Capitulo 1: Akane ¡Te Odio!

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Toda esta historia inicia en la ciudad de Nerima, Japón.

Una joven peliazul estaba completamente harta de tener que soportar a su fastidioso prometido, pero ella lo amaba, lo amaba demasiado y deseaba con todo su ser que Ranma también se enamorara de ella.

Pero las cosas no mejoraban por más que Akane quisiera. Todo terminaba en gritos y golpes entre los dos chicos.

En el Dojo Tendo se escuchaba, como todos los días, los gritos del par de jóvenes.

—¡Al menos déjame hablar! —gritó el chico de la trenza totalmente enojado.

—¡No tienes nada que explicar Ranma! ¡Si tanto me detestas, mejor vete de aquí! —gritó de vuelta la chica.

En ese momento el pelinegro salió disparado por el techo por una patada que la peliazul le dio.

Por mientras Ranma, que se encontraba en otro lugar de Nerima, maldecía a su prometida.

—¡Te Odio Akane! —gritó —Ojalá me dejaras explicarte las cosas, pero como eres tan impulsiva no se puede tener una plática civilizada contigo. —dijo lo último murmurando al darse cuenta de la gran herida que tenía.

A pesar de que las cosas seguían igual con los jóvenes, hubieron algunos acontecimientos que fueron de gran cambio en estos últimos 3 años.

Shampoo se había comprometido finalmente con Mousse y su relación mejoraba con el tiempo.

Kodachi, hermana de Kuno, por fin dejó de lado la obsesión que tenía con Ranma y salió de viaje con su hermano por diferentes partes del país.

Y Ukyo, ella aceptó el compromiso de el pelinegro con la chica de ojos cafés. Quedando como una buena amiga para el chico porque Akane no la soportaba para nada.

Después de todo lo que ha pasado, cada uno tiene una vida feliz ya sean solos o con la persona que aman, excepto Ranma que debe casarse con la marimacho esa por culpa de su padre.

De vuelta en el Dojo Tendo, Soun trataba de hablar con su hija menor.

—Akane, linda... —empezó a hablar el padre de la chica lentamente, no quería hacerla enojar más de lo que ya estaba —Debes controlar tus emociones, no querrás que tu prometido muera antes de que se casen —dijo lo último en broma para calmar el ambiente.

—Por mi que haga lo que le dé la gana. —dijo la peliazul cruzando los brazos.

—Papá... —interrumpió Nabiki —¿No crees que sería mejor que rompas el compromiso de esta niña con Ranma? —preguntó.

—¡NO! —negó Genma que hasta ese entonces se había quedado callado —Eso no puede pasar.

Akane, cansada de que los demás decidan que hacer con su vida, subió a su cuarto y cerró la puerta dando un portazo que resonó por todo el lugar.

—Saotome... ¿No crees que lo mejor será cancelar el matrimonio? —preguntó el señor Tendo.

—Si lo deshacemos nos quedaremos sin descendencia. —dijo el señor Saotome.

—Prefiero no tener nietos a que mi hija sufra más de lo que ya lo hace —dijo Soun.

Después de pensarlo un poco Genma habló:

—Tiene razón Tendo —terminó por aceptar Genma —Les diremos sobre esta desición cuando Ranma llegué al dojo.

Ranma caminaba herido por un terreno cuando vio una pequeña tienda y supuso que era de Ryoga.

Hace mucho tiempo que no veía al pelinegro y quiso pasar a saludar, pero en ese momento empezó a llover haciendo que Ranma se transformará en mujer. Corrió hacía la carpa de Ryoga y entró diciendo...

—¡Hey! ¡P-Chan! —una manera única de saludar.

—¡¿Ranma?! —se alarmó el chico de la pañoleta —¿Qué haces aquí? —preguntó finalmente.

El Hibiki estaba asombrado al ver a la pelirroja tenía que la mencionada se de cuenta del gran secreto que Ryoga guardaba.

—P-Chan —dijo la chica molestándolo como era de costumbre —¿Cómo estás? Extrañaba mucho molestarte cerdo pervertido.

—¡Deja de llamarme así! —gritó Ryoga enojado.

El pelinegro quiso darle un golpe a Ranma, pero ella logró esquivarlo haciendo que el Hibiki cayera encima de ella, poniéndolos en una situación bastante incómoda.

—¡Ay! Quítate Ryoga. —pidió la chica quejándose.

—P-Perdón —se disculpó el joven nervioso mientras se levantaba con leve sonrojo en su cara, sin notar que Ranma está igual de roja que él.

—E-Esto... —tartamudeo la pelirroja —Creo que mejor debería irme. —comentó señalando hacía cualquier lugar.

—No creo que sea conveniente que te vayas —dijo Ryoga antes de que la chica se vaya corriendo. —Te puedes enfermar, todavía está lloviendo y parece que no pasará rápido.

Justo en ese momento cayó un rayo asustando al par de jóvenes que estaban ahí.

A pesar del incidente de hace unos minutos, el Hibiki seguía teniendo ese lado tierno y lindo causando un pequeño sobresalto en el corazón de Ranma, siendo totalmente ignorado por ella.

—Gracias Ryoga —dijo la chica sinceramente —Voy a poner a secar mi ropa después de todo es lo único que tengo.

La pelirroja se sacó su típica camiseta roja y la estiró cerca del lugar más caliente del campamento.

Ryoga volvió a asustarse y totalmente rojo le gritó.

—¡¿Pero qué te pasa Ranma?! ¡Acaso no tienes pudor! —estaba tan avergonzado.

En eso la chica de trenza se empezó a reír.

—¿En serio te pongo tan nervioso? —se burló como siempre.

La chica tenía más ganas de molestar al colmilludo por lo que se empezó a acercar sensualmente al pelinegro bajándose el pantalón al mismo tiempo y quedando en calzoncillos.

Se detuvo abruptamente al ver un papel que marcaba un lugar y empujó a él pelinegro a un lado para observar el mapa con curiosidad.

—¿Qué es esto Ryoga? —preguntó regresando a ver al chico.

—Esto... 

Hola espero que les guste esta primera historia que hice

Gracias

Edit: ¿Cómo les gustaba esto? xD

Escrito: 19/06/2019

Editado: 30/08/2021 16h00

Nuestra maldición - Ranma y RyogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora