capítulo 13.

854 92 25
                                    

-Hinata, Hinata, Hinata-

Pronunciaba mi nombre de forma burlona, y se acercaba a mí con dificultad, sus ojos parecían los de una bestia salvaje, oscura y sanguinaria.

-Mi queridísima esposa Hinata Hyuga-

Estaba completamente ebrio, se podía sentir el olor a alcohol impregnado en su cuerpo.

-¿La pasaste bien con tu amante anoche? No me digas, saliste corriendo tras él a curar sus heriditas…-

Cállate, no tienes idea de lo que estás diciendo.

En ese momento la imagen de Naruto subiendo al vehículo se aparece en mi mente… su rostro herido, sus ojos oscurecidos… esa mirada llena de dolor que pude notar, sin su brillo, si su luz…

Uchiha, no tienes idea la fuerza que tuve que emplear para no salir corriendo a sus brazos.

-Que descarada eres Hinata, te la tiras de santurrona, de pura, de digna…-

Empieza a caminar hasta donde yo me encuentro, pero mi cuerpo reacciona y avanza en reversa, tratando de alejarse de aquel hombre… la pared de la sala me impide seguir avanzando, me encontraba acorralada por Sasuke, o por aquel mounstro que decía ser Uchiha Sasuke.

Sasuke está frente a mí con su rostro muy cerca del mío…

-Pero no eres más que una zorra-

No pude más, mi mano se estrelló contra su mejilla, con toda la fuerza de la que era capaz.

-Cállate, CALLATE UCHIHA, CALLATE-

….

-Es tarde y ni señas de que aparecerá.-

Suspiro hondo y miro el anillo en mi dedo, como si se tratara de Sasuke.

De cierta forma me lo recordaba, me recordaba que era la esposa de Uchiha Sasuke. Me recordaba que tenía deberes con él, me recordaba lo estúpida que fui al no negarme a esto.

Sorbo un poco de café.

Ojala esto me ayude a disminuir el terrible dolor de cabeza.

(No estas hecha para tomar, y ayer fueron… mmm ¿Seis? ¿O siete?)

Vaya que eres exagerada, apenas fueron tres. Pero no es en sí el alcohol lo que me tiene la cabeza vuelta loca…

(Ya veo…)

Suspiro hondo… y miro el reloj por milésima vez.

Son las cuatro de la tarde, Sasuke nunca se desaparece por tanto tiempo y sin avisar.

(Oye, ¿Qué esperabas? Anoche se molió a golpes con Naruto…)

Ha de estar furioso conmigo…

Obviamente, hasta yo estoy furiosa conmigo misma.

Y… ¿Cómo estará Naruto?

No puedo borrar esa expresión que tenía al subir a su vehículo, sentí que moría al encontrarme con sus ojos ensombrecidos. Ese brillo tan característico que los acompañaba parecía haber desaparecido en un instante, y todo por mi culpa.

Pacto de Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora