[ C A P .17 ]

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[ L A   Ú L T I M A ]

[ h c / p o v ]

Abro mis ojos perezosamente, acostumbrando mis ojos a la tenue luz que se proyecta desde el televisor en donde están pasando los créditos finales de la película. Lo primero que siento, ignorando la fuerte punzada de dolor en mi cuello por la postura en la que me he dormido, es el olor de una masculina colonia que me resulta demasiado familiar, demasiado agradable.

Parpadeo un par de veces más, algo desorientado. Reconozco la habitación de inmediato y escucho unas suaves y pausadas respiraciones provenientes de la persona a mi lado, que duerme plácidamente con su cabeza encima de la mía. Bostezo con vagancia y froto mis ojos con mi mano derecha, con cuidado de no despertar al hombre a mi lado.

Caigo en la cuenta de la posición en la que estamos e intento levantar mi cabeza de su hombro con la mayor delicadeza posible, para evitar el bochorno de que despierte y me vea dormido sobre él. A pesar de mis esfuerzos, Taeil despierta y bosteza cubriendo su boca con su mano.

Estira un poco sus brazos y mientras tanto yo observo como sus músculos se contraen y se marcan a través de la fina camisa blanca que lleva. Trago saliva y aparto la mirada algo avergonzado, sintiendo aún su colonia presente en mis fosas nasales. Carraspeo avergonzado intentando romper el  silencio y suelto una avergonzada risa en un intento de parecer natural, fallando estrepitosamente.

—Parece que me he dormido... —suelto sin pensarlo demasiado, arrepintiéndome al instante por lo estúpido que he sonado.

A diferencia de lo que me esperaba, Taeil solo me mira y asiente, dirigiendo su mirada a su derecha en donde se encuentra el jersey que llevaba al llegar y su teléfono. Los coge y se levanta, aún sin dirigirse a mí. Un sentimiento extraño sube por mi garganta, dificultándome el  tragar, como una alarma que te avisa de que algo no está bien o un sexto sentido que te dice que algo raro está pasando. Guarda su móvil en el bolsillo y se pone su jersey con su mirada en la puerta. Observo con discreción su rostro en la aún oscura habitación, intentando descifrar lo que ronda por su cabeza. 

¿Tal vez está enfadado porque me he quedado dormido?

Fuerzo mi vista para descifrar su expresión y contra todo pronóstico no es enfado lo que distingo. Es más bien una... ¿ligera preocupación? Casi imperceptible, si no fuera por sus cejas algo fruncidas. Parece recordar mi existencia en ese momento pues gira su cara y me mira fijamente antes de mover su cabeza para indicarme salir. Yo asiento y sin dejar de mirarle apago el televisor antes de seguirlo hasta abajo. Durante todo el camino hacia la entrada no se dirige a mí en ningún momento, por lo que el sentimiento de preocupación e incertidumbre crece en mi persona.

Le abro la puerta y en cuanto sale se gira para despedirse, pero yo le pregunto antes de que pueda decir nada.

—¿Te pasa algo Taeil? pareces algo... pensativo —apoyado en el marco de la puerta, froto mi brazo con mi mano, indeciso de mis palabras.

Él me mira y hace el intento de darme una sonrisa, que acaba siendo más forzada de lo que supongo que él habrá querido y que dura poco más de dos segundos. Yo se la devuelvo, aunque la mía tampoco llega a ser una sonrisa especialmente sincera.

—Solo estoy algo... dormido, nada más —suspira con cansancio y se despide con un movimiento de cabeza. —Nos vemos el lunes. 

𝖭 𝖤 𝖨 𝖦 𝖧 𝖡 𝖮 𝖱 [ taehyuck ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora