Secuestrado 黑 |wowkwan|

c a p í t u l o; 8

— Te encontraran en la sierra donde se supone que desapareciste, dirás que te encontraron unos cazadores y que han estado incomunicados en su cabaña por la tormenta... lo demás lo dejo a tu imaginación.
— Gracias — lo beso sin haberlo pensado demasiado y se odio porque le gusto más de lo que hubiera querido.
— ¿De verdad que no quieres quedarte? — le dijo acariciándolo de nuevo.
— Lo siento, no puedo.
— Esta bien, pues vamos.
Él se vistió con la ropa que había traído el primer día y una campera de él, bufanda, guantes...cuando estaba ya en la puerta para salir él lo tomó en sus brazos, apretándolo contra su cuerpo duro.
— Voy a echarte de menos... última oportunidad para quedarte.
— Lo siento — susurro el por segunda vez antes de que él lo besara apasionadamente, mientras el sentía un leve pinchazo en el cuello.
— Tenía que sedarte, no podía arriesgarme a que veas donde estamos. Adiós, mi amor.
Y de nuevo lo tomó entre sus brazos sin sentido.
Todo lo demás fue como una tormenta de sucesos: la policía cuando lo encontraron, la ambulancia, el hospital, sus amigos, la familia...Y por fin todo acabo y se sorprendió de lo fácil que es volver a la rutina del trabajo, los amigos... y eso le gustaba, ahora se sentía bien, era como si la vida le diera una segunda oportunidad lejos de aquella pesadilla que aún se repetía en sus sueños y despertaba gritando y envuelto en sudor, pensando en los últimos momentos de aquellos pobres chicos y en él, que volvía cada noche a su mente como un ladrón de sueños.
Pero eso lo tendría que superar poco a poco.
Pasaron los años y no volvió a saber nada de Sehyoon, había cumplido su promesa de no acercarse a él, y ahora se sentía seguro de verdad. Había cambiado de piso, ascendido en el trabajo y comprado un coche nuevo; la vida por fin le sonreía y dejaba atrás los malos recuerdos.
Era el día de su cumpleaños y había preparado una fiesta esa noche, pero antes quería ir a comer con sus amigos:
— ¿A dónde vamos? — Pregunto Chan en el coche
— He reservado mesa en el mejor restaurante de la ciudad y nos vamos a dar un homenaje... pago yo.
— Eso está bien, no todos los días se cumplen 23 años, ancianito, y esta noche hemos invitado a todos los solteros en edad de la ciudad y... alguno te llamara la atención, estoy seguro.
— Sabes que no, me he retirado por completo del mercado. Estoy destinado a la soledad — dijo Byeongkwan dramatizando.
— De acuerdo, de acuerdo más para mí.
Aparcaron el coche frente al restaurante y entraron entre risas y bromas, mientras esperaban a que la mesera los acomodara. Byeongkwan se quedó paralizado: allí al fondo del salón, creyó ver a Sehyoon.
Pero, no podía ser él, estaba de espaldas y no le veía bien; sentado con otro joven y enfrascados en una animada conversación.
No sabía si era o no, pero no iba a quedarse allí para averiguarlo.
— Pero, ¿A dónde vas Kim Byeongkwan? Espera un momento, ¿Qué te ocurre?
— Lo siento chicos, será mejor que cambiemos de restaurante, he visto a alguien que podría amargarme el día.
— Pero, ¿quién es? ¿un chico, algún lío? ¡Vamos, Kim! No nos hagas esto...
Y entre preguntas y protestas salieron del restaurante.
El día transcurrió rápido y sin más percances, aunque el rubio no se sentía del todo tranquilo. Pero, eso cambio cuando llego a casa y se encontró con todos sus amigos y familia en la fiesta.
La fiesta se prolongó hasta altas horas de la noche y no volvió acordarse del incidente del restaurante. Durmió lo que quedaba de noche y fue al trabajo feliz pasando un día tranquilo. Por la noche había quedado con los chicos para cotillear de la fiesta, ya que había muchas cosas que contar porque más de uno salió con compañía. Y cuando quisieron darse cuenta era tardísimo:
— Bueno, mañana quedamos en casa de Jisung para seguir con esto... — dijo mientras se despedía en la puerta.
— ¿Podemos llevar compañía?
— De eso nada, solo nosotros. Si no, ¿cómo vamos a reírnos de ellos?
— Vale, vale, hasta mañana — dijo despidiéndose de todos.
No la apetecía recoger, así que decidió ir directamente a la cama, pero llamaron a la puerta:

— Y ahora ¿qué pasa? — dijo abriendo la puerta y encontrándose frente a su peor pesadilla.
— Hola, Byeongkwan, que gusto me da verte — dijo Sehyoon entrando y cerrando la puerta tras de sí.
— ¿¡Tu?! Pero, pero, me prometiste que... que... no — balbuceaba el mientras retrocedía.
— ¿Qué no, que? ¿Qué no te volvería a buscar? ¿Y no lo he cumplido? El pacto lo has roto tú, fuiste tú el que me vio en el restaurante y preferiste huir a cumplir tu promesa.
— De acuerdo, tranquilicémonos. Yo no puedo desaparecer de nuevo, sigo teniendo miedo de ti, me despierto por las noches aterrorizado...
— De ahora en adelante, yo estaré a tu lado para abrazarte —dijo sacando una jeringuilla del abrigo — ¿Será esto necesario?
— Sehyoon, por favor, no ha cambiado nada desde la última vez —dijo intentando alejarse de él— no puedes hacerlo, no puedes hacerme esto otra vez.
— He cambiado, cumplí mi promesa, no habido ningún chico más y ya es hora de que cumplas tu parte — dijo tomándolo del brazo y atrayéndolo hacia él.
El rubio intento soltarse, escapar; pero fue inútil. También intento gritar, pero Sehyoon cubrió su boca con sus labios.
— Bienvenido a tu nueva vida — sentenció clavándole la aguja en el brazo— Te amo.
Fue lo último que escucho antes de desvanecerse.
Allí fue cuando todo volvía a empezar...

Perdón por las notificaciones, estaba editando algunas cosillas estéticas de la fanfic para que se vea más bonita💜
Entre otras cosas decidí dar fin a la fanfic aquí...
Bueno no xd, tendrá un capítulo final, la verdad no quería escribir otra parte más pero no soy tan mala, les daré las respuestas que buscan.
Si veo que hay varios comentarios y votos mañana mismo público el capítulo final, si no, nos leemos el sábado nun, muchas gracias por haber leído.💜