Capitulo 7: Nuevas Pistas.

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Ranma y Ryoga caminaban por un frondoso bosque, se sentían muy cansados, habían decidido caminar por más de dos días seguidos sin descanso y eso ya les estaba afectando.

—Ryoga... —habló la joven —Ya no puedo más, por favor descansemos. —le pidió al chico.

—Está bien —accedió el pelinegro —Yo tampoco puedo seguir más me siento demasiado agotado. —dijo sentándose en el suelo.

Los dos jóvenes buscaron un lugar y armaron el campamento. Después de algunos minutos se pusieron a cocinar.

—Tengo demasiado hambre y sueño —se quejó la pelirroja —Espero que pronto lleguemos a ese lugar para curar nuestra maldición.

—Ojalá, pero lo único que tenemos es este mapa y unas direcciones demasiado extrañas, lo único seguro es que ese lugar se encuentra en China. —comentó el pelinegro.

—Si, pero si seguimos caminando sin rumbo vamos a terminar perdiendo el tiempo. —dijo Ranma.

La pelirroja se sintió un poco decepcionada porque no habían encontrado ninguna pista que los ayude con su búsqueda. Era terrible.

Por otro lado, el chico de la pañoleta, se sentía más motivado porque sabía que no se iba a perder por el camino, ya que la chica de la trenza estaba a su lado y tenía la oportunidad de llegar a su destino.

—Espero que logremos llegar a nuestro destino. —dijo Ryoga esperanzado.

Últimamente la pelirroja tenía demasiado cansancio, acción que no pasó desapercibida por el Hibiki, a pesar de la emoción que sentía, no quería que su amigo, si podía llamarlo así, terminará "medio muerto" en el camino.

—¿Estás bien? —preguntó el chico —Te veo demasiado decaída. —dijo preocupado.

—¿Qué? —preguntó la chica un poco alterada —Estoy bien. No tienes que p-preocuparte p-por na...

De repente, su cuerpo se desvaneció, pero unos fuertes brazos la sostuvieron antes de que su cabeza se golpeara con una roca.

—¡Ranma! —gritó el chico preocupado —¡Ranma! ¡Despierta!

Al ver que no había respuesta de ella, el chico de la pañoleta la puso encima de su mochila. La chica seguía sin despertar, tenía miedo de que fuera algo muy malo.

La cargó y la acostó en el futón, fue entonces cuando la vio, vio esos cabellos rojizos que caían delicadamente en su mejilla, sus labios rosados que estaban entre abiertos, y... su cuerpo era demasiado bonito y sexi, el muchacho se sonrojo demasiado al tener todos esos sentimientos.

El solo tuvo la sensación de querer dormir a su lado para cuidarla, se acostó al lado de ella y la quedó viendo por unos minutos.

Se quedó dormido con una duda en su cabeza...

"Será que estoy volviendo a sentir algo por ella"

Narra Ranma:

Me desperté con un dolor de cabeza muy fuerte, vi como Ryoga está dormido a mi lado, es demasiado tierno cuando está así.

Necesito salir a caminar un poco.

Salí del campamento y caminé sin rumbo por un largo tiempo, hasta que encontré un lago, su agua era muy cristalina, me dio ganas de meter mis pies ahí y lo hice.

Se sentía muy bien, espero no haber preocupado a Ryoga, espera... no debería interesarme ese idiota.

—¿Ranma? ¿Qué haces aquí? —de repente escuche una voz que se me hacía muy conocida.

Nuestra maldición - Ranma y RyogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora