003| Mentir, engañar

568 71 159
                                    

—Quince años de habernos conocido y no se un carajo de ti— le sonrío mientras me siento frente a el en nuestro comedor de amor. Aquí lo hemos hecho hasta el amanecer, sobre esta mesa divina— Podría decirse que solo eres un culo en el que meto mi enorme pene.

Es verdad. Yo lo amo. Tan poco tiempo juntos y no se nada de mi amado. Siento tanta pena, sus ojitos de muñeca me hacen sentir tan vulnerable, como nunca antes. Me hace estremecer, me apachurra el corazón.

—B-bueno, yo... solía vivir con mi tía Jan—

—¿Por qué? ¿Y tus padres?— pregunto. Dios, de pronto quiero saberlo todo acerca de él.

—No... yo... no me gustaría recordar... no es... bueno para mi.

Ya veo. Es tan egoísta, es una cosa tan desagradable de tener como defecto. Justamente mientras disfrutamos de nuestros sagrados alimentos, y mientras le pongo mi total atención, ¿Se digna a cometer estas estupideces?

Pero que grosería tan vil. Rata de mierda, cómodo pestilente, escoria del mundo. Insignificante individuo.

Estoy aquí para salvarte y protegerte de todo y de todos los que quieran hacerte daño, ¿Y tú decides callar? Oh, Gerard, no sabes el dolor que cargo solo por mirarte, y tú menospreciándome. Lastimas mi corazón.

—Quita esa cara, por favor, Frank.

¿Cara? ¿Cuál cara? ¿No le gusta mi rostro de preocupación?

—Solo me preocupo por ti— contesto, dejando de cortar mi carne de cerdo.

—Cortaste el plato y..., tú entrecejo está... fruncido.

—Ya estaba defectuoso el plato, Gerard.

—Si..., de acuerdo.

Mi novia casi termina la universidad. Gerard quiere ser pintor, escritor, ilustrador. Mi alma gemela, todo un artista. Toda una obra de arte. Es mío, mío para siempre, ¿como pude ser yo el afortunado de tenerte, amor mío? Oh, Gloria, soy dichoso.

—Pero tienes razón, debí haberte contado.

Lo observo.

—Es que... asesinaron a mis padres cuando tenía 6 años. Me... sentí tan muerto ¿sabes? Solo y asqueado. Quería morirme. Y quiero morir cada que pienso en ellos, por eso...bueno, yo... esa basura se arremolina en mi cabeza, diciéndome que debería estar muerto.

Dice con la mirada baja. Todo el tiempo viendo la carne de cerdo que preparé para cenar. Escucho cómo continúa hablando, pero solo logro enfocarme en la sangre entre mis uñas.
No necesito saber detalles de algo sin importancia.

—Ah,— me mira porque me he dignado a hablar después de haberme contado su trágica historia— ¿Entonces es por eso estabas triste? ¿Por eso ya no gemías como antes? ¿Por eso me la chupas fatal últimamente?

¿Que se sentirá ser él? De seguro aburrido. Mi cabeza siempre está inquieta. Se preocupa por cosas que no existen, por tonterías.

Levanto la mirada y... oh. Oh, ese rostro otra vez. Ese rostro brilloso, como si estuviera llorando, sufriendo y quemándose por dentro con las llamas del infierno.

Pero que incoherente es. Estamos en un momento serio ¿Y él trata de excitarme? Jesucristo, hasta mi hambre incrementó.

Esa agua que desprenden sus ojos. Mmm, sus labios hinchados y las venas reventadas alrededor de sus párpados. Basta ya.

—Frank... lo siento. Es que... estos meses siempre se han convertido en una carga emocional para mi.

Oh... cielos.

Violentómetro :) {Frerard?} DONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora