Pánico

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Sentía una molestia en su pecho que no lo dejaba concentrarse en el asesinato del dios de las mentiras, soltó el cuello del insignificante ser y coloco la gema en el guantelete.

El poder recorriendo sus venas, expandiéndose por su cuerpo con rapidez. Una más a la lista, solo faltaban tres.

-Iremos a la tierra, por fin llego el momento de traer a Anthony al lugar donde pertenece-

Y con un solo movimiento de sus manos se abrió un portal gigante frente a él.

-Nos volveremos a ver, pero la próxima vez no seré tan clemente con ustedes- Hablo fríamente, viendo como los dioses se apoyaban mutuamente.

Sonrió de lado antes de cruzar el portal, la próxima vez acabaría con ellos junto a su amado Fénix.

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- ¿Como pudiste? - Hablo la espía, sin poder creer lo que su líder había hecho.

Ella había notado como el olor de Tony había cambiado, pero jamás pensó que era porque estaba embarazado. Y si ella fue capaz de sentirlo, Steve debería de haberlo sabido… y aun así… como fue capaz de lastimar a un omega embarazado, a su omega.

-N.No es cierto, ella está mintiendo para ponerlos en mi contra. Tony no estaba en cinta…no lo estaba- Hablo con incertidumbre, dudando de sus propias palabras.

Wanda se acercó a él con rapidez y antes de que el rubio pudiera evitarlo, se introdujo en su mente.

Los recuerdos pasando a ella de forma dolorosa, Tony lo había intentado miles de veces, le había hablado, gritado, dejado notas, llamadas… pero Steve lo había ignorado, había desviado la mirada para irse en busca de su mejor amigo.

Y en Siberia…

Steve lo sabia y aun así había luchado contra Tony, dos super soldados contra un omega embarazado.

Steve había sentido el aroma característico de la sangre, había oído el susurro desesperado que Tony pronuncio a la nada.

Steve se fue sin mirar atrás. Steve se fue con Bucky, dejando a Tony desangrándose en medio del frío.

Wanda se apartó del Alfa con lágrimas corriendo por su mejilla.

-Tú lo sabias- Declaro con rabia- Todo este tiempo pensé que Tony era el malvado, pero siempre fuiste tú- No pudo soportarlo más, sus rodillas cedieron y cayó al suelo.

Tony siempre la había cuidado como si fuera su hija, la había apoyado cuando el mundo la rechazo, la consoló cuando las pesadillas no la dejaban dormir. Fue su pilar para superar la muerte de su hermano.

¿Y ella como le pago? Yéndose con el traidor, con un Alfa hipócrita que nunca había estado realmente ahí para ella.

No merecía el perdón de Tony.

-Estaba embarazado- Murmuro con incredulidad Clint.

Él más que nadie conocía lo delicado que era el embarazo, la emoción que se sentía al cargar por primera vez a tu hijo. Tony había perdido el bebé por su culpa.

Habían matado una vida inocente.

Todo era culpa de Steve.

Se acerco dispuesto a golpear a su Alfa, pero la mano de Sam lo detuvo.

Steve ya estaba sufriendo, no necesitaba que lo golpearan.

Sin embargo, Natasha no era tan considerada. Se acerco al soldado y se lanzó a golpearlo, provocando que ambos cayeran al suelo.

-Confié en ti, pensé que serías un buen Alfa para él, te dejé el camino libre para que lo amaras y protegieras de todo- Golpe tras golpe, el rubio ni siquiera intentaba defenderse- Le mentiste, lo abandonaste, lo hiciste sufrir por largos meses, lo engañaste con Sharon y además le arrebataste sus sueños.

Se detuvo lentamente, sus ojos llenos de lágrimas. Sintiéndose culpable, si tan solo no lo hubiera traicionado esto no estaría pasando. Si no hubiera sido tan cobarde como para rendirse ahora Tony estaría feliz y sin ningún daño.

- ¿Sabías que cuando un omega pierde a su cachorro por causas no naturales ya no puede volver a embarazarse? -La información dejo congelados a los presentes- Felicidades Steve, sin duda lograste destruir a Anthony.

La espía se levantó y se fue, no podía soportar estar en el mismo espacio que Steve.

Ya no más.

Regresaría por Tony, no le importaría si tenía que poder el mundo a sus pies, haría todo lo necesario para ganarse el perdón del omega.

Daría su vida con tal de proteger al castaño.

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El edificio en ruinas fue el escenario que lo recibió, de inmediato fue rodeado por un grupo de humanos armados. Pero estos fueron eliminados por sus acompañantes.

Avanzo por la escena hasta que localizo a su amado Fénix, pero lo que vio el hizo hervir la sangre.

Anthony estaba a punto de caer inconsciente y una mujer lo estaba lastimando, pudo ver lágrimas en los ojos de su amado y eso fue la gota que rebalsó el vaso.

Estuvo a punto de ir y asesinar a aquella humana, pero una cosa roja a toda velocidad paso por su lado, yendo directo hacia el cuerpo de su omega.

Vio atentamente como un humano se aparecía por un portal y se posicionaba al lado de Anthony, teniendo una discusión con la mujer.

Un objeto en particular llamo su atención. El sujeto era portador de la gema del tiempo, una sonrisa surco su rostro, pero de inmediato la borro.

Anthony era más importante en estos momentos, luego vendría por la gema.

Haciendo uso de las gemas tomo un pedazo de concreto y lo arrojo contra la mujer, le lanzo una mirada a Ebony y de inmediato ella fue capturada. Se moría de ganas por matarla, pero se había atrevido a dañar a su Fénix, no sería tan piadoso con ella.

Le daría una muerte lenta y llena de sufrimiento.   

-Será mejor que te alejes de Anthony en estos momentos, tu muerte aun no es necesaria- Hablo el Titan.

Camino tranquilamente hacia el omega y de un jalón aparto a la tela roja que se aferraba al inconsciente cuerpo. Tomo cuidadosamente el frágil cuerpo entre sus brazos y le dedico una última mirada al Hechicero.

-Prepárense, los próximos serán ustedes-

Y desapareció.

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Cuando Anthony despertó sintió una increíble calma, se sentía descansado y relajado, como no lo estaba hace meses.

Ahora se daría una ducha y bajaría a tomar desayuno con sus compañeros.

Con las constantes burlas de Clint y Natasha, junto a los regaños de Steve, el gran apetito de Thor y la adorable timidez de su hermano de ciencia.

Sus ojos se abrieron de golpe ante los recuerdos. Los tratados, la pelea, la muerte de sus padres, el abandono de Steve. Madame Hydra. Todo llego de golpe a su mente, aturdiéndolo por unos segundos.

Miro confundido a su alrededor, su respiración se aceleró al no reconocer el lugar.

No estaba en un hospital ni en su habitación, tampoco estaba encadenado, posiblemente le hayan inyectado algún tipo de sustancias porque las heridas de su cuerpo habían desaparecido.

Le estaba costando respirar, sus ojos se llenaron de lágrimas y se abrazó con fuerza a su estómago.

Experimentarían con su cuerpo, lo volverían a torturar. Lo convertirían en un arma y luego sería entregado en bandeja de plata a Madame Hydra.

Pequeños sollozos escapaban de su boca, se hizo bolita contra lo que supuso era una cama y cuando estaba a punto de colapsar por las imágenes de su mente, un cálido toque lo trajo de vuelta a la realidad.

Fue tomado con delicadeza y sintió la firmeza de un pecho, los constantes latidos lograron que dejara de sollozar y las suaves caricias en su espalda fueron regulando su respiración.

No sabía quién era la persona que lo estaba calmando, pero no quería que se alejara de su cuerpo. Su tacto lo hacía sentir seguro y amado, le transmitía una calidez que ni siquiera Steve logro darle.

Suspiro suavemente y cerro sus ojos, acurrucándose contra el fuerte pecho que lo estaba protegiendo de sus demonios.

Ojalá pudiera quedarse así para siempre.


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