[ C A P .15 ]

1K 153 131
                                    

[ B E S O ]

[ h c / p o v ]

Sus labios se sienten agradables sobre los míos. Tan bien, tan realmente bien.

No es mi primer beso, pero teniendo en cuenta que el primero (y último) lo di cuando tenía 13 años escondido en los baños del instituto, casi se podría decir que sí.

Separa nuestras bocas y mueve sus manos para acunar mis mejillas. Me mira a los ojos, queriendo saber que es lo que me pasa por la cabeza, preguntando indirectamente si me puede volver a besar.

Yo, guiado por por mis hormonas y por la placentera sensación  que han dejado sus labios sobre los míos, además del alcohol que aún sigue en mi sistema, asiento de manera casi imperceptible.

Aún así, Mark capta mi gesto y no duda en volver a unir nuestros labios en un beso mucho más fogoso. Apoyo mis temblorosas manos en su pecho y Mark, sobreentendiendo mi inexperiencia, lidera el beso ladeando suavemente mi cabeza y besando mi labio inferior. 

Mis nervios van disminuyendo con cada caricia que sus dedos dejan sobre mi cara. La intensidad del beso aumenta a la par que mi respiración, me quedo sin aire y la temperatura entre nosotros sube.

Subo mis manos a su cuello y el sonido de una puerta cerrándose me hace separarme de él al segundo. Una puerta, la puerta del jardín de Taeil

La nube de hormonas en la que me encontraba se esfuma tan rápido como ha aparecido. Aparto a Mark de un empujón y froto mi cara con mis manos, sin ser del todo plenamente consciente de lo que acabo de hacer. 

Miro a Mark avergonzado sin saber como actuar. 

-Lo siento Haechan, me he precipitado -sonríe de forma triste.

-No no Mark, no has hecho nada malo -me sonrojo y Mark suelta una suave risa, -pero supongo que tantos sentimientos me tienen un poco, abrumado...

-Está bien -peina un par de mechones de mi frente -Buenas noches Haechan.

-Buenas noches Mark. 

Me sonríe y me da un último beso en la frente. Me giro y al dar un paso dentro del jardín, una mano sujeta mi muñeca. Giro mi cara y abro mi boca para preguntar.

-Tu número. 

Lo miro interrogativamente.

-Tu número de teléfono -levanta su otra mano para enseñarme su móvil -no lo tengo.

Me río tímidamente y le doy mi teléfono. Él añade su número, llama a su teléfono y me guiña un ojo antes de despedirse por segunda vez y subirse al coche con su chófer. 

Chófer que acabo de recordar que estaba ahí.

Cierro la puerta del jardín con llave y subo lo más rápido que puedo a mi habitación. Me tumbo en mi cama y entonces caigo en la cuenta ¿Quién estaba en la puerta? ¿Sería Taeil? ¿Sus padres? ¿Lo habrán visto todo? ¿Lo habrá visto él?

Una presión empieza a hacerse notable en mi pecho y mis ojos se humedecen. Todo lo bien que podía estar sintiéndome durante toda la noche y especialmente durante estos últimos minutos se desvanece en menos de 30 segundos.

Qué patético eres Lee Donghyuck, llorando otra vez por un chico que ni siquiera te corresponde y que ni siquiera sabes si te ha visto. 

Una vibración en el bolsillo de mi abrigo me saca de mi trance de miseria. Saco el móvil y leo un mensaje en la pantalla de este:

𝖭 𝖤 𝖨 𝖦 𝖧 𝖡 𝖮 𝖱 [ taehyuck ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora