[ C A P .11 ]

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[ V E R D A D E S Q U E D U E L E N ]
[ h c / p o v ]

- ...chan, Haechan despierta...

Una mano en mi hombro me sacude, y abro los ojos encontrándome a Taeil enfrente de mí. Parpadeo un par de veces intentando descifrar donde estoy.

-Estamos en el garaje de mi casa. Venga, quítate el cinturón y entremos.

Asiento y obedezco. Cojo el abrigo de Taeil de mi regazo y sin que se de cuenta, lo huelo por última vez antes de devolverlo.

Ah, no sé que perfume usa Taeil pero me pone muchísimo.

Bajo del coche aún ensimismado con su olor y lo sigo dentro. Una de las mujeres de la casa viene a darnos las buenas noches, a lo que Taeil solo le responde con un asentimiento de cabeza.

¿Por qué no me sorprende?

Sintiéndome mal por su desconsiderado acto, le devuelvo el saludo a la mujer y le doy las buenas noches con una sonrisa.

Antes de siquiera poder dar dos pasos, Taeil se vuelve a la mujer, la última que queda en casa por lo que sobreentiendo, y le dice (o más bien le ordena) que no diga nada a nadie sobre mi estadía hoy en la casa y que es libre de irse a la suya propia. Nos da un saludo a los dos y se marcha.

Mientras subimos por las escaleras, me dirijo a Taeil: -¿No podrías haber sido un poco más simpático con la mujer? Ella está aquí, despierta a las 5 de la mañana, la noche de fin de año.

-Es su trabajo, para eso le pagarán una buena cantidad de dinero. Además el hablarle mejor no hará que la calidad de su trabajo mejore. No me gusta relacionarme con los ayudantes y no voy a empezar a hacerlo ahora.

Suspiro derrotado, sabiendo que no voy a conseguir cambiar su opinión por más incorrecta que me parezca.

Seguimos nuestro camino por un largo pasillo plagado de macizas puertas de madera. Cuadros y retratos familiares adornan las altas paredes blancas y acelero mi paso para no apartarme del lado de Taeil.

Como suponía, entramos en la última puerta del pasillo. Bacilo un segundo antes de dar un paso dentro de la habitación. Justo en la pared a mi izquierda, la famosa cama se encuentra empotrada en dicha pared, junto con el cuadro que tantas veces había observado encima de esta. 

Los remordimientos y la culpa me consumen al recordar todos los no tan buenos pensamientos que han venido acompañados con a la imagen de esta cama.

Sonrío incómodamente cuando Taeil se acerca a mí con un pantalón y una camisa de deporte. 

-Puedes cambiarte en el baño, es la puerta que hay al salir de la habitación a la derecha.

Asiento y salgo de la habitación. Una vez cierro la puerta del baño, me apoyo sobre esta apretando la ropa en mi pecho y suspiro de alivio. El ambiente tan cómodo del coche se ha desvanecido por completo al dar un paso dentro de la habitación, siendo remplazado por otro ligeramente incómodo y tenso.

𝖭 𝖤 𝖨 𝖦 𝖧 𝖡 𝖮 𝖱 [ taehyuck ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora