Omega Maldito

Debilidad

Pequeños jadeos escapaban de los labios del genio, sus manos se aferraban a los oscuros cabellos de Thanos ante el placer que le producía su boca.

El ojiazul no se contenía, pasaba sus manos descaradamente por toda la piel de su Fénix, dejando marcas de besos que serían difíciles de ocultar.

—Thanos- Llamo suavemente Tony y al obtener la atención de su amante, lo jalo hacia un necesitado beso.

Abrió sus piernas permitiéndole el acceso al pelinegro, gimiendo por lo bajo al sentir la dura erección presionándose contra sus nalgas.

Lentamente se separaron, Tony cerro sus ojos y se aferro a las sabanas, Thanos bajo por la acanelada piel del cuello de su Omega.

-Abre tus ojos Anthony- Pidió el mayor, su cálido aliento chocando contra la piel bajo sus labios- Solo tienes que mirarme a mí, tu atención, tu corazón, solo tienen que ser míos- Su voz cada vez más grave por la excitación.

Tony sentía su entrada dilatarse, sus instintos gritaban porque Thanos lo reclamara y lo anudara.

Quería ser solo suyo.

-Te cuidare y te amare como nadie lo ha hecho, solo tienes que entregarte a mí. Serias perfecto como mi pareja, nunca te faltaría nada, nadie volverá a lastimarte- Cada palabra iba acompañada de un suave beso y las manos paseando suavemente por los muslos del omega.

¿Como podría resistirse a eso?

Pero no podía conseguir que las palabras salieran, ya no tenia más dudas, no más miedo. Quería que Thanos fuera su pareja, su Alfa.

Se había sentido mejor en esas dos semanas y media, que en toda su vida.

Tony sonrió cálidamente, encontrando la fuerza para decir que sí.

Pero el aire abandono sus pulmones, los recuerdos inundando su mente, el pánico llenando su ser.

Thanos estaba acariciando la cicatriz que le había dejado el escudo.

Sus ojos se llenaron de lagrimas ante la desesperación de no poder respirar, su cerebro no funcionaba bien, lo único que sentía era el escudo siendo clavado en su pecho una y otra vez.

Su visión se empezaba a volver negra, lo último que consiguió ver fue a Thanos con una expresión de preocupación.

—Ayúdame…

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-Sabes que no fue tu culpa- Hablo de forma insegura Nebula, podía ver lo alterado que estaba su padre- El doctor lo dijo, fue una respuesta inconsciente ante un trauma del pasado- Lentamente poso su mano en el hombro del Titan, tratando de demostrarle apoyo.

- ¡Por supuesto que fue mi culpa! Se por todo lo que ha pasado, es obvio que tenga miles de traumas, pero me deje llevar por el deseo… No debí apresurar las cosas- Se lamentaba el gigante, ignorando las palabras de su hija-

Sus manos se estamparon con fuerza contra el escritorio, la madera se partió por la fuerza ejercida.

Nebula se aparto luego de eso, no deseaba tentar a la suerte.

-Se que tú también lo notas, como los ojos de Tony se iluminan cuando estas con él, la forma en que te sonríe es diferente, como de forma inconsciente se inclina hacia ti en busca de contacto… él te adora- Hablo algo avergonzada la chica-

Thanos suspiro, su cuerpo liberando algo de tensión. Se dejo caer en su gran asiento y su mirada se perdió en el espacio.

Entendió que su padre necesitaba estar solo, lentamente camino hacia la puerta, pero su mirada fue capturada por algo que no veía hacia mucho tiempo.

El guantelete del infinito.

Mientras caminaba por los pasillos hacia la habitación del humano, se preguntaba si este conocía lo que había hecho su padre y cuales eran sus ambiciones.    

No se imaginaba que su Padre le hubiera ocultado algo tan importante a Tony, de seguro el humano tenía que saberlo.

Aunque en el tiempo que llevaban conviviendo se había dado cuenta de que el castaño era muy curioso, lo cual era raro, porque no había preguntado nada acerca de las gemas.

Golpeo suavemente la puerta de la habitación y decidió dejar el tema de lado, luego le preguntaría por eso, ahora era más importante ver como estaba su salud.

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Tony caminaba sigilosamente por los grandes pasillos de la nave, mirando a todas partes por si había alguien cerca.

Cuando finalmente atravesó las puertas del taller pudo respirar con tranquilidad, aquí estaría a salvo por un buen rato.

Se sentó en una de las sillas más alejadas de la entrada, donde era imposible verlo a primera vista. Apoyo sus brazos contra la mesa y escondió su rostro en estos.

Sabia que estaba actuando como un niño pequeño e inmaduro, pero no tenia el valor para mirar a Thanos al rostro luego de lo que había sucedido.
Estaba tan avergonzado, se supone que ya era un adulto hecho y derecho… ¡Es Iron man! Y aun así había entrado en pánico por unas caricias en una estúpida cicatriz.

Se sentía como un grandísimo idiota, de seguro ahora Thanos pensara que es un Omega inmaduro y ya no querrá ser su pareja.

Lloriqueo por lo bajo, torturándose con sus propios pensamientos, hundiéndose en una nube de autodesprecio y odio.

Unos fuertes golpes en la ventana lo distrajeron, levanto su rostro, pero tuvo que cubrir sus ojos ante el fuerte brillo que venia de afuera.

Estuvo a punto de levantarse, pero un fuerte estruendo lo detuvo. Tuvo que aferrarse con fuerza al mesón, lo que sea que estuviera allá afuera había roto el vidrio.

Eso no era bueno.

Necesitaba buscar a Thanos.

Lentamente fue avanzando, aferrándose a todo lo que se atravesaba en su camino para no ser absorbido por el espacio, estaba a punto de llegar a la puerta, cuando sintió un jalón en su brazo.

Intento soltarse con desesperación, solo unos metros más y estaría a salvo.

Un gemido lastimero escapo de sus labios al sentir como era jalado con mucha fuerza, dolía demasiado. 

Se volteo y se quedo perplejo ante lo veía, era una chica. Si no fuera por el brillo y el aura que la rodeaban se hubiera atrevido a decir que era humana.

-Tenemos que irnos- Prácticamente grito la rubia, jalando al omega hacia la ventana, sin entender porque se resistía tanto.

—¡No quiero! Suéltame, no me toques. ¡¡Thanos!! -Gritaba con urgencia, cada vez más desesperado- Thanos, Alfa, ayuda-

Intentaba soltarse del agarre, pero lo único que conseguía era lastimarse. Sus ojos se llenaron de lágrimas, no quería irse con esa chica.

Sintió como la mujer lo pegaba a su cuerpo y le colocaba una extraña mascara, que lentamente fue propagándose por todo su cuerpo, como sus trajes.

Lentamente dejo de luchar, de nada servía ya. Su ansiedad aumento al ya no sentir el suelo bajo sus pies y justo en ese momento logro ver como se abría la puerta del taller y Thanos entraba.

Tony estiro su mano, con la esperanza de que Thanos lo sujetara, pero ya era demasiado tarde.

Anthony fue robado en frente de sus ojos y no pudo hacer nada.

Nebula nunca había visto a su padre tan derrotado, el Titan estaba de rodillas en el suelo, mirando hacia donde se llevaron a su amado Fénix. 

-Diles a todos que se preparen, nuestro próximo destino es la tierra- Nebula se estremeció, el verdadero Thanos había regresado.

La mirada del Titan ya no tenía ese tinte cálido, ahora solo había frialdad y odio, la intimidante aura que antes cargaba había regresado.

Nebula trago saliva y corrió a cumplir sus órdenes. 

Las cosas se pondrían feas, de eso estaba segura.