Una joven hermosa, la más hermosa... Toda una lastima que sea una belleza escondida lejos, lejos de todo el hecatombe que significa el Juego de Tronos, hasta el momento en el que ella decida ser jugadora.
❝Se desatará el fuego en el invierno, sera...
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Desierto, cerca de Pentos, Ciudades Libres, 298 d. C.
Luego de que Allyanna tuviera puesto nuevamente su vestido de cuero, salió de la tienda y se dirigió hacia donde estaba la madat* y le pidió que le hiciera un atuendo a su hermano.
— M'ach anha zigereo clothes ha anna brother. Laz yer tat me ha anna? (Hola, necesito ropa para mi hermano. ¿Puedes hacer eso para mí?) –dice Allyanna mirando a la mujer con una pequeña sonrisa.
— Sek, khaleesi. Yer hash ma erinak akka zheana. Allayafi jin vezhof. (Sí, reina. Usted es muy amable y hermosa. Como una diosa.) –dice la mujer dothraki, con una sonrisa.
Allyanna asiente y agarra los ropajes que le extiende la mujer y se devuelve a su tienda, siempre acompañada de Irri y Doreah, se dirige a esta última.
— ¿Podrías llamar a mi hermano? Dile que necesito hablar con él. –dice Allyanna agarrándose un largo mechón de cabello. Le ponía los pelos de punta, después de lo que había pasado con su hermano, él le aterraba.
A pesar de que Allyanna estaba rodeada de peleas y muertes día y noche, a ellos no les temía, ellos le respetaban, aunque fuera por obligación, pero lo hacían. En cambio, Viserys no, él no la respetaba ya no, él era su mayor amenaza. Sus pensamientos pararon abruptamente al sentir gritos de mujer fuera de la tienda, hasta que por la entra pasa Viserys agarrando a Doreah del cabello y esta venia sollozando y gritando.
— ¡Mandaste a esta puta a darme ordenes! –dice lanzando a Doreah al suelo. - ¡Debería haberte mandado su cabeza! –dice Viserys enojado. Allyanna tiene el rostro lleno de indignación y consternación.
— Tiholat anna, khaleesi. Anha disse tat fin yer qaf anna tat. (Perdóname, Khaleesi. Sólo hice lo que usted me pidió.) –dice Doreah en dothraki.
— Me ajjin davra, tranquila. (Está todo bien) –dice Allyanna. –Irri, llévatela y déjanos. –Allyanna mira a Irri.
Irri hace lo que su Khaleesi le pide y se retira.
— ¿Por qué la golpeaste? –pregunta Allyanna mirando a Viserys.
— ¡¿Cuántas veces tengo que decirte que tu no me ordenas?! –pregunta Viserys siseando debido a la molestia que tiene.
— No te estaba mandando. –dice Allyanna con voz suave, tratando de calmarlo, sabía que no saldría nada bueno si él no se calmaba. –Sólo quería invitarte a comer conmigo. –dice la Targaryen señalando a la mesa que tenía aperitivos.
— ¿Qué es esto? –pregunta Viserys agarrando las ropas que Allyanna mando a hacer para él.
— Es un regalo, lo mande a hacer para ti. –dice Allyanna con una gran sonrisa. Esperaba que a Viserys le gustara para que no estuviese haciendo estupideces y pudiera sentirse a gusto mientras se hospedaba con ella y su esposo. Porque Allyanna esperaba que después de que Khal Drogo le diera los guerreros él la dejara en paz a ella y a su hermana.
