Joker │taekook

Capítulo 12 ❝Fragmentos Personales y Tratos, Bibliotecas y Frutas Prohibidas❞

La inhóspita noche estaba presente vistiendo su oscuro pero elegante vestido color índigo que se reflejaba en el espejo sin límite que era el cielo, el cual acompañado iba de brillos cual diamante que eran nombrados estrellas; reacias a mostrarse en plenitud y solo algunas valientes de posarse en la fina tela. Misma noche en la que Taehyung, sumergido en un mar de pensamientos contradictorios y volátiles, guardaba un silencio de muerto al mismo tiempo que observaba a través de la ventana del auto el escenario iluminado atiborrado de gente que le presentaba el Seúl nocturno. ¿En qué mierda estaba pensando cuando había decidido confiar parte de su infierno al famoso Joker Negro de Royal K? Se encontraba perplejo analizando lo que había ocurrido hace minutos atrás -veinticinco para ser exactos, porque sí, Taehyung los llevaba contados desde que había dejado a merced de la frívola noche a su hermoso y detestable confidente-. No le encontraba lógica, no podía lograr entender a su yo de hace veinticinco minutos que había soltado una propuesta tan jodidamente vergonzosa como la que le hizo a Jeon: «-Tal vez somos nuestro propio pegamento, Joker». Sintió sus mejillas subir imperceptibles de temperatura y odió aquello con su ser. Odiaba que aquella rata escurridiza que a sus ojos era Jungkook se metiera bajo su ropa como si fuese el de Ratatouille y Taehyung el pelirrojo incrédulo e hiciera estragos en su cuerpo y mente. No obstante, a pesar de todo el revoltijo de sensaciones locas que sentía en esos momentos, Taehyung en ninguna de ellas encontró el agrio sabor del arrepentimiento y la desconfianza, no sabía cómo, no entendía el porqué, pero Jeon Jungkook tenía un trozo de la juiciosa confianza del de beanie y mascarilla cual cirujano, y era aquello lo que le jodía aún más la existencia. ¡¿Por qué mierda se sentía tan a gusto si acababa de decirle que tenía en su piel trazado con navajas y uñas el surco de su sufrir y odio propio a un imbécil que conoció hace tan solo días?! Tal vez era porque sabía que ambos eran un par de frascos rotos, aunque Jeon Jungkook ya tuviese sus partes pegadas frágilmente, con las fisuras a la vista y cada vez agrietandose más, pero al fin y al cabo, unidas. El castaño de hebras rulosas soltó un suspiro quejumbroso.

-El silencio es inusual en usted, joven Kim -señaló el chófer de la fina maquinaria negra. El de hoodie soltó una leve y desgraciada risa.

-En primer lugar, sabes que odio las formalidades, Hoonjin, más si se trata de una persona que conozco de hace años -señaló Taehyung-. Cabe destacar que dentro de las paredes de de la mansión mi boca en conjunto de mis cuerdas vocales brillan en ausencia, así que no es de sorprender mi silencio -soltó como si el veneno de una mortal víbora se tratase, el cual en sí no provenía por su propia mano en busca de causar daño al contrario, sino que aquejaba su mente debido al desequilibrio emocional que había dejado en su sistema Jeon Jungkook.

Sang Hoonjin prontamente cambió su semblante a uno arrepentido por su inocente señalamiento.
-No quería que pensaras en eso, Taehyung-ssi, mis disculpas.

Taehyung sintió remordimiento.

-Está bien, Hoonjin, no es algo que me afecte mucho que digamos, ya me acostumbré con el pasar de los años. Y no te disculpes, yo fui el irrespetuoso -respondió su típico tono carente de emoción alguna, tal cual un robot tendría. Volvió a mirar las calles nocturnas y las imponentes casas de las familias adineradas de todo Corea del Sur.

-Te ves muy pensativo.

-Y tú muy curioso -contraatacó el menor de los Kim.

-Solo quiero librarte de tu mar de silencio y preocupaciones; puede que te sirva de algo y aligere tu carga -respondió con un suspiro de paciencia.

-Para eso mismo nos dirigimos ahora a esa maldita cita, Sang Hoonjin, para que Yixing haga su puto trabajo, es decir: me pregunte cómo estoy, saque a relucir mi pasado y me incomode con mis traumas y cicatrices, luego de aquello lloraré como la mierda emocional que soy y discutiremos los mejores tratamientos para «sanarme» para la «eternidad» -dijo con el sarcasmo rebosando en su registro. Rodó los ojos y procedió a nuevamente hablar-; han pasado cuatro años desde que estoy metido en la misma mierda y no veo mejoras, no sé para qué Ryun sigue empeñado a gastar su dinero contratando a Yixing -bufó con cólera asomándose en su imperturbable semblante.