Capítulo 10

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CAPÍTULO 10

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CAPÍTULO 10

Capítulo dedicado a Az64744 ¡Muchas gracias por seguir con la historia desde el principio!

―¿Me estás diciendo que lo invitaste a dormir?

―Ahora que lo dices suena un poco descabellado, lo admito.

―¿Un poco? Prácticamente lo invitaste a tu cama. Y no le has dado las buenas noches.

―¡Sophie! ¿Puedes hablar más bajo? ―susurré tomándole del brazo y obligándola a agacharse.

Nos encontrábamos detrás de la barra en Belmont. Ni bien había llegado, minutos antes de que mi turno empezara, le conté brevemente a Sophie los hechos ocurridos el domingo a la madrugada. Observé cómo su rostro se transformaba a medida que agregaba comentarios a la historia y del cómo sus mejillas se iluminaron brevemente cuando le mencioné lo último.

―Tengo la leve sospecha que desde que viniste aquí, has perdido completamente la cabeza ―sentenció al final, a lo cual emití un sonido de cansancio en respuesta.

Tenía razón. Las últimas semanas habían sido una auténtica montaña rusa y llegué a la conclusión que se debía al hecho de haber conocido a Asher White. Siendo una persona poco amigable y con menos ganas de hablar que una bibliotecaria (chiste, chiste), había logrado, en cierta forma, abrir levemente una puerta de su vida para mí. Sin embargo, a pesar de tener cada vez más confianza en él, seguía sin estar informada de su historial de vida. Las llamadas telefónicas que recibía prácticamente todos los días y sus gestos de preocupación hacía que mi confusión creciera conforme los días pasaban.

Aun así, minutos después de terminar mi maravillosa conversación con Sophie sobre hombres en la cama y el cómo-disimular-que-te-gusta-sin-invitarlos-a-dormir, el chico del que estábamos hablando entró por la puerta principal, quejándose del frío y apresurándose a llegar a nosotras. Llevaba diez minutos tarde y mi gesto de inquietud hizo la pregunta que luego respondió.

―Tenía cosas que hacer.

Subí las cejas, pero no le pregunté nada.

Lo observé durante unos segundos para caer en la cuenta de que tenía el cabello empapado y parecía estar congelándose. Arrastró el abrigo por sus brazos y luego lo colgó en la pared. Prosiguió con la bufanda blanca que hacía resaltar sus ojos y no pude evitar pensar en lo cristalinos que se veían en ese momento.

―¿Disfrutando del show, Smith? ―preguntó sonriendo de lado y luego dejó la bufanda con el abrigo.

Parpadeé muchas veces y luego miré hacia otro lado.

―Definitivamente, White.

―Me alegro.

―Sólo quería preguntarte cómo estaba afuera ―me encogí de hombros y miré hacia el monitor―. Llevo aquí unos veinte minutos, y en ese entonces no llovía.

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