capítulo 8.

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-es una bestia… SASUKE-BESTIA-

-Te…Te…Tente-san, Ca…cálmate-

Como era de esperarse, mis muñecas quedaron marcadas… tenía unos pequeños hematomas en el busto, en mi cuello, piernas y los marcados dedos de Sasuke en mis muñecas.

Maldecía mi piel, es tan débil, se marca con facilidad… y como soy blanca se resaltan más estos estúpidos moretones.

Tenten había llegado temprano, de improvisto…

Obviamente trate de ocultarlos, pero me fue imposible.

Su reacción, bueno… sencillamente mando un sinfín de maldiciones dedicadas a Sasuke y todos sus ancestros.

Trataba de calmarla, pero me era imposible…

Después de una batalla tratando de domar al monstro que había despertados me dijo que saldría un momento… me temí que fuera a buscarlo, pero prometió no hacerlo, eso me calmo.

Ni veinte minutos habían pasado cuando regreso, traía una pequeña bolsa de plástico color negro.

Saco de ellas una crema, y tres pares de muñequeras uno color negro, otro rosa y un morado.

-Son tus colores favoritos, sé que tienes mucha ropa de estos tres colores así que puedes inventar que es un accesorio para combinarlo. Así solucionamos el problema de las muñecas.-

Mis ojos se enterneces, ciertamente no sabría que hacer sin ella… es de las pocas personas que velan por mí, de las pocas personas que no me ven como un estorbo, de las pocas que me quieren. Y la única persona con la que puedo desahogarme y sacar todo lo que me carcome.

-por suerte esta vez no hay muchas marcas en el cuello… si llevas el pelo suelto ni se notara-

No podía dejar de mirarla, sentía que ella era un pilar importante en mi vida… no quería ni imaginar que la alejaran de mi lado, así como alejaron a Neji-niisan.

-Usa esta crema, se supone que ayuda a disminuir rápidamente hematomas-

Suspire hondo, no quiero pensar negativo… ahora está aquí conmigo, puedo llorar con ella sin sentirme débil, puedo reír con ella, puedo dejar salir mis penas, y temores…

-Gracias Tenten-san-

-jejeje no es nada yo…-

Mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas, mis mejillas se ponían de color carmesí al igual que mi nariz.

-no…no llores Hinata-

Tenten se acercó a mí rodeándome en sus brazos, presionando su cuerpo con el mío… yo respondí rápidamente… rodeando su cintura, y enterrando mi cara en su pecho.

Estaba sentada frente al tocador, y ella de pie, estrechadas en un abrazo, con mis ojos desbordando de lágrimas…

-Gracias por estar conmigo Tenten-san, no sé cómo podría sobrellevar mi vida sin tu amistad-

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