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Adriana

Estaba en casa con Agus preparándonos para salir, habían abierto un boliche nuevo cerca y teníamos que ir. Me había puesto un top y una pollera de cuero, nos maquillamos, nos peinamos y salimos a la calle. A dos calles del lugar ya se sentía la música, y cuando entramos no se sentían ni siquiera nuestras voces. Mientras Agus buscaba a otras amigas, yo fui a la barra a buscar algo para tomar.

—Dame un martini de manzana. —le grité al barman.

Fui a bailar, y por suerte, no había rastros de Ignacio ni de Tomás. En otras ocasiones, me tuve que ir de las jodas porque no me dejaban tranquila, mucho más Tomás, que mandaba a Mauro o a otros amigos porque el no quería invitarme a bailar, sabía que lo iba a rechazar y eso le afectaba a su frágil ego.

Volví a la barra y esta vez me pedí un vodka, pero antes de pagar, se me acercó un chico y me invitó el trago.

—¿Venís con alguien, bombón? —era rubio y tenía la voz como típico cheto de cuarta. Pero era lindo y me invitó un trago, así que le voy a dar chances.

—Si, ¿y vos?

—También, ¿querés bailar? —me preguntó, yo asentí con la cabeza, me tomó de la mano y me llevó a la pista.

Estuvimos bailando un rato, pero me acordé que al otro día tenía colegio. Busqué a Agus por todas partes, pero no la encontré (espero que esté con un chabón), así que me fuí sola.

Caminé una cuadra con un poco de miedo, ya que no era una zona que yo conocía, y además nunca falta el borracho pelotudo que te tira piropos asquerosos. En un momento se me nubló todo, y sentí como me caía al piso, pegando mi cara contra el cemento roto de la calle.

Tomás

Esa noche mis papás me dejaron cuidando la casa, y no me permitieron salir a ninguna parte. Me quedé hablando por teléfono con mis amigos y escuchando música, hasta que se me terminó el porro. Salí de la casa para comprar más, pero cuando me di la vuelta para cerrar la puerta con llave, se sintió como cayó algo al piso. Me volteé y vi a, nada más y nada menos, que a Adriana, al otro lado de la calle, con un hombre encima de ella. Tenía la cara ensangrentada, y estaba llorando. Grité, y el hombre se fue corriendo. Ella se quedó ahí tirada, hasta que yo crucé la calle.

—Tomás sacame de acá por favor. —me pidió llorando.

—Vamos.

La levanté y la llevé en mis brazos de vuelta a casa, y la acosté en el sillón.

—¿Segura que no te lastimaste nada más que la cara?

Asintió y yo fui al baño, mamá siempre guardaba un botiquín ahí. Le limpié las heridas que tenía en la cara y en el brazo, pero en un momento se quedó dormida así que la dejé en el sillón y fuí a mi habitación.

Adriana

Anoche Tomás me había encontrado cuando ese hombre me quiso robar. La pasé malísimo, pero gracias a el es que no me robaron todo. Pasé la noche en su casa, y a la mañana siguiente el se ofreció a llevarme al colegio.

—Gracias —le dije cuando estábamos en el auto— .No se que hubiera hecho sin vos anoche.

—No pasa nada linda, acordate que siempre te voy a ayudar.

Llegamos al colegio y yo entré a mi clase con Tomás, lo despedí y me senté al lado de Agus, la cual me hizo un inmenso cuestionario con respecto a las heridas en mi mejilla.

Ignacio

Vi a Adri entrar con el boludo de Tomás, y eso no me gustó.

—Esto no se va a quedar así. —le dije a Paulo.

🐚🐚🐚

Hola gente voten, comenten y eso. Paulo es Paulo Londra  y Mauro es Duki. Bueno besos nos vemos el mes que viene.

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⏰ Última actualización: Jun 25, 2019 ⏰

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por una mujer; ecko x c.r.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora