001| Bromas hirientes.

872 78 237
                                    




He tenido demasiadas parejas en mi vida: chicas altas, bajas, gordas, flacas, morenas, rubias, pelirrojas, con lentes, sin lentes, con frenillos, sin frenillos, pecosas, o no... chicos altos, bajos, gordos, torpes, ojos de color azul, verde, rosa... etc.

Pero nadie llega a saciarme. Ningún hombre, mujer, nada..., intenté masturbándome, pero sentía estar haciéndolo con un muerto, y no creo estar tan enfermo. Aun así, supongo que estoy en mi día de suerte; ahora, esos ojos verdosos y brillantes solo me miran a mí. Esa deliciosa voz aguda solo gime para mí y lame también.

Me encuentro en un estado de éxtasis cada que sus bonitos y dulces labios se posan delicadamente sobre los míos. Siento fuego, pero el problema es que se apaga, y no quiero que eso pase. Ladeo mi cabeza mientras siento sus besos sobre mi cuello, dejando su rastro de saliva con suavidad.

Hasta que se detiene.

Siento cómo mis ojos se abren lentamente, dirigiendo mi mirada a su persona, quien me mira con un rostro sonrojado e incluso podría decir que avergonzado. ¿acaso nunca ha visto un pene erecto en toda su vida? ¿será virgen? No lo sé, pero lo que sí se es que se detuvo, y eso no puede ser.

- Uhm..., Frank – murmura. Puedo sentir como mis labios se curvean, formando una sonrisa.

- ¿qué pasa?

- P... P... pod...

Está balbuceando de nuevo. Es esto, esto es lo que no comprendo de todos. Todos balbucean en algún momento y mis tímpanos simplemente no pueden soportarlo. Mi habitación con poca luz, y su estupidez, hacen que me sienta abrumado, alertado y horrible.

- ¿Por qué me confirmas a diario que eres tan idiota? – le pregunto con severidad. ¡sigue avergonzado! ¡mierda! - ¿Me escuchas, pedazo de mierda?

- Frank... - me mira asustado – jamás me habías hablado así...

- ¿Así? Es solo una broma, no seas tontito – le sonrío – tu eres lo más preciado que yo tengo en este mundo de mierda, ¿no lo puedes ver?

En verdad que sí. Aunque Gerard no llene ese vacío que siento, el lo es todo para mí. como un rayo de luz en un cuarto oscuro, una melodía de piano..., ese dulce sabor del pastel con fresas. Lo amo. No se da cuenta de lo hermoso que es y eso es lo que me mata de la ternura siempre. Tomo sus mejillas y las acaricio.

- No me... gustan ese tipo de bromas – hace un puchero y me mira a los ojos, o no, más bien, lo fuerzo a mirarme.

- Mi amor por ti es mucho mas fuerte que mis pequeñas bromas, no seas idiota – murmuro con suavidad. Ahora, ¿qué querías preguntarme, mi amor?

Se sonroja.

- Solo quería pedirte que... si... - respira hondo, si, exacto Gerard, no me agrada cuando balbuceas. Toma aire y habla claramente – si podrías... hacerme sentir bien a mí hoy...

Vaya, no sabía que era un chico egoísta.

¿Acaso causarme placer no le es suficiente? ¿Por qué? Si amas a alguien, debes hacerlo sentir bien. Y eso es lo que hago yo al permitirle darme placer, ¡eso es lo que le gusta! Mm..., supongo que todas las personas tienen defectos, ¿no? Ja... ya aprenderemos luego.

- Claro, ¿por qué no? – asiento – después de todo, no eres tan... bueno dando placer, supongo que te enseñaré. Torpe retrasado.

- Frank...

- ¿puedes dejar que me exprese? Ahora parece que ya no puedo ni hablar, nada te parece – sonrío.

Quiere hablar. O al menos, eso parece. Tapo su boca y me acerco ferozmente a su cuello. Saco mi lengua y tranquilamente me doy un paseo. Lo disfruta, puedo escuchar su melodiosa voz en mi oído. Puedo sentir su mano apretando mi nuca, enredando sus dedos entre mi cabello. Le gusta.

Comienzo a morder y claramente ya no puede más, y eso que apenas lo toqué.

Pero ahora me detengo yo.

Me alejo de él y puedo ver su rostro cegado por el deseo que he brindado. Me hinco en el colchón y lo miro. Es una puta bola de manteca con ojos de muñeca de porcelana. Desde que lo conozco, es tan frágil como sus aspiraciones y autoestima. Cuando lo vi, me pregunté: ¿Quién querría semejante abominación?

Mi bondadoso corazón no me dejó dejarlo morir. Ese día me acerqué a él y le dije: me gustas. Y no mentí. De verdad era un deleite mirarle, no podía dejar que se me fuera, no a mí. No cuando alguien terrible puede hacerle daño allá afuera. Nunca lo permitiría.

Se sonrojó al instante en cuanto le confesé mis atrevidos sentimientos. Yo no tenía conocimiento de su orientación sexual ni nada, de hecho, creo que es una idiotez, ¿Cómo etiquetar lo que quiere el corazón? Yo no tengo problema si quiero a alguien, entonces no queda más que ir tras él/ella, da igual.

En fin, no se si tenga siquiera voluntad, mucho menos estoy seguro si tiene alguna preferencia al amor... supongo que jamás recibió alguna especie de cariño que cualquiera pudo haberle dicho: lindo cabello. Y caer redondito.

Sin embargo, yo no quiero eso. Yo lo amo por quien es: un idiota sin carácter y cuerpo horripilante. Un cerdo maloliente y estúpido sin ninguna señal de materia gris.

- ¿sentiste tu pene pararse? – le pregunto después de salir de trance, admirándolo. No puedo evitar poner una cara enferma de amor al verlo, con esa naricita. Me tiene.

- Frank..., no tienes filtros – ríe levemente, mientras lo rojizo se quita paulatinamente de su rostro.

- Los filtros son para gente cobarde, Gerard. Gente que teme de lo esencial de este mundo, ¿sabes? – me acerco a su oído – estúpido.

- Creo que... tienes un punto.

Sonrío.

- ¿Qué tanto me ves? – me mira sonrojado y se acomoda a un lado mío. Estamos juntos en la cama, entre sabanas, y mi miembro queriendo más.

¿Qué tanto me ves? Pregunta. No hay que ser genio para deducir que quiere que le diga un cumplido. Para mi rey, lo que sea.

- Veo tu asqueroso cuerpo. Tu gigantesco cráneo. Tu celulitis y estrías que tienes en los brazos.

Me tiene hipnotizado. Me tienen en la palma de su mano, ¡y no se da cuenta! ¡pero—

¿Por qué quiere llorar? No, no... me he excedido... le he dicho demasiados piropos, ¿no?

- Gerard...

- ¡Qué mierda! ¡¿MI CELULITIS?! ¡¿Mi asqueroso cuerpo?!

Vaya que tiene defectos, se pone así por cualquier cosa. Pero entiendo, somos humanos, así somos todos. Dios, me tiene tan enamorado toda su persona.

- Solo fue una broma, mi amor. No seas sensible, yo te amo.

Torpe...

----

Creo que Frank tiene un problema... ¿cual será?

Violentómetro :) {Frerard?} DONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora