La vida sigue...//reijifemxyuma//shufemxyuma//

Capítulo 3

Estaban en un restaurant que quedaba cerca del hospital cenando el turno de la noche apenas había empezado, la situación de shu por fin se había estabilizado pero aún tenía que permanecer alerta aunque no podía quejarse yuma era de gran ayuda a la hora de cuidar a su hermana agradecía el tener su apoyo además con él no se sentía tan sola como de costumbre.

- Crees que tu madre se quede mucho- pregunto yuma mirando por la ventana hacia el hospital que estaba al otro lado de la calle

- No lo creo – hablo reiji mirando también el hospital

- Yo creo que si va a quedarse además es su hija de lo que estamos hablando- hablo yuma mirando como salía la rubia y se paraba en la entrada de hospital palmeando el lugar con su mirada – creo que te busca- hablo yuma llevando su mirada a la chica frente a él que bosteo a mirar de nuevo a sus espaldas para ver a su madre parada en la entra del hospital

- Voy a ver dispúlpame- hablo reiji levantándose de la mesa para ir a donde su madre estaba

- Donde estaba- su madre era bastante seria pero hoy había algo diferente

- Me encontraba con yuma en el restaurant del frente- hablo reiji mirando hacia el restaurant- que se te ofrece- pregunto de esa manera tan seria y en ese tono neutral con el que solía dirigirse hacia su madre

- No me digas que ahora tú también estas de "amiguita" de ese muchachito- hablo Beatriz con obvio desprecio hacia yuma bueno aunque reiji no lo notara mucho a ella también la despreciaba

- Que se te ofrece madre- hablo reiji intentado sonar lo más cortes posible

- Quiero que no vuelvas a este hospital de nuevo- dijo Beatriz sin mucho rodeo, reiji no lo entendía ella no se preocupó por venir ni una vez desde el accidente ella y yuma se hacían algo de shu personalmente

- No entiendo! Porque quieres eso yuma y yo...- reiji fue detenida por su madre antes de que terminara de hablar

- Ah! Ahora son tú y el- hablo Beatriz haciendo insinuación así un posible relación entre su segunda hija y el castaño- bueno eso no me incumbe... no te quiero aquí porque tú eres la culpable de todo lo que le paso a tu hermana- hablo Beatriz con rencor más del que ya le tenia

- Perdón!!! Perdón yo la culpa yo no tengo la culpa de lo que le ocurrió a shu- se defendió reiji de la acusación de su madre que soltó un fuerte suspiro

- Claro que es tu culpa por ser tan débil- reiji intentaba contenerse para no decir nada inapropiado- cómo pudiste dejarte con vencer de tu hermana estas tan desesperada por aprecio que arias lo que fuese- yuma se encontraba escondido a unos cuantos metros de donde estaban las dos mujeres hablando primero pensó en pasar pero al ver la discusión que sostenían decidió aguardar

- Que no dirás nada... siempre fuiste una niña débil y manipulable- hablo la rubia haciendo que la azabache bajara la cabeza yuma que escuchaba tenía la necesidad de detener esa discusión-

- Basta- hablo reiji en un tono casi inaudible

- Que quieres que pare...sigues siendo un pequeño monstruo insensato- esa mujer de verdad que era cruel quien es capaz de decirle eso a su hija

- Yo no soy un monstruo!!!- exclamo reiji subiendo su tono de voz lo que hizo que Beatriz le proporcionara una cachetada

- No vuelvas a hablarme de esa manera niña- aunque su tono de voz no había cambiado se podía sentir en el odio y desprecio que la mujer sentía hacia su hija menor

- Yo solo hice lo que tú me pedias... yo solo quería...- intentaba contenerse no quería llorar frente a ella ya hace mucho que no lloraba podía sentir como sus lágrimas amenazaban con salir

- Ho!! Pobrecita tu solo hacías lo que te pedía- porque la odiaba tanto no entendía de verdad que era una mujer despida- si hubieras hecho lo que te pedía de manera correcta ese niño no estaría aquí si hubieras dejado que se quemara tu hermana no estaría en esta situación- yuma estaba inmóvil en su puesto como había sido capaz de hacer tal cosa solo por un poco de aprobación mato a todas esas personas acabo con su familia

- Yo...- no sabía que decir que podía decir era cierto todo cada palabra se acabó sus lágrimas bajaron sin cuidad alguna por su rostro

- Tu... creías que no me daría cuenta de que habías salvado al estúpido niño ese- es cierto ella había hecho eso pero es que él no era culpable de nada- sabias que no podrías hacerlo te sentientes mejor al salvarle te exentaría de las otras muertes que acusaste-

- Espero no vuelvas al hospital no te quiero por aquí de nuevo-hablo la rubia dirigiéndose de nuevo al interior del hospital- mejor ve y consigue un trabajo de sirvienta- hablo Beatriz por ultimo antes de entrar por completo al hospital

- Reiji- era la voz yuma todo lo que le faltaba para terminar este día era que yuma hubiera escuchado todo lo que su madre había dicho- que ha dicho tu madre-reiji soltó un suspiro de alivio él no había escuchado su conversación con su madre

- Ella dijo que quería encargarse personalmente de shu así que ya no debo volver- hablo reiji aclarando su garganta y limpiando sus lágrimas para ver voltearse y ver a yuma

- Ya veo... supongo que podemos volver a casa- hablo yuma a lo que ella solo asintió -Bueno eso será mañana hoy mejor vayamos al departamento a descansar- yuma se acercó a reiji abrió el paraguas y la cubrió ya estaba por empezar a llover- vamos- fue todo lo que dijo reiji lo siguió en silencio de vuelta al departamento

Debería odiarla pero la verdad es que ya no estaba seguro de eso al ver la manera en la que la trataba su madre era más que lógico que reiji solo había actuado bajo la influencia de su madre y su deseo de aprobación, si así había sido su vida desde niñas hasta hoy estaba seguro de que ella ya había sufrido mucho con una madre como esa cualquiera, además ella lo había salvado en un ataque de arrepentimiento y ahora no podía quejarse pues a diferencia de ella su vida estaba llena de personas que lo querían y ella no tenía a nadie pues incluso shu decía que ella era solo una molestia y sus otros hermanos solo la veían con una sirvienta agradecía tener a su hermanos en su vida así que mejor fingía no haber escuchado eso pues ahora en vez de sentir rencor sentía pena por ella.