Capítulo 7

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Miraba por la ventana del autobús. El cielo totalmente nublado, las nubes opacando hasta al más mínimo rayo de sol, la hierba seca era todo lo que rodeaba a aquel lugar a la distancia, olía a humedad una combinación de tierra mojada que era mi olor favorito, pero ni eso me hacía sonreír.

Estaba siendo transportada a Toledo, que se encontraba a unas millas de Bunosh, lo sé porque una vez mi madre me habló del lugar, decía que cuando llego a Norte América con mi padre, vivieron una época aquí.
En el autobús no solo iba yo, si no otras cuatro jóvenes, sus caras no eran diferentes a la mía.
Ya a unos metros pude apreciar aquél edificio, supuse que ese era el lugar ya que en horas no había visto nada de semejante magnitud.
El edificio era muy grande y alto, parecía un castillo embrujado, desde lejos el alambre de púas brillaba, todo lucía resistente, sentí un escalofrío recorrer mi espalda aquí pasaría 3 años de mi vida y lo que restaban en la cárcel.

Al llegar los oficiales nos hicieron bajar, mis manos no estaban encadenadas. Eso creo que se debía a que no había nada en millas y si escapabamos seriamos fácil de encontrar, no llevaba ningún equipaje conmigo, nada, solo mi ropa que era una camisa con mangas color blanca y un short largo color café junto con mis sandalias de correas.

Caminamos por un extenso pasillo, que estaba a un lado de lo que parecía ser el patio de aquél lugar, era ya tarde y no había nadie afuera, eso y además que el clima era muy helado.
Nos hicieron entrar a una oficina, donde nos entregaron ropa, y cosas de aseo personal, después nos llevaron a nuestras cuartos, las cuales eran unas enormes puertas de metal reforzado que solo tenían una ventana en la parte superior.
Tenia que compartir cuarto con una de las chicas que llegó conmigo, no hablé recordé que podía ser peligrosa o no le agradaría mi compañía, respire hondo y me acosté en un colchón individual que solo tenia una sabana y una almohada ambas no tan maltratadas.

-Hola. La voz de aquella chica hace que me sobresalté.

Ella me mira asustada y se sienta en su cama al otro lado de este pequeño cuarto.

-Hola. Casi susurré.

-Soy Dulce Twist. Ella me sonrió mostrando sus dientes perfectos y blancos, estos hacen lucir a su piel de color canela muy hermosa, sus ojos cafés son muy grandes y expresivos.

-Kim. Le Sonrío.

-Lamento asustarte Kim, yo no soy mala, ¿sabes? solo cometí un error, robe y sin ninguna intención maté a alguien, fue un accidente.

La miré sorprendida.

-¿Por..por que me lo dices?.
Mi voz casi en un susurro.

-Porque veo que no eres una mala persona, apuesto a que nunca robaste ni siquiera un dulce, tu cara lo dice todo, eres demasiado buena para esté lugar así que si estas aquí supongo que debe de ser por algún error.

-Yo..

-Tranquila, no tienes por que contarme tu historia o el motivo, ya habrá tiempo, solo pensé que sería bueno hablarte para así no sentirlo tan solitario el encierro aquí.

Sonrío de nuevo.

-Sí.

-Me gusta tu cabello, es muy rizado ¿que usas en tu cabello?.

-Nada, solo un shampoo común.

Recuerdo las veces en que mi madre, compraba cualquier producto de bajo costo, o en ocasiones ninguno, ya que no contaba con mucho dinero.

>>Mi madre<<.

Pensar en ella me causaba un enorme dolor en mi pecho.

-Yo quisiera tener mi cabello así.
Toma un mechón de su cabello café claro y lo sostuvo entre sus dedos haciendo un puchero.

Mis verdaderos colores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora