Capítulo 9: amigos.

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Al día siguiente me levanté temprano para ir al instituto. Nada más entre por la puerta oí un grito y Alicia junto con Daniela se acercaron a mi corriendo para engancharme cada una de un brazo.

– ¡PUTA MADRE! - grité yo abriendo mucho los ojos.

–¿Se puede saber que hiciste el sábado noche? ¡Nos tenias preocupadas!

– ¡Seguro que estabas con mi hermano rubia peligrosa! Un momento... ¿que haces rubia? ¡Te queda divino! - me dijo Dani mientras sonreía y me soltaba un poco.

– Dani no te distraigas. ¡Esta furcia peligrosa desapareció de la fiesta y no se la volvió a ver el pelo! - dijo la morena frunciendo el ceño. Dani me volvió a agarrar más fuerte y me miro con expresión severa.

– ¡Ni siquiera se te ha ocurrido llamar! Y si te hubieran secuestrado ¿que?

– ¡Que sea la ultima vez o sino cuando te volvamos a ver te meteremos en una cajita de madera y te enviaremos por correo a Rusia! ¿¡Entendido!?

Asentí rápidamente algo asustada mientras las miraba a las dos como si estuviera viendo un partido de tenis.

– Bien y ahora... ¡Cuentanoslo todo! - gritaron las dos a la vez mientras me zarandeaban cada una de un brazo y me miraban expectantes.

– Ya, ya, putas locas soltadme... ¡Sacadmelas de encima por Dios!

Me zafe de ellas y las tres nos empezamos a reír a carcajadas, mientras la gente nos miraba.

– Esta bien, esta bien, os contaré todo... - dije mientras esbozaba una sonrisa maliciosa - ¡pero cuando acaben las clases!

Salí corriendo antes de que pudieran detenerme y las oí gritar como locas detrás de mi mientras me llamaban de todo.

Llegué a mi clase sofocada de correr así que entré y prácticamente me tiré en la silla.

Cuando pasó la clase salí y me encontré con Dani y Alice apoyadas cada una en un lado del marco de la puerta, cruzadas de brazos y mirándome con cara de asesinas.

–¡Eres una mala perra! - gritaron las dos a la vez y yo volví a reírme como una descosida.

– Esta bien, salgamos de aquí y os cuento.

Nos dirigimos al centro comercial que había en frente del instituto. Entramos al Starbucks (hipsters bitch) y pedimos. Nos sentamos a esperar a que nos llamaran y yo empecé a contarles lo sucedido. Cuando iba por el momento en el que Alan me había empezado a contar lo sucedido la anterior noche, no trajo nuestros cafés un chico monisimo que le hizo ojitos a Daniela mientras ella se ponía como un tomate

– Bueno, venga sigue - me apremió Ali con los ojos como platos.

Continúe contándoles lo sucedido y cuando termine ambas pegaron un grito.

– ¡Vas a ser mi cuñada! - gritó la rubia mientras se levantaba y me abrazaba tan fuerte que no podía respirar.

– Ya, ya, sueltame... ¡No puedo respirar! ¡Me ahogo! ¡Quitadmela de encima! ¡SOCORRO, LA RUBIA ZUMBADA ME ESTA APLASTANDO!

Dani se apartó de mi y luego me sacó la lengua (no se parecía en nada a su hermano. Ella era rubia con los ojos azules grisáceos. No tenia la sonrisa de medio lado de su hermano ni el bronceado de la piel. Tampoco era arrogante ni una creída, cosa que su hermano tenia para dar y regalar. Pero, sin embargo, los labios y la nariz eran muy similares, y ella, al igual que el, se pasa la vida riéndose y haciendo bromas o gestos con la cara) se volvió a sentar y entonces fue cuando Alicia me tiró el jarro de agua fría que yo había estado intentado evitar todo el tiempo.

– ¿Y que pasa con Bernie?

No había querido pensarlo, pero me sentía como si estuviera traicionando a Bernie, había pasado una tarde genial con él y la verdad es que me moría de ganas de verlo. Pero a la vez estaba Alan, con el que había compartido algo más pero con el que no había concretado que era ese "algo más".

– Somos amigos - contesté yo- al igual que Alan y yo. Tan solo somos amigos.

Dani y Alice se miraron y se empezaron a descojonar. Si no hubiese sido porque el chico que estaba tremendo vino a ver si queríamos algo más, hubiera jurado que se habrían acabado meando encima.

*******************

– Es él - dije en un murmuro - ¡Es él! ¡ES ÉL!

Alice y Dani miraron la pantalla de mi móvil y después las tres pegamos un grito mientras saltábamos y nos abrazabamos. Todo el centro comercial nos estaba mirando.

–¡Cogelo! ¡YA! - grito desesperada la rubia.

– ¿Que? No, ni se te ocurra. Dejale que llame otra vez.

– ¿Estas loca? ¿Y si no la llama otra vez?

– Y si se la nota desesperada al cogerlo que ¿eh?

–¡Mejor eso a que no la llame!

–Chicas, chica...

–¡COGE EL PUTO TELÉFONO! -gritaron las dos a la vez mientras me interrumpían.

Cogí el teléfono y me lo coloqué en la oreja mientras Ali y Daniela pegaban sus orejas al móvil para poder escuchar algo.

–Hola morena casi podía notar su sonrisa al otro lado del teléfono.

Hola. Que sepas que ahora soy rubia.

Seguro que estas genial de todas formas. ¿Que te parece si quedamos en una hora en la playa?

– ¿Estas seguro? Te recuerdo que aún me tienes que pagar lo del skate...

Segurisimo.

–Genial, te veo en un rato entonces. ¡Lleva tabla de surf!

–Adiós rubia-se despidió mientras reía.

Y colgué.

– ¿Y bien? - me preguntó Dani.

– ¡He quedado con él en una hora! - volvimos a saltar y chillar como tres histéricas - necesito un bikini... ¡YA!

(Daniela en multimedia)

¡Muchísimas gracias por leer a todos! Ya estoy algo más convencida de como va tomando forma la historia aunque aun tengo mis dudillas. Lean, voten y comenten si pueden. #TeamBernie #TeamAlan

¡Un besazo enorme a todos!

AlohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora