Capitulo 10 - Primera fase

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Siento que el alma se me cae al suelo, sudor frío empieza a sentirse por mi espalda y manos, empiezo a percibir una extraña necesidad de acomodarme mi marañoso pelo, y probablemente me vaya a desmayar.

Okay. Tal vez estoy exagerando. El alma no se me cae al suelo, nunca he tenido el famoso sudor frío, mi pelo ya está sujetado por una bandita y no siento que me vaya a caer en la inconsciencia. Pero debo decir que si se me puso la piel de gallina cuando leí de primeras el nombre "Task" dando referencia a que había sido el ultimo en enviarme un mensaje.

Estoy asustada.

Lo que sea que me haya escrito no puede ser tan grave ¿No?

Me doy ánimos para abrir el chat y en un arranque le doy a su nombre.

TASK
"No tenías que escapar de mí."

Claramente no tenía, pero lo hice porque quería y bueno... Damián me apoyó. Estoy un poco anonada por su mensaje, no esperaba ese mínimo interés por mi acto de parte de él, y de todos modos estaba preparada mentalmente para enfrentar a Task el lunes, no quería hacerlo ahora especialmente cuando ya tenía que alistarme para un grandioso día con papá.
Decido dejarlo en visto. No tengo ganas de sobrepensar una respuesta a su mensaje.

Deposito mi celular en la cómoda y me dirijo a darme una ducha. Cuando salgo mantengo mi mente pensando en qué ponerme. Abro el closet y escojo unos shorts de jean claros y una blusa holgada, después de ponerme las medias elijo unos tenis blancos. Siendo completamente honesta, no tuve que elegir la parte de los zapatos, mis tenis son multiuso.
Escucho la usual vibración proveniente de donde dejé el celular. Me acerco mientras seco mi cabello despreocupadamente, suelto la toalla sin tener en cuenta donde cae esta y observo maliciosamente la causa de que mi celular suene.

TASK
"No vas a responder a mi mensaje?"

Dios. Qué intenso.

¿A quién engaño? Que satisfacción da que el chico que no te corresponde te escriba y te insista. Aunque no sé si a eso se le pueda llamar insistir, de igual manera tenía que esperarme que el amargado no suele ser la persona más compasiva de este mundo. Obviamente me iba hacer responderle y de paso recalcar el hecho de que no he sido capaz de hacerlo.

Así es como respondo lo mejor que se me pudo haber ocurrido.

YO
"Jeje, no."

No voy a contestarle más. Eso es todo lo que recibirá de mí este fin de semana. Salgo de mi cuarto y desciendo al primer piso sabiendo de quién pertenece la voz que escucho hablar con mi mamá.

— Bueno días. — expreso cortante cuando hago aparición ante las dos personas sentadas en el comedor de madera oscura justo en frente de las escaleras.

Mi padre se levanta y se acerca rápidamente hacia mí, me ofrece una cálida sonrisa y soy consciente de que está conteniendo uno de sus efusivos abrazos. Estoy segura que Alaska si ha recibido muchos de ellos.
Elevo las comisuras de mis labios curvando la línea que estaba formando antes y pronuncio:

— Hola papá ¿Ya nos vamos?

Agranda los ojos y desplaza sus tensos brazos hacia atrás buscando algo en sus bolsillos traseros y rápidamente hacia los de adelante - un hábito usual de él cuando intenta reaccionar rápido hacia algo -, mueve su mirada hacia todas partes y se devuelve al comedor a recoger sus llaves del carro.

— S-si, ya podemos irnos. — dice acelerado, dirige su mirada hacia Alaska y pregunta:— ¿tienes todo listo? ¿Cepillo? ¿Medias? ¿Panties? ¿Toallas? ¿Qué más necesitan ustedes las mujeres?

El significado de lo que me rodeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora