Capítulo 4

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Varías semanas transcurrieron desde lo ocurrido, las cosas en mi casa cada vez empeoraban.
Deán se había recuperado del todo, solo quedaban cicatrices en su cara y parte del cuerpo, algunas eran de todo el tiempo que vivió en la casa, ahora vivía con Mark y Daisy, Deán seguía estudiando, cada vez faltaba poco para que iniciara la carrera.
Mi mamá sabía que lo visitaba, en ocasiones me preguntaba por él, Alexia cada vez lo extrañaba más extrañaba a su hermanito mayor, mi padre me había hecho "entender", que no debía de contarle nada a Alexia, supongo que no quería que descubriera a su verdadero padre.

-¿Segura que él ya no te golpea?. Deán volvió a preguntarme por quinta vez.

-No. Mentí, no quería que se preocupara por mí, él habia prometido sacarme de la casa, pero aun era menor de edad, mi padre ya lo había amenazado con eso, hace algunos años atrás.

-Si lo llegara hacer, prométeme que me dirás, sabremos la manera de sacarte de casa a tí, a mamá y Alexia.
Deán me abrazo de lado.

Nos encontrábamos en la casa de Mark, él estaba en su trabajo y pronto llegaría, Deisy estaba en la cocina preparando el almuerzo.

-Ya llegue familia. Mark apareció en la puerta, llevaba solo una camisa negra sin mangas y unos jeans junto con unos tenis.

-¡Daisy! ¡Mark llegó!. Mi hermano gritó fuerte para llamarla.

-Mark, mamá dijo que le hablarás en la noche.
Daisy apareció con mucha comida en un plato.

-Le llamaré.-Mark se dejo caer al lado mío.-Kim, que bueno verte. Mark me sonrió.
Cuando lo hacía sentía algo, alegría tal vez.

-Si, pero ya tengo que irme. Me
levanté del sofá.

-Oh, pero llevate un poco de comida. Daisy camino a la cocina y regreso con una bolsa y metió unas piezas de pollo dentro.

-Gracias. Sonreí al recibirla.

-La llevaré a casa. Deán se levantó y camino conmigo a la puerta.

-Los acompaño, de paso compraré algunas cosas para llenar ese refrigerador.
Mark se levantó del sofá y salio con nosotros.

-¿Mark cuál es tú trabajo?. Me animé a preguntar ya que nunca lo había hecho.

-Verás kim, trabajo en un estudio de tatuajes, así como también me dedico al arte urbano.

-Pero tú no tienes tatuajes, ¿o sí? .

-Claro que sí, tengo un enorme león en la espalda y es el único que voy a tener.

-¿Y eso porque?. Pregunte, me parecía interesante su trabajo.

-Porque el león es mí animal favorito, además de que me gusta la ferocidad con la que ataca la vida, no por nada muchos le dicen el rey, ser conocido por muchos asi, habla del esfuerzo que le cuesta darse a conocer y mantenerse en la cima. Oh bueno ese es al menos el significado para mí.

Sonreí ante la manera de hablar de su tatuaje, como si fuera algo importante para él y estoy segura que lo era ese brillo en sus ojos lo decía.

-¿Y cuál es tu trabajo de arte urbano?

-Eso no te lo puedo decir. Lo mire confundida.

-Veras bella Kim, te lo mostraré, claro si Deán deja que lo haga.

Regresé a ver a Deán quien tenía su cara muy seria.

-¿Puede mostrarme? Lo mire con mis ojos negros muy abiertos, eso siempre funcionaba con Deán.

-No lo sé Kim, pero está bien solo no hagas esa cara. Dijo tapando su rostro dramáticamente con sus manos.

-Vamos, está por aquí.

Mis verdaderos colores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora