Tane se incorporó tan rápido como pudo, los golpes de Phil eran tan fuertes que le sacaban todo el aliento si estos lo impactaban directamente. La única ventaja que tenía sobre el caballero era que al parecer tenía más control sobre sus dotes que éste. Aunque al ojo mortal fuera imperceptible, Tane notaba que Phil aún tenía problemas con la visión compartida, veía cómo en ocasiones se trababa en un movimiento de la espada al tiempo que intentaba mover a sus marionetas, y eso le costaba recibir golpes y cortes en su propio cuerpo que, de no ser por la gracia brindada, estaría en el borde de la vida.
El adolescente sentía que de alguna forma la energía volvía a él, tenía la sensación de flotar, como aquella que se percibe luego de haber descansado exactamente lo necesario para el cuerpo. La respiración se volvió más fácil de realizar y la garganta se le aclaró. Y además sentía que todo a su alrededor se ralentizaba, podía ver cada movimiento de Phil incluso antes de que lo realizara. Algo estaba sucediendo, y no sabía exactamente qué era.
Su títere se acercaba a toda velocidad, daba saltos tan potentes por sobre las copas de los árboles que casi parecía volar. Ya no tenía conflicto con usar su visión y la de su títere al mismo tiempo, ahora podía ser el títere y él mismo a la vez, ahora sí podía usarlo como una extensión de sí mismo, como se lo había dicho el anciano. Inhaló profundo para tranquilizarse y concentrarse en el enemigo que tenía frente a él, bufó y entornó los ojos, estaba haciendo acopio de todo el valor que poseía, observaba a Phil detenidamente para entenderlo, para saber por dónde iba atacar y así comprender su modo de combate. Nuevamente inhaló y exhaló lentamente, una respiración más profunda que la anterior. Ahora tenía claro el camino, sabía lo que debía hacer. En cuanto encontró el momento se lanzó de nuevo contra Phil.
Eiren recibido del chico la confirmación de sus sospechas en cuanto a la magia que movía a los cadáveres que enfrentaba y había enfrentado con ferocidad y valor. El adolescente no le había explicado el origen de la magia, pues no lo conocía muy bien, pero le había dicho que, si lograban distraer lo suficiente al monstruo, sus marionetas errarían en su actuar, y en efecto fue como el chico lo dijo, notó que cuando Phil se enzarzaba por completo contra el joven, los muertos se movían de manera torpe, o se detenían por completo, dándole oportunidad de acabar con ellos. Ya sólo restaban cinco, pero él estaba tan exhausto que las extremidades tardaban en responderle, incluso la espada encantada, que debía ser ligera para él, se sentía muy pesada. Esa batalla, pensaba, estaba en un nivel completamente distinto al suyo, como aquellas que logró presenciar en las tierras lejanas de oriente, batallas capaces de cambiar la geografía de un lugar.
Recordó cuando peleó junto a Tara, sus enemigos eran sujetos con poderes inimaginables, al igual que los que tenía ella. Pero el enemigo principal era absurdamente poderoso, algo que jamás había visto, y que no hubiera creído de no ser porque él estuvo ahí. Las criaturas que tenía como mascotas eran seres de pesadilla, tan irreales que sus recuerdos se le antojaban meras fantasías.
Admitía que los sujetos que tenía frente a él no eran tan grandes como los que enfrentó junto a Tara y Marek, pero eran personas dignas de enfrentarse a miembros de la Orden de los Siete. Sus poderes eran aterradores, sin embargo, él no cejaría el esfuerzo por detener al monstruo llamado Phil. Y con la ayuda del niño, sabía que tenían una oportunidad.
Veía pelear al chico, sus movimientos eran veloces, y poderosos también, pero seguían siendo torpes e inexpertos, mientras que los de Phil tenían la pericia de un caballero, lo que el hombre un día fue.
Bufó con fuerza y continuó la pelea.
—Debo reconocer que tienes espíritu —dijo Phil con una sonrisa en los labios—. Pero sigues siendo un niño. Insisto en que tu contradicción es una estupidez. Tienes la oportunidad de vengar a tus padres y sales con esta insensata acción. ¿Qué ocurre contigo? Solo eres un estúpido cobarde, y nada más.
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REY NADA
Fantasy¿El destino es algo que ya está escrito o es algo que tú forjas? Tane padece la desgracia en su máximo esplendor. Su congoja e inocencia lo impulsan a la venganza, pero para ello tendrá que abrazar la muerte y hacerla parte de su ser. Un viejo mago...