Me encontraba aparcando mi bicicleta mientras tarareaba una canción inventada. Una vez finalicé, me dispuse a adentrarme a la escuela.
La semana había pasado sumamente lenta. No había pasado nada extraordinario a medida que pasaban los segundos, porque si, el tiempo pasaba tan lento que en Valley School los segundos parecían minutos, los minutos parecían horas, y las horas asimilaban la estadía en el mismísimo infierno. No me quejaba, el chico nuevo me distraía bastante; pero me sentía mal al pensar que solo sería por esta semana, para la que viene ya tendría todo su horario listo y personalizado. Hoy ya era viernes, y gracias a la fuerza omnipotente, salíamos antes de almuerzo; de todos modos, las clases de hoy eran relajadas, a excepción de química a última hora.
Habiendo abierto la puerta de vidrio, me permití ver unos cuantos segundos a los estudiantes, era muy interesante ver las diferentes expresiones y actitudes que tomaban. Como siempre, estaban los mismos con los mismos en el mismo lugar. Me encaminé hacia mi casillero para recoger todo lo necesario para el día.
Mi bicicleta no me permite llegar directamente arreglada a la escuela, pero no me molesta en absoluto, es una sensación hermosa escuchar y sentir tu entorno. El aire chocar contra mi cara, ver como todo pasa, y escuchar la tranquilidad del barrio, iban por encima de mi ya incontrolable pelo. Al inicio solía llegar con el pelo muy enredado, recuerdo haber tenido que cortarme un mechón ya que el enredo era gigantesco; hasta que un día se me ocurrió hacerme un fuerte moño. A veces, vario el rápido peinado también con una simple trenza. Ahora suelo llegar pareciendo horriblemente despeinada con todos mis pelos disparatados, pero una vez lo dejo suelto, mi melena cae y da un muy bonito efecto. Se ve bastante natural, pero arreglado; una combinación perfecta.
Así es como repito mi acción de todos los días, me miro en el espejo específicamente colocado en la puerta de mi casillero y suelto mi moño con cuidado de no maltratar mi pelo. Finalmente, empiezo a acomodar mi melena desordenándola ligeramente en la parte de arriba. Me gusta que a contra luz el color a los alrededores no sea casi perceptible, lo hace ver delicado no demostrando lo endemoniado que verdaderamente está. Estoy por terminar de convencerme de que me veo lo suficientemente decente cuando el chico nuevo se para detrás mío.
— Nunca he visto a alguien arreglarse tanto.
— Eso lo dudo — digo al mismo tiempo que me giro a encararlo pensando que se refería a mi.
— Tú no. Mira allá— dice disgustado observando hacia adelante en la otra parte de la pared.
Mi curiosidad no tarda en llegar haciendo que busque a la persona que está viendo. La respuesta viene fácilmente; Isabella Caree, presidenta de los clubes de belleza, y vaya que se podía ver el por qué. Su ropa siempre era delicada y con clase, si bien no era extravagante lograba capturar la atención de la mayoría de chicas (para copiar el outfit después), y unos cuantos chicos (con claras intenciones morbosas). Por otro lado, siempre portaba un peinado de pelo suelto, hoy se había decidido por agarrarse dos mechonzitos de pelo y recogérselos en la parte de atrás con un moño a juego con la ropa que traía. Su maquillaje suele ser ligero y natural, sin embargo era notable gracias a que se la pasaba todo el tiempo revisándoselo y haciéndole retoques. Justo en esos momentos, eso era lo que estaba haciendo.
— ¿Por qué pones esa cara? — pregunto desconcertada por el disgusto en su cara.
Quita su mirada de Bella para responderme, sin embargo, es interrumpido por la campana que nos indica que ya es hora de ir a nuestras celdas.
— ¿Qué clase nos toca? — pregunta aburrido.
— Sociales.
Al ver la expresión de disgusto que pone ruedo mis ojos y me dirijo al salón. Cuando siento que este me alcanza poniéndose al lado mío, decidí hablar.
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El significado de lo que me rodea
RomanceNia se mantiene a margen de todo aquello que pueda causarle problemas de más, de lo único que no parece cansarse son de las palabras más raras y exóticas que podrías encontrar. Ahora, ella se ve envuelta en un mar de emociones a partir de haber conf...