridad de su pelo. Se ven bien juntos. — yo solo la miro incrédula.
— Lo conocimos hace 5 días, Sam.
— Él actúa como si fuésemos amigos de toda la vida.
— Gracias por friendzonearlo por mí.
— No sé cómo congenien sus personalidades, pero físicamente se ven bonitos. — afirma mirándome con una sonrisa — ¿Qué opinas, Príncipe? — dirigiéndose a Liam.
— Ay gorda, cuádratelo. — solté una carcajada.
Nuestras risas son interrumpidas por nuevamente el timbre de la casa.
— Llegó tu enamorado — cantarrutea Sam.
Yo pongo los ojos en blanco.
Visto que es el nuevo, decidimos todos ir a recibirlo. Nuevamente, Sam y Liam la cogen conmigo y empiezan a empujarme durante todo el trayecto a la puerta.
"Tú y yo contra el mundo" solía decir Sam. Ahora, Sam y Liam cuentan como por mil mundos, así que es poco decir que un solo planeta entero está en contra mía. Una vez llegamos, Sam abre la puerta y lo recibe alegremente con un "Gracias por venir", seguidamente, se abrazan y se saludan de beso. Repito la acción de mi amiga y le doy paso a Liam, este le da un medio abrazo normal.Empezamos a hacerle un mini tour por la casa, mientras contamos algunas anécdotas del pasado que ocurrieron en cada lugar. Durante todo, los hoyuelos de Damián no desaparecen de su cara, puedo ver una pizca de timidez en todo su ser.
— Y este es mi cuarto. — dice Sam invitándolo a adentrarse a su santuario.
Este en un principio duda, para hacerlo sentir en confianza cojo a Liam del brazo y entro al cuarto arrastrándolo. Giro sobre mi propio eje y miro al chico nuevo... sigue dudando. Me tiro a la cama y lo vuelvo a mirar, le sonrío y así consigo que entre pesadamente al cuarto.
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El significado de lo que me rodea
RomanceNia se mantiene a margen de todo aquello que pueda causarle problemas de más, de lo único que no parece cansarse son de las palabras más raras y exóticas que podrías encontrar. Ahora, ella se ve envuelta en un mar de emociones a partir de haber conf...