Omega Maldito

Madame Alfa

—Muy bien caballeros, luego de todas estas formalidades, finalmente llegamos al tema por el cual todos venimos- Anthony Stark se levanto de su lugar, caminando al frente de forma orgullosa, las cámaras enfocando al omega- Los acuerdos.

Un largo y tenso silencio se formo en la sala donde estaban reunidos todos los representantes de los países de la tierra, ni las moscas se atrevían a volar por ahí.

—Es bien sabido que mi equipo fue el que firmo los acuerdos y los que no ahora son fugitivos, sin embargo, luego de estudiar seriamente lo estipulado en los documentos encontré varias fallas que me gustaría tratar-

El omega volvió hasta su lugar, tomo el largo documento y empezó. Era por esto que llevaba noches durmiendo solo un par de horas, para que Peter estuviera a salvo, para que los nuevos héroes que estaban surgiendo no vivieran con miedo.

No podía permitir que las personas que luchaban día a día por el planeta sufrieran ataques en su vida normal, sus identidades no podían ser rebeladas, el gobierno no podía manejar esa información. No mientras hubiera personas como Ross entre ellos.

Los héroes se merecían una pensión, arriesgaban su vida para la protección de las personas, sin pedir nada a cambio, lo mínimo que podían darles era una jubilación segura y un lugar donde poder pasar sus días en paz. 

También habían hablado sobre como cada país tendría una sede para los nuevos vengadores, de esta forma les estregaban el libre acceso en caso de una emergencia.

Esos eran solo alguno de los puntos que habían tratado, por más de dos horas conversaron, votaron y decidieron el futuro de los héroes. Finalmente, Tony había logrado que los tratados fueran algo digno por lo que luchar.

—Gracias por su tiempo señores, ahora todos podremos tener una convivencia en paz y esperemos no volver a tener problemas en el futuro- Hablo el omega mientras que se estiraba, su trasero dolía por estar tanto tiempo sentado- Pero antes de que se vayan, ahí algo que tengo que mostrarles, adelante Friday.

Todas las pantallas que había en la habitación y las cámaras quedaron en negro por largos segundos, hasta que un video se comenzó a reproducir.

Se mostraba claramente como el secretario Thaddeus Ross estaba haciendo negocios con traficantes, con asaltantes, con mercenarios.

Por dos largos minutos el mundo descubrió los verdaderos actos detrás del hombre.

Todos los ojos en la sala voltearon a ver al hombre, que yacía congelado contra una pared. Ahora podía entender porque el secretario estuvo diciendo comentarios negativos e insultos contra Stark.

—Everett ¿Serías tan amable de escoltar a este hombre hacia la sala de interrogatorios? -El omega asintió en silencio, tomo al secretario por el brazo y le obligo a trabajar.

-Sabia que eras una rata traidora Stark- La furiosa voz del hombre resonó por todos los rincones de la sala- Pero esta vez no estoy solo- Y se comenzó a reír.

La piel de Tony se erizo, algo no estaba bien, su instinto le gritaba que saliera corriendo a refugiarse ¿pero de qué?
No tuvo que esperar mucho para saberlo.

Una explosión estremeció los cimientos del antiguo edificio. El caos se desato en ese momento, todos los representantes estaban corriendo despavoridos de un lado a otro.

Otra explosión, pero esta fue más cerca.

Anthony se tuvo que afirmar de una pared para no caer, regulo su respiración lo más que podía este no era momento para entrar en pánico.