Capítulo 13 - Una Decisión Difícil

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Para Alberto todo estaba muy claro a partir de ese momento, su vida había cambiado por completo. Pero ¿y su prometida?

¿Es que acaso no se sentía feliz con ella? Se preguntó tras darse cuenta de aquella determinante decisión.

Aún permanecía echado en su cama, cuando Claudio entro a su habitación y le dijo:

—Bien creo que hoy es un día de grandes acontecimientos por pasar en tu vida.

—Por el momento prefiero no hablar sobre el tema — respondió Alberto, sin hacer el más mínimo esfuerzo por levantarse de la cama.

—Pero es que yo necesito saber que harás, para saber que hacer, si apoyarte o dejarte solo —respondió Claudio.

Él no respondió y solo se limitó a observar el techo. No era una actitud habitual en Alberto. Él no solía ser un hombre de pocas palabras, puesto que si algo era característico en él era lo conversador que le gustaba ser; esto era algo que inquietaba a Claudio, quién a pesar de no haber vivido toda su vida con Alberto había aprendido a conocerlo bastante bien, porque él siempre se había comportado como un hombre muy abierto, en particular con su hermano y su madre.

Finalmente emitió palabra.

—Entiéndeme Claudio, me siento culpable, no solo por haberle hecho esto a Catherine, sino que además me siento molesto conmigo mismo por lo que estoy sintiendo. Catherine no solo ha sido mi prometida, sino que también ha sido una gran amiga que confía plenamente en mi, y ahora resulta que no puedo casarme, le destrozaré el corazón pues ella se sentía tan feliz conmigo — repuso Alberto con un tono de voz que se notaba lleno de angustia y desolación.

—Mira Alberto —le interrumpió Claudio de repente—, yo puedo entender todo cuanto estás sintiendo pero creo que debes ya incorporarte de esa cama e ir en busca de nuestra madre para plantearle tu sentir.

Acto seguido, Alberto se levantó y comenzó a vestirse.

—Aclárame algo —repuso Claudio—. Desde cuando descubriste que no estabas tan seguro de querer casarte y cual es la razón de peso que te llevó a perder el interés por tu prometida. Porque vamos a estar claros, para que un hombre que esta a pocos días de casarse, cambie de idea y decida no hacerlo es por que existe otra razón que le resta importancia a lo primero para abrirse paso.

—No quiero hablar de ese tema —respondió él, desviando su mirada—. Por favor, terminemos por ahora esta conversación —repuso.

—Dime por lo menos, si alguien más es la causante de esta actitud —siguió Claudio—. Será que en el fondo Catherine y tú no armonizan bien del todo.

—Ya basta no sigas haciéndome preguntas por el momento —respondió bruscamente. Alberto se apresuró a terminar de vestirse.

Al salir de su habitación en compañía de su hermano se dirigieron hasta el comedor donde estaba su madre doña Rosa esperándolos con el desayuno ya servido. Ella miró a sus dos hijos y dijo:

—¿Pasa algo o es mi imaginación la que me engaña?

De inmediato, Claudio se apresuró en responder.

—Bueno si bien tienes razón de que algo pasa, pero creo que quien debe darte alguna explicación acerca de lo que sucede es precisamente nuestro querido Alberto.

Más allá de ArcoírisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora