Parte 1

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Las enfermedades psicológicas pueden ser muy graves, ya que son silenciosas y dañinas.

Dos de estas crueles enfermedades atacó a Hana quien entró al hospital en silla de ruedas, mientras su madre cargaba sus bolsos y maletas. Enfermeras y la Doctora Still la acompañaban al gran paseo por los horribles pasillos del hospital hasta su nuevo "cuarto", donde se quedara hasta recuperarse.

-Bueno Hana, acomoda tus cosas y siéntete como.. en casa, que mamá te ayude, recuerda que no puedes hacer fuerzas, además aquí hay muchas cosas lindas y por ahora son tuyas ¿Esta bien?- Dijo la Doctora Still oyendo el profundo silencio de la fría habitación -Hana?-

-Sí, Doctora Still-

-Bueno, disfruta pequeña, nos vemos pronto-

Todas se retiraron menos la madre, que intentaba abrir una de las maletas a la cual se le atoro el broche.

-Ma..-

-Si Hana, se perfectamente que no quieres estar aquí, pero...-

-Mamá yo solo decía si te ayudo con eso-

-Ah... Hana, me voy a volver loca, ni la maleta puedo abrir- Dijo la madre, cansada y aturdida por todo. Se sentó en una de las sillas para afirmar la cabeza en su mano -Ya.. Ya no doy más Hana, todo se a vuelto tan confuso desde que... Ay Hana tu no pones de tu parte y eso me hace ponerme aún más peor-

-Mamá..-

-Nadie me ayuda, quisiera irme, irme y descansar, pero ¡maldita sea! No hayo con quien dejarte...-

-Me quieres dejar sola-

-Hana, ponte en mis zapatos..-

-Puedes salir? No te preocupes, yo ordeno..- Se arrodillo en el suelo para forcejear con la maleta

-Hana, de verdad yo..-

-¡Yo ordeno! ¡Largate!-

La mamá se inmutó y salió del cuarto cerrando la puerta con calma.

Hana reviso toda su habitación,cada rincón y sus lindos muebles, que por cierto, no estaban nada mal, solo que la habitación un poca oscura por la poca potencia del foco y ya era tarde así que no entraba luz natural por la ventana.

Cerro las cortinas y empezó a colocar cada cosa en su lugar, traía libros y cuadernos, puso su ropa en el ropero hasta que todo estaba en perfectamente acomodado, luego se cambió de ropa, se puso su pijama y se desató el moño, dejó la liga en el velador de al lado de la camilla y se acostó.

Espero un tiempo a ver si alguien venía a verla o a decirle indicaciones, pero no, paso el rato y el reloj marcaba las 9:52 pm así que decidió levantarse, apagar la luz y dormir.

Hana tiene anorexia purgativa desde hace 2 años, y un cuadro grave de depresión hace ya mucho tiempo atrás. Tiene 16 años de edad, no terminó la secundaria por desalento en las clases, no comparte casi con nadie, se pasa dibujando y escribiendo cosas "secretas", y la mayor parte de su tiempo en salud mental, psicológicos y psiquiatrías.

A Hana no le interesa nada, nada le llama la atención, siempre está melancólica, sobria, tímida, y su enfermedad la hizo pasar por muchos centros de atención, y el hospital será hasta que pese lo que deveria pesar. Por ahora ella pesa 24 kilos y mide 1.57.

La noche pesada y fría paso rápido, estaba vez no tuvo sueños ni pesadillas, tampoco escucho voces, solo durmió.

-¡Buenos días chica linda!- entro al cuarto una enfermera alegre a controlar a Hana

-Ya amaneció?- Decía Hana entre bostezos y refregando sus ojos

-¡Claro que sí! Ya son las 8 de la mañana chiquilla, vamos acomodate y estira el brazo.. Bien, ahora ponete esto en la boca, ¡Perfecto!-

Después de tomarle la presión y la temperatura a Hana, la enfermera reviso sus ojos y toco su abdomen.

-Listo Hana ¡Ahora prepárate! Viene tu desayuno- Dijo y se fue como vino, alegre.

-Ojalá tener ese autoestima..- Pensó en voz alta con un profundo sentimiento de tristeza

Se levanto y fue al baño, y como siempre tapo el espejo con una toalla y se lavo la cara y desenrredo el pelo con su peineta, salió del baño, se echo un poco de colonia detrás de las orejas y en el pecho luego de eso se volvió a acostar, estaba viendo sus uñas cuando, se abrió y cerró la puerta muy rápidamente.

-¡Ah! Que demo.. ¡Quien eres tú!- Grito Hana desesperada, al ver un chico desconocido en su habitación.

Un joven de ojos verdes y pelo un poco largo y ondulado peinado hacia atrás, una voz suave como la de un niño, mal vestido y con apariencia de vagabundo.

-Hey hey tranquila, solo vine a ver quien eras porque me llamo la atención cuantas maletas traias... oh Dios pero que delgada estas..-

-No es de tu incumbencia tonto ¡ahora sal de aquí desconocido irrespetuoso!-

-Bueno, esta bien, pero desconocido no, soy Alex, un gusto conocerte..- Exclamó el esperando la respuesta de Hana a lo que ella respondió

-¡SAL DE AQUÍ IDIOTA!-

-Jsjaja okey okey, tomalo con calma, me pareces interesante chica, adiós!-

Dijo y se fue, Hana quedó alterada y enojada porqué un individuo desconocido entró a su cuarto y ni siquiera tocó la puerta, aish.. que desagradable.

Luego de un rato esperando a que sí volvía el chico o entraba el "esperado" desayuno llegó su mamá a decirle un par de cosas entre ellas que se iría lejos, que se tomaría como tipo vacaciones y que papá pagaba el tratamiento y la iba a cuidar mientras ella no estaba, que volvería pronto y eso, pero a Hana no le dio ni más ni menos, siempre a estado sola en estos tratamientos.

-Desayuno!-

La misma enfermera que la controlaba entró con una mesa con ruedas y se la puso a los pies de la camilla.

-No quiero nada- Hizo un puchero Hana

-Ay Hana tienes que comer, mira, es muy poco-

-Dejalo ahí..-

-Cuando vuelva quiero ver vacío todos los potes ¿si?-

-Esta bien... Espere.. antes de que se valla, ¿como se llama usted?-

-Amm... Dime Jodie-

-Solo Jodie?-

-Así es Hana jaja, hiciste un trato! Nos vemos Hana!-

Sonrió y Jodie se marchó. Hana miro su comida con mucha atención, que consistía en un sandwich un postre de jalea y jugo, Hana se comió el sandwich con mucha paciencia al masticar pero de un momento a otro ya estaba con la jalea, tomo el jugo y fue al baño, velozmente levanto la tapa de wc y vacio el jugo adentro, fue y dejó el vaso encima de la mesa con ruedas, tomo su liga y amarró su cabello, volvió al baño rápidamente cerró la puerta y se puso de rodillas ante el wc, respiro a la par de meterse dos dedos a la boca para provocar el vómito, las arcadas de escuchan de afuera  del baño, Hana como siempre después de una comida vigilada por alguien vomitó todo lo que comió, seco sus lágrimas y abrió la llave del lavamanos para tomar agua y de nuevo vómitar hasta quedar vacía y limpia.

Después de un gran desespero de 5 minutos lavo sus manos y su cara, saliendo del baño con una toalla secándose la cara la miro una de las enfermeras que la acompaño ayer.

-Que hace usted aquí?...-

-Aquí Hana? Por Dios ¿Qué demonios estabas haciendo en el baño?-

-Que carajos le importa!-

-Estoy aquí para cuidarte Hana... Estabas vomitando ¿verdad?-

-Algo me calló mal.. simplemente...-

-Hana.. Por favor...-

-Umh...-

Hana se acostó y se envolvió entre las sábanas, la enfermera retiro la mesa con rueditas

-Por hoy pasa, esto no vuelve a suceder Hana, estas aquí para recuperarte no para seguir matandote..-

La enfermera se fue muy silenciosa y la habitación quedó vacía a pesar de que Hana estuviera en ella, sus lágrimas salieron al instante después, lloro por que no quería estar en ningún lado, quería morir.

Hasta finalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora