010|Intimidar, Amenazar.

285 38 58
                                    

¡Maratón, maratón de maldad, de maldad! 

Chic@s los psicoptas son malos, no comida!!! arroba nemo vibes. 

Por cierto, les iré poniendo canciones que me inspiren en cada capitulo de aquí en adelante porque... pues nomás para que se enteren o por si les interesa. (AMO RUSIA!)

(MUSICA EN MULTIMEDIA!)

-elena

----


g.

Recuerdo tanto extrañar a mi amor.

Dejé de comer.

Dejé de bañarme.

Dejé de dormir

Dejé de hacer cosas.

Empecé mi tercer año de secundaria como un maldito palo, sumido, arrugado por mi repentina pérdida de peso y hasta con canas. Quería a mi amor. Quería a mi Frank. ¿Por qué no me dejaban ser feliz ni una sola vez? Deseaba serlo. No tenía motivos para suicidarme, porque mi felicidad se encontraba por ahí, Frank existía y yo lo sabía. Lo necesitaba, no había día ni noche que no pensara en él y cómo nos habíamos distanciado.

Todos me veían como un fenómeno en la nueva escuela. Era mayor que ellos dos años y parecía un maldito zombi derritiéndose y en estado de putrefacción. Nadie iba a amarme como Frank me amaba. Esa era la realidad. Solo pensaba en masturbarme, imaginando su cara o imaginando que me tocaba y me besaba. Y todo por mirar un plátano sobre mi charola del almuerzo.

Un día, alguien se me acercó. Se llamaba Ray, bueno, se llama, no sé si aun viva. Me caía muy bien, pero yo sabía que le daba lástima y ese había sido su motivo para acercarse a mí. Nos hicimos amigos rápido porque también era un marginado.

Yo iba a su casa, él iba a la mía. Comíamos bocadillos, leíamos cómics, hacíamos pijamadas y un día le conté sobre mi pasado y le describí a la perfección cómo mis padres habían sido masacrados frente mío. Él me pidió que lo hiciera. Me contó que lo más interesante que había sucedido en su familia era que un tío suyo había desaparecido en navidad y que nunca volvió, me pareció triste.

El punto es que nuestra amistad se hizo perfectamente. Todo tercer año de secundaria parecía pintar bien. No me importaban las burlas de mis compañeros, ni tampoco me preocupaba por mi cuerpo o por estupideces, porque Ray estaba ahí conmigo. Era maravilloso.

Recuerdo bien el día que comenzamos a hablar sobre las citas. Éramos idiotas, teníamos 15 años tan solo. Nunca le conté sobre Frank, supongo que, porque quería dejar de pensar en él, de olvidarlo. Funcionó, funcionó muy bien. Parecía como que me estaba sanando de la ruptura. Cuando lo pensaba ya no sentía que se me enterraban 10 dagas sobre el pecho, no, solamente lo veía borroso. Eso estaba bien.

Así que fingí tranquilamente que siempre había sido soltero.

- Me gusta Sofía, la güerita del salón.

- Todas son güeras.

- ¡No! Esa es güera, güera. Las otras son güeras no tan güeras.

- ¿Hay diferencia? Todas son bonitas y todas son inalcanzables.

Era de noche. Estábamos sentados en el parque, precisamente en los columpios, sí, me acuerdo. Ninguno quería ir a casa porque habíamos reprobado el examen de Historia y teníamos que llevarlo firmado al día siguiente. Pero dieron las 11 y la madre de Ray no tardó en mostrar preocupación.

- Si no me ves mañana, me mataron mis padres – se levantó – me fue de la mierda, no mames.

Me reí.

Violentómetro :) {Frerard?} DONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora