Siete

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-¡Despierta!-

El sueño de Camila fue interrumpido por una pequeña intrometida.

-No, dame solo cinco, cinco minutos- cerró los ojos más fuerte, se acomodó y siguió durmiendo.

-Bueno- contestó la pequeña -¿Tía Dinah viene hoy?-

Camila negó -No, creo. No lo sé- suspiró -Quiero dormir, Ariel. Ve a buscar algo de comer. Hay cereal y leche, creo-

-Está bien, mami- sonrió la pequeña -¿Tía Ally vendrá hoy?-

-No lo sé- suspiró Camila.

-¿Por qué no?- preguntó desanimada -Quiero que vengan- murmuró -Las extraño, hace...- contó mentalmente -Cuatro días que no las veo, ya las extraño- habló con un puchero.

Camila no contestó, estaba demasiado cansada. Fue una semana dura y lo único que quería era dormir, pero no podía por que alguien no la dejaba.

-¿Las puedo llamar? ¡Quiero hablar con ellas! ¿Puedo hablar con ellas? ¿Mami, porfis?- suplicó.

-Ariel...- suspiró cansada Camila. Se levantó de la cama, se sentó con la espalda en el respaldar y miró fijo a Ariel -Sólo quería dormir cinco minutos más, cinco minutos-

-Pero quiero estar contigo, mami- habló inocente.

Camila la miró fijamente con el ceño levemente fruncido -No discutire nada contigo, pequeña mocosa- tocó la nariz de la pequeña con su dedo índice.

-Tengo hambre- sonrió inocente.

-Entonces vamos a alimentar este pequeño monstruo que vive aquí- dijo antes de comenzar con "el monstruo de las cosquillas".

Ariel se retorcia, las cosquillas eran su debilidad.

-Ba-Basta- intentó safarce -¡Ma-ma-mi!-

-Vamos pequeño león- sonrió Camila -Hoy es un día muy emocionante e importante-

-¿Por qué?- preguntó curiosa Ariel.

-Porque lo digo yo- se levantó de la cama y se colocó sus pantuflas de conejito.

-No me gusta ir al dentista, me niego a ir- habló firmemente Ariel sentada en el medio de la cama.

Camila solo se rió por la respuesta de su pequeña y se dirigió al baño.

-¡No quiero ir!- escuchó los gritos de su hija -¡No quiero, mami!-

Camila al terminar de hacer su rutina de baño salió y vio a su pequeña recostada en la cama y con lágrimas en los ojos.

-No quiero- murmuró con su dedo pulgar en la boca.

El corazón de Camila se hizo chiquito al ver así a Ariel.

Se acercó lentamente a la cama y la agarró entre sus brazos -Perdón, no quería asustarte- susurró, se sentía mal -Hoy no vamos al dentista-

-¿De verdad?- negó Camila.

-Perdón, mi león- secó las lágrimas de Ariel -Vamos a desayunar afuera hoy, nos tenemos que poner algo lindo-

-¿No iremos al dentista?-

-Nop, bebé- besó la frente de Ariel.

Ariel sonrió grande y besó la mejilla de Camila.

-Vamos a tomar una ducha para luego irnos-

-

Y de nuevo en la misma situación.

Esperando a aquella persona.

[[ How is mama? ]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora