CAPÍTULO 10: lazos rotos

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"La piel es la mejor parte"

Ya había caido la noche, todos se fueron a dormir, Agnes se encontraba fumando tabaco en su habitación, recostada en la única cama que había en esa casa, en cambio los invitados no tenían un lugar tan cómodo, Laurel y Ovetta se acurrucaron en el polvoriento sofá sucio y lleno de pulgas, pues ya no tenían su cómoda y acolchonada cama, el doctor Ethelbert dormía sentado en una de las sillas, Muerto estaba recostado afuera del baño, Sadie aún seguía tirada en el suelo, amarrada a la silla, estaba sudorosa, aún le recurría el vomito por la cara, tenía las manos adormecidas y rojas, Sadie luchaba por liberarse moviendose tratando de romper la cuerda que la amarraba, la cual no era muy resistente, pero ella tenía muy pocas energías para luchar, el regresar a casa de su hermana la tenía horrorizada, había vuelto a caer en ese infierno, la paliza que le habian propiciado la dejaron exhausta, sólo quería dormir y no despertar allí, ella sabía que su hermana no la dejaría nunca en paz siempre fue su rata de laboratorio, su muñeca humana, Agnes siempre la maltrató por simple diversión, por que había nacido mal era una mala semilla, a pesar del cansancio que tenía Sadie no quitaba la  miraba hacía Laurel y Ovetta, aún tenia esperanzas en ellas, las miraba como suplicandoles, Laurel se levantó del sofá, al parecer se dirigía al baño, pero para llegar a el tenía que cruzar la sala, Laurel no había prendido la luz, así Sadie colocó el pie para que la notará, en efecto Laurel tropezó con el pie de Sadie, Sadie se sacudió haciendo un poco de ruido para que Laurel notará que estaba allí, Laurel la levantó en conjunto a la silla y le dijo - hola Sadie, espera prendere la luz para saber que necesitas - dijo Laurel muy amable, la mujer prendió la luz y se dirigió a Sadie, se sentó a lado de ella y de su bolsa extrajo una pequeña libreta y una pluma - toma te la regalo aquí puedes escribir lo que necesitas Sadie? - dijo Laurel muy atenta y servicial colocando la pequeña libreta en el lado de la mesa donde se encontraba Sadie, Laurel se sacudió en la silla tratando de indicarle que no podía escribir, Laurel entendió y desamarro sus manos, desamarrar esos nudos no fue una gran hazaña pues la cuerda era delgada y los nudos no eran muy resistentes - listo ahora puedes escribir -, Sadie se sintió liberada, las manos le hormigueaban, sentía horribles calambres y le dolían bastante, razones por las que aún no tenía fuerza suficiente para deshacerse los nudos de sus pies, así que agarró la pluma y escribió "Necesito ir al baño es urgente!", después le mostró la libretita a Laurel, esta lo vio y prosiguio a deshacer los nudos de los pies con rapidez - listo Sadie cuando acabes llamame para que te ayude a amarrarte de nuevo -, Sadie agradeció con la mirada y volvió a escribir en la libreta "muchas gracias", - por nada Sadie sabes que puedes contar conmigo -, Sadie se llevó la libreta consigo y entró al baño, cerró la puerta, después de tantos años de ser una vagabunda por fin tomaría una ducha, la mujer se lavó la cara en el lavadero, abrió el grifo, recogiendo el agua que caía con sus manos, se froto la cara retirandose  la mayor cantidad de vómito posible, ya finalizando esto se desvistió, dejo su polvorienta ropa sobre un perchero, sus viejos y rotos zapatos los colocó a un lado y sobre ellos dejo la pequeña libreta y la pluma, se acercó a la regadera, dio vuelta al grifo y empezó a ducharse, se tocó el estómago, en él tenía moretones rojos, los golpes le dolían, pasó el jabón de manos sobre los hematomas, al término de bañarse, se envolvió en la toalla de su hermana, luego se sentó en el suelo trataba de sentirse protegida estaba aterrada, temía por su vida no sabía que hacer, luego se volvió a levantar sólo para ponerse su ropa y zapatos, se puso frente al lavadero y se cepillo los dientes, sus dientes estaban de un tono grisaceo estaban podridos,  después regresó a la misma esquina de el baño, intentaría dormir pero no podía, estaba en casa de su hermana y sabía que ella la podía matar si quería, derrepente un ruido se escuchó era un trueno estaba empezado a llover, parecía que se aproximaba una tormenta, Sadie trató de reconciliar el sueño, durante toda la noche llovió, al amanecer la lluvia seguía y tal parecía que no iba a parar, la primera en levantarse fue Sadie, se levantó asustada con una ansiedad terrible, salió del baño rapidamente, afuera de él se topo con Muerto, el cual seguía durmiendo, cerró la puerta y se dirigió a la sala, allí estaba el Doctor el cual no se había levantando, Sadie se sentó en la misma silla donde la habían amarrado anteriormente, guardó la libretita y la pluma en su sueter, se fijó hacia abajo y encontró la cuerda con la que la habían amarrado, ahora que se encontraba más tranquila se dio cuenta de que no era para nada más resistente, era muy delgada y fácil de romper, Sadie la tomó entre sus manos, no quería que culparan a Laurel por eso, no a ella, ella había sido la única persona que  había sido dulce y amable con ella, sabía que Agnes sospecharia, así que la rompió en varios pedazos y los puso alrededor de ella, miró al doctor Ethelbert aún seguia durmiendo, después volteó a ver a la puerta, Agnes aún no se había despertado, luego miro hacia los muebles y descubrió con alegría que Laurel y Ovetta ya se habían levantado
- buenos dias Sadie vamos a salir un rato de paseo hace un bonito día para desenterrar tumbas- dijo Laurel entusiasmada, - quería dejarle a mamá unas cuantas croquetas en su tumba y quitarle unos cuantos cabellos de su bonito cuero
cabelludo arrancado- dijo Ovetta sonriedo, Sadie asintió con la cabeza,  en ese momento el doctor se levantó
- buenos dias señoritas -, pero se molestó un poco en cuanto vio a Sadie sin la cuerda - Sadie que mal estan tus modales últimamente ya desobedeciste a tu hermana mayor! - dijo el doctor regañandola, Sadie sólo lo ignoró, sabía en que no podía juzgar al doctor pues el la ayudó y protegió bastante, apesar de que él fue el causante de que perdiera el habla, él la perdonó y no la mato, ella ya era su complice de crímenes pero llegó Agnes a arruinarlo todo pensó Sadie, Muerto apareció derrepente en el comedor, esto asustó a Sadie al verlo por sorpresa - te hace falta aprender muchos valores Sadie eres un ejemplo de lo mal que están las personas hoy en dia- dijo Muerto, Agnes salió de su habitación y entró a la sala, dandose cuenta de que su hermana se había liberado pero solo rió - Sadie que mala haz sido conmigo te volvería amarrar pero eso se esta volviendo muy aburrido necesito inventar un nuevo juego para divertirnos más las dos -, Sadie sintió escalofríos al escuchar las palabras de su hermana, - buenos dias señorita Agnes - saludó el doctor Ethelbert, - buenos dias doctor Ethelbert - saludó Agnes, - alistense ya, hoy saldremos a buscar adornos para este lugar - dijo el Doctor
- pero a donde iremos Doctor? - preguntó Agnes
- podríamos ir al panteón allí encontraran cosas muy bonitas dentro de los ataudes - interrumpió Ovetta
- es una gran idea amiga vamos allá - dijo Agnes sonriendole
- me encantaría decorar la casa muy terrorifica como en Halloween, me apasionan las películas de terror - dijo Agnes
- A mi también me gustan señorita Agnes - respondió Laurel
- yo trabaje en un cementerio era el
cepulturero pero las ganancias bajaron y tuve que buscar a mis clientes por mi cuenta - comentó Muerto
- que interesnte trabajo Muerto, yo siempre quise ser cavadora de tumbas cuando era niña pero mi mamá nunca quiso - dijo Ovetta
- pero puedes cavar tumbas para tus croquetas yo te ayudó - respondió Laurel con amabilidad
- muchas gracias Laurel -
- Aquí no debe a ver muchos cementerios a cual gustarian ir? - pregunto Ethelbert
- Sólo hay dos, hay uno que esta bastante cerca de la casa donde solíamos vivir Ovetta y yo, en ese lugar estan enterrados los padres de ambas ir allí me trae muchos recuerdos - dijo Laurel añorando el lugar con nostalgia

- si allí vivía nuestra dulce vecina ella me dejaba defecar en su nicho cuando queria era muy amable - dijo Ovetta soltando algunas risas

- ya he visitado ese lugar, por las noches es muy bonito vamos - dijo Agnes

- Si doctor aprovechemos que esta lloviendo y nadie nos va interrumpir -
dijo Muerto insistente

- En cuanto acabemos de desayunar nos vamos - afirmo el doctor

- que mala anfitriona soy les dare la comida por ahora solo tengo sopa esta algo fría - dijo Agnes dirigiendose a la pequeña cocina, abrió el refrigerador y sacó una cazuela llena de caldo de un tono rojo con pequeños trozos de pollo flotando, la mujer lo sirvió en 5 platos ondos, y los llevó uno por uno hacia ellos, después de entregar todos los platos a cada uno a excepción de su hermana, tomó a su hermana del brazo y la tiró al suelo - a ti te dare algo más especial - dijo Agnes,
- Ovetta pasame tus croquetas - ordenó Agnes, - claro que no son mías!- dijo Ovetta negandose, Agnes sonrío ante su respuesta y le propició un sin fin de bofetadas a tal grado que las mejillas de Ovetta quedaron rojas y más hinchadas de lo que ya eran, Agnes le arrebató la bolsa de croquetas - gracias Ovetta eres muy amable solo por eso te comprare una nueva bolsa -, - se lo agradesco señorita Agnes - agradeció Ovetta mientras se acariciaba sus enrojecidas y adoloridas mejillas, Agnes fue por el sexto plato ondo vacío lo colocó en el suelo y sirvió las croquetas en él, tomó un puñado de las croquetas y las metió a la fuerza en la boca de su hermana, Sadie esta vez se rindió, comió las croquetas y con bastante asco las digerio acabandoselas todas, Agnes se sorprendió, entonces un olor cautivo la atención de Agnes era el cabello de su hermana, Agnes se acercó a olfatearla para descubrir que habia usado su acondicionador de cabello, en ese momento no dijo nada sólo escupió una gran cantidad de saliva de un cabello y la exparcio con ambas manos por su corto cabello - te gustara tu nuevo peinado hermanita -

Tumbas y CroquetasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora