Me parece que ha llegado la ocasión de dar la ayuda que alguna vez prometí a mis amigos del orfanato pensó Alberto.
Alberto quería plantearle la situación al director Álvarez para ver en que podía él ayudarlo, además necesitaba consultar a su madre, pues le parecía que no debía hacerla de lado, sobre todo porque Doña Rosa siempre había representado un apoyo firme para Alberto.
Después de desayunar y hablar con Doña Rosa, quien por cierto, le había brindado su apoyo y ayuda en la medida de sus posibilidades, salió rumbo al colegio con la firme determinación de hablarle al director sobre el asunto. Una vez llegado al colegio como de costumbre fue en busca de Catherine y la saludó cariñosamente con un beso en los labios.
—Tengo algo muy serio de que hablarte, pero no te angusties es sobre mi vida, aquello de lo que nunca he querido hablar, ya ha llegado la hora de que todos quienes me importan lo sepan de una buena vez —le dijo. Luego de esta pequeña conversación, se dirigió a la oficina del director, no estaba seguro de cómo abordaría el tema, pero lo cierto era que ningún obstáculo se interpondría entre él y su objetivo.
Una vez frente a la puerta de la dirección, tocó a la puerta y una voz de señor le contestó desde adentro.
—Adelante, está abierta.
—Buenos días, señor Álvarez, ¿Cómo amaneció? —saludó Alberto.
—Muy bien gracias, Alberto —respondió el director.
—¿Que te trae por aquí tan temprano? —preguntó el director.
—Muy bien señor Álvarez, dispénseme usted por molestarlo tan temprano, pero necesito plantearle algo, para que me de su consejo y orientación y si en sus manos está, también su ayuda. Siempre usted ha sabido que hay algo de mi pasado de lo cual, nunca he querido hablar, pues bien, ha llegado ese momento, y es a eso precisamente a lo que vine —dijo Alberto—. Toda mi infancia hasta los 12 años... Y así comenzó a contarle Alberto la historia de su niñez.
Esto era algo sumamente necesario, que el director Álvarez conociera con detalle todas las peripecias por las que la vida había hecho pasar a Alberto, de este modo sería mucho más fácil para él entenderlo.
Así pues, transcurrieron las horas, mientras Alberto narraba su vida. Finalmente él terminó de contarle al director todo.
—Ahora bien, ya que conoce mi vida y lo dificultoso que todo ha sido para mi, quiero pedirle concretamente su ayuda y le explico por qué —repuso Alberto.
—Cómo ya le dije, cuando salí de ese lugar donde viví los años más desgraciados de mi vida, prometí a mis únicos amigos regresar a ayudarlos, y pienso que ese momento ha llegado, y para eso tengo a mis recuerdos y mi conciencia que siempre mantiene viva en mi memoria esa promesa. Solo que yo por mi corta edad y poco conocimiento del asunto en cuestión, no se como proceder. Por esa la razón, a parte de la confianza y el cariño que usted siempre me ha brindado, que he acudido a usted —concluyó Alberto.
—Bien, Alberto —dijo el director Álvarez—. Ahora déjame entender todo esto que me has contado.
Así transcurrió un momento, luego de esa breve pausa, el director Álvarez exclamó:
—¡ Es necesario plantearle este asunto a una persona que sepa de leyes! Y para eso tengo a mi amigo Andrés que seguro nos pondrá al tanto de cuales son los pasos que debemos seguir para conseguir en primera instancia acceder a las instalaciones de este orfanato para obtener la información que requerimos, eso es, saber si tus amigos aún se encuentran allí o si ya no están por cualquiera sea el motivo o causa. Déjame contactarlo hoy por la tarde, para pedirle que nos reciba en su casa, de este modo podremos conversar con él con toda tranquilidad y exponerle con detalle que es lo que sucede y cuales son nuestras intenciones —concluyó el Director.
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Más allá de Arcoíris
Genç KurguMás allá del Arcoíris es una historia donde se narra la vida de un niño (Alberto) quien es abandonado en un orfanato donde sufre una serie de malos tratos, hasta que un día decide escapase y salir al mundo exterior en busca de una vida diferente, po...