CAPÍTULO 1 (ARI)

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Narra Ariadna Amber del Arza

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Narra Ariadna Amber del Arza

Miro todo con asombro al llegar al distrito 1, conocido como el centro del mundo, el lugar donde paso la mayor parte de su vida mi padre como agente, aquí era antes la sede central, lo primero que hicimos con Alex fue desempacar todo  cuando llegamos al internado universitario, me sorprendió que aún no tenía ningún llamado de Allison, pero sabía que en el instante que ella supiera que estoy aquí, pegaria el grito en el cielo y me intentaría hacer volver a casa, pero no lo lograría, no me puede obligar .
–Tenemos aliados aquí verdad? O tendremos que usar fondos de la familia?
Mi pregunta era por el hecho que yo no pensaba estar todo el día en este lugar encerrada como una niña buena y si tenía que pagar por mi libertad, lo haría.
–Tranquila Ariadna, podrás salir cuando lo necesites pero también quiero que estudies cariño.
Rodé los ojos frustrada
–Te recuerdo que era el mejor promedio que el internado Pretty Girl había visto en todos sus años de formación.
Había superado hasta las marcas de Allison, soy y siempre seré superior a mi madre.
–Ya podemos ir a verlo?
Tenía mil nervios colapsando dado que al pasar tantos años y tantos sacrificios para poder encontrarlo era mi sueño y quería cumplirlo ya, en este preciso momento.
–Sera lo mejor que tú entres sola a verlo, no creo que el esté muy contento de verme, después de todo, han pasado muchos años y no pude encontrarlo...
Tenía lágrimas en sus ojos así que la abrace
–No fue tu culpa, sino de Allison, el lo entenderá.
–No tienes idea de cómo es el carácter de mi padre, tienes que estar preparada para conocerlo, el no se portará gentil contigo, al menos no al instante, dale tiempo.
Tome mi placa y me cambié al traje de la agencia.
–Estoy lista.
Saque de mi equipaje dos armas, coloque una en cada lado de mi cintura, lo bueno es que solo se activaban con huella dactilar eso significaba que mi abuelo si me intentaba querer matar no iba a poder hacerlo.
–Cuantas balas eléctricas tóxicas llevas?
Mire el cartucho que estaba cargado
–como unas 50, con eso es más que suficiente, tú sabes que matar a alguien no me importa en lo absoluto, pero si podemos hacer esto de una manera más pacífica no me enojaría.
Llevaba dinero en efectivo y una chequera, comprar la voluntad de alguien me divertía, todos en este mundo tienen un precio, quiero ver cuánto me costará poder ver a mi abuelo.
Salimos caminando por la puerta principal del internado, aquí Alex no tenía que fingir que era invalida porque nadie nos conocía, antes de irnos descargue el horario de mis clases y solo se me agregaron dos más.
Tenía: Arquería, Tiro, Acletismo, Gimnasia, Natación, Artes Marciales, Alquimia, Psicoanálisis, más todas las otras asignaturas normales, como a esta universidad asisten muchos agentes por no decir casi todos los de esta sede, aquí se dictan los entrenamientos.
Quería ver quién era el encargado de darlos, solo figuraba las iniciales de su nombre W.Y , quería hablar con el, no quería que por ser una del Arza me tuviera compacion, como agente siempre soy exigente conmigo misma.
El recorrido que hicimos para llegar hasta el escondite de este psiquiatríco fue muy largo, tuvimos que pasar por la selva que rodea el distrito hasta llegar entre el límite entre este distrito y el distrito 23.
Cuando aterrizamos temprano habíamos llamado a la agencia para que nos dejarán a nuestra disposición dos motos, así que venimos en ellas todo el camino.
Alex estaba nerviosa y se le notaba en la cara.
–Que tienes madre?
–Y si ya no se acuerda de mí? De nosotros? Si pasar 20 años aquí lo destruyó? Sí solo venimos a que nos entreguen un cadáver ?
Entendía sus miedos, pero nosotras no nos podíamos dar el lujo de sentir temor por nada.
–Recuerdas cuál me dijiste que era la frase favorita del abuelo?
Negó con la cabeza
–Un del Arza, nunca baja la cabeza, nunca pide perdón, nunca llora, nunca está solo.
Le levanté el ánimo antes de entrar, a simple vista no se veía nada, pero con los lentes especiales de la agencia podía verse un edificio grande escondido al pie de un risco.
Subimos con los ganchos expansibles de nuestros cinturones, cuando estuvimos arriba, unos guardias nos recibieron con armas de última tecnologia.
–Señorita Allison del Arza? Es usted?
Una señora ya mayor de unos 80 años acompañada por una joven de mi edad fue la que pregunto
–No, es un gusto conocerla, me presento, Ariadna Amber del Arza, líder de la agencia internacional de agentes secretos N.N.
Mostré mi placa y mi insignia a ella, haciendo que los guardias bajaran las armas.
Ambas se quedaron admiradas al verme, no es un secreto para nadie que me parecía a mí madre, claro que cuando ella era joven.
–Y usted es?
Señalo la anciana a mi tía.
–Alexandra Ashley del Arza, rango #1 , número de agente #00003, escuadron Elite, miembro fundador de la agencia N.N .
–Por favor siganme, estaremos más cómodas hablando adentro en mi oficina.
El lugar a simple vista parecía y tenía el aroma a hospital, no obstante tenía ciertas cosas que lo hacían lucir como cárcel de máxima seguridad, las puertas eran a prueba de todo, y cuando digo todo, es todo.
Aquí era el lugar donde no solo habían criminales de más alto nivel capturados por la agencia sino también experimentos, personas que tienen ciertos poderes o habilidades especiales.
En el primer piso, donde estamos ahora estaban presos de la agencia, arriba un salón de "recreación y almuerzo", más arriba estaban encerrados los psicópatas encerrados por la agencia, luego una escalera que lleva a un salón secreto, y por último arriba los presos "especiales" y peligrosos para la humanidad.
Apostaba todo porque mi abuelo estaba ahí encerrado.
Habían líneas rojas marcadas en el suelo, como si afuera de esas líneas no fuera seguro caminar .
Al entrar a la oficina de la directora de este establecimiento, la chica que venía con ella se quedó afuera con mi tia,  nos sentamos a discutir como sería el trato que haríamos entre las dos.
–Bien ahora que estamos en privado, a que debo el honor de su visita?
Me observaba tratando de analizarme, para su desgracia no podría hacerlo, mi mirada es impenetrable .
–Venimos a ver a un prisionero.
–Lamento informarle que las visitas no están permitidas para las reos de esta prisión.
Mi mirada se convirtió en lo más fuerte de rabia y odio que pude generar.
–No le estaba preguntando ni pidiendo permiso, dije que vinimos a ver a un interno aquí y es lo que haremos.
–Y si me opongo?
Una sonrisa ampliamente sádica salió de mi boca
–Seria una lastima que muera en este preciso momento.
Se rió descaradamente
–A mi edad no me importa morir.
No me sorprendí pero si haría que cediera de una manera o de otra.
–Es muy linda su nieta, después que su hija fuera asesinada a sangre fría en acción, ella es todo lo que le queda en esta vida no es así? Sería una lastima que muriera por que su querida abuela, se reuso a cumplir una simple orden.
Podría jurar que estaba temblando del susto, tal vez su vida no le importaba, pero la de su única nieta, el único recuerdo de su hija si, agradezco haber leído los informes de todo el personal antes de venir, sabía que serviría de algo.
–Hare lo que me pida, mateme a mi si quiere, pero por favor no le haga daño a mí Hanna, es lo único que tengo.
–Como soy un alma caritativa y humilde, dejaré que su nieta gose de muchos más años de vida, a cambio de todas las visitas a esta persona que yo quiera, y en algún momento en el futuro, hablaremos de la libertad de dicha persona.
Asintió sin más remedio, amaba cuando terminaba doblegando la voluntad de las personas.
–De que persona estamos hablando que desea visitar?
Se levantó para sacar una carpeta llena de archivos.
–Adriel Artur del Arza, más conocido como El Agente Triple A, mi abuelo.
La anciana soltó la carpeta del susto al mencionar el nombre de mi abuelo.
–Señorita, usted no tiene idea de lo peligroso  que es, la matara!
–Como a usted no le importa morir por su nieta, a mí no me importa morir por mi abuelo.
Busco en uno de los archivos más antiguos en una caja fuerte.
–Aqui está el archivo de quién usted desea ver, solo se lo doy para que no digan luego sus familiares que yo no sé lo advertí .
En ese instante me pasó todos los informes de mi abuelo.
Al parecer ella pensaba que al leer esto cambiaría de opinión con respecto a verlo, pero no.
Nada me haría dejar de buscar la verdad, la verdad sobre el.
–Bien, puedo pasar a verlo ahora?
Cuentione luego de haber pasado un buen rato leyendo los informes.
–Usted está loca verdad? Aún quiere pasar a verlo! No vio acaso que tiene más de quinientas muertes de inocentes, todos sus tratos con narcotraficantes, las muertes de agentes N.N! Eso no significa nada para usted?!
–La próxima ofensa a mi abuelo y recibirá la lengua de su nieta en trozos pequeños en una caja, en menos de 1 hora, no me cuestione o... Ya sabe lo que le puede pasar.
–Ahora entiendo que los verdaderos monstruos están afuera, no dentro de estas celdas.
–Apurese anciana que no tengo todo el día.
Tomo una tarjeta magnética del cajón, salimos las dos y mi tía ya se había encargado de traumatizar a la niña, caminamos los cuatros hasta el elevador, pero la anciana le dijo que no podía venir a su nieta, porque "era peligroso".
Esperaba que subieramos de piso al entrar al elevador, pero me lleve la sorpresa que no fue así, preciono una tapa de metal del otro lado del elevador y tocó el botón que nos hacía bajar.
–Si esto es una especie de broma tenga en cuenta que no dudaremos en matarla.
–No es ningun intento de escape, no podíamos tener a El Agente Triple A con los demás reclusos, a estado aislado todos estos años por pedido especial de La Agente Triple A.
Saque el arma de su funda y me puse a jugar con ella
–Aqui la única agente Triple A soy yo, nadie más.
Estoy segura que bajamos como tres o cuatro pisos hasta que el elevador se detuvo y pudimos salir, había un pasillo largo con distintas puertas que parecían vacías, al final de este habían tres camino, el del medio es el que tomamos.
Al estar frente a su puerta sentí una corriente correr por mi cuerpo.
–Ari, tu placa está brillando
Toque mi dije y tenía razón, según la leyenda, solo brilla cuando está cerca de su dueño o un del Arza.
–Es aquí, ambas entrarán?
Negó Alex con la cabeza.
–Solo Ariadna ingresará, es la única persona que puede despues de tanto tiempo ver a mi padre.
Me dió la tarjeta para abrir la celda y se hicieron a un lado.
Sentí una sensación que jamás había experimentado en mi vida, senti miedo, miedo a no ser lo suficientemente perfecta, como para estar en su presencia.
Tomé valor y coloque la tarjeta en la cerradura, pudieron ingresar al lugar que he buscado hasta el cansancio desde que tengo conciencia.
Al ingresar un aire frío me invadió, al abrir los ojos lo ví, perdido en sus pensamientos, encadenado a la pared como un animal, el gran agente que algún día gobernó la agencia... Se había ido, solo quedaron las cenizas, su piel denotaba los años que cargaba y las condiciones que había pasado, su casi inexistente cabello, no le sentaba para nada un traje naranja como el de prision.
Estuve un minuto en silencio hasta que el se dió cuenta de mi presencia, en ese momento le regale una amplia sonrisa, después de 18 años tengo el honor de conocer a mi abuelo.
Se extraño de verme, debe ser un impacto muy grande conocerme, después de todo físicamente me parezco a como era mi madre cuando el fue encerrado.
Cómo señal de respeto lo llamo por su nombre de agente, pero el parece caerle mal que lo haga.
Lo primero que hizo fue ver mi placa brillar, si supiera que la cargo desde el mismo día que nací ... Que ahora es mía.
Sus ojos son iguales a los míos y a los de mi madre, no debe ser lindo para el darse cuenta que somos familia, ser hija de quién soy, me avergüenza.
Me hizo enfadar que pensara que venía a burlarme de el, cuando yo mataría a cualquier persona que tuviera el valor de siquiera hacerle un mal gesto en su presencia .
–Vengo a conocer la verdad
Su cara era como de confusión, tal vez no fui muy clara.
–Que verdad niña?
Odio que me llamen niña, pero por ser el quién es se la dejaré pasar.
–La verdadera historia del verdadero original agente triple A, la historia de que ocurrió antes de que te encerraran aquí.
Me miro como si estuviera contando un chiste cuando hablaba en serio.
–Que te hace creer que te la contaré?
Me quite la placa del cuello susurrando mi nombre completo, lo hice para mostrársela más de cerca.
–Te daré esto si me la cuentas, se cuanto la quieres.
Intento tocarla pero la aleje de el, tenía razón está placa era muy importante para el, por muchos años Alex me inculcó que debía cuidarla con mi vida.
–Pero...primero quiero escuchar la historia
Levanto la mirada y vi sus ojos tan desafiantes como los mios, me parecía en alguna extraña manera estarme viendo en el espejo.
–Ponte cómoda niña que es una historia larga...
Por más que sea mi abuelo no le permitiré que me llame niña ni un solo segundo más.
–Tengo nombre. No me llames niña.
Mi voz sono como enojada y no era la intención
–Haber cual es tu nombre?
Le estrecho la mano con mi mayor intento de seguridad.
–Ariadna Amber del Arza, un gusto conocerte, abuelo.
Trato de seguir los consejos de Alex no mostrar la más mínima pizca de miedo, con el debía ser más fuerte que con todos los demás, si no tenía sentimientos al asesinar mucho menos los tendré frente a el.
–Y que tal el psiquiatrico? Lindo verdad?
La pregunta mas estúpida que pudo pasar por mi cerebro fue la primera que salió de mi boca, soy una idiota.
–Preciosa, es igual de bello que vivir jugando diariamente a ser amigo del enemigo...
Mi sonrisa se borró en ese preciso instante, no dejaria que el jugará con mi mente.
–Quien dijo que estoy jugando?
Lo observé atenta mientras el se encogía de hombros.
–Si no te sintieras tan fuera de lugar donde estás, no me hubieras venido a conocer, ni tomado la molestia de siquiera buscarme, solo para intentar conseguir una muestra de cariño de un extraño al que no le importas en lo absoluto.
Sería mentir si dijera que lo que acaba de decir no me dolió, pero luego de tanto maltrato por parte de mi "familia" ya no me afecta tanto como debería, según Alex con los años fui perdiendo emoción por las cosas.
Me levante del piso rápidamente para no estar a la misma altura y camine por la habitación esquivando su mirada, para que no se diera cuenta que sus palabras me afectaron.
–La verdad duele no es así?
Tome aire suavemente y me volvi a sentar no estaba aqui por mí sino por el.
–No estoy aquí para hablar de mi, sino de ti Adriel.
–Y como esta tu madre?
La pregunta me tomo un poco por sorpresa pero me mantuve firme ante el, trate de no dar mucha información sobre ella, aún no sé que tan "peligroso" puede llegar a ser Adriel.
–Perfecta, como siempre.
Me estaba analizando con la mirada, eso no me molestaba en realidad.
–Cuantos años tienes?
Debería haber sacado las cuentas el mismo en su cabeza con anticipación pero igual le contesté.
–18 años y tu?
Una mini sonrisa salió de el como si recordara algun momento en específico.
–60 años.
Me salió una pequeña risa haciendolo poner con una cara más seria que la normal.
–Estas un poquito viejo...
Tuve la pésima idea de bromear con el.
–Tu madre no te enseño que es malo reírte de los demás? Más aun de las personas adultas?
Mi sonrisa se desvaneció, el asunto de mi crianza es algo que odio hablar, porque no fue Allison quién me crío, sino Alexandra.
–Mi madre siempre me crio para que fuera fuerte y dura, tal como tu le enseñaste a ella.
En ese momento el se quedó callado, como recordando como por cinco minutos, no interrumpi, no tenía porque entrometerme en sus pensamientos.
–Ella sabe que estas aquí?
Me tomo por sorpresa que de la nada volvió a hablar, contesté a su pregunta negando con la cabeza
–Ella ni siquiera sabe que se de tu existencia.
Y si lo sabía me intentaría alejar de lo que es mi vida.
–Y porque te arriesgas a un castigo al venir a verme?
Intente acercar mi mano a la suya pero la alejo.
–Porque yo no creo que tu seas como todos dicen.
Comenzo a reírse suavemente de mi
–Si muchas personas te dicen lo mismo sobre una persona es por algo no crees?
Le demostraria que eso no era así y saque una hoja de periódico de mi traje.
–No creo que seas un psicópata, ni un asesino, no siento que lo seas, tal vez lo hiciste pero para mí eso no importa.
Miro el titular de la noticia, era de la agencia N. N, una nota del diario de hace como 20 años.
"Presunto psicópata líder de una agencia internacional"
–No estaba loco en ese tiempo, eso te lo aseguro.
–Entonces porque le disparaste a mi madre hace veinte años?
Me clavo la mirada y yo se la mantuve sin tituviar ni por un segundo.
–Porque no se lo preguntas a ella?
Me levante porque senti el vibrar de mi celular en el bolsillo y camine hacia la puerta, me sorprendió lo que me dijo cuando estaba por colocar la tarjeta en la puerta.
–Volverás?
Me di la vuelta y le di una sonrisa de boca cerrada.
–Si, volveré pronto, ya nunca más estarás solo, nunca más estaremos lejos uno del otro.
Aunque él no lo supiera, esto era una promesa y no rompo mis promesas.
–La soledad es hermosa, es tu mejor amiga siempre está ahí contigo.
El más que nadie sabía el significado de esa frase y aunque no lo pareciera yo también.
–Se lo que se siente...
Abri la puerta y me despedí de el por hoy.
–Adiós abuelo Adriel, nos vemos mañana.
Le sonreí y el me devolvió la sonrisa, aunque parecía como si le doliera el gesto.
–Hasta mañana Ariadna.
Espere 18 años para escuchar mi nombre salir de sus labios y se sentía tan bien.
Cuando salí Alex estaba sentada en el suelo, podría jurar que ví una lágrima en sus ojos.
–Como está el? Como está mi padre?
–Descuida el esta bien, es fuerte, no a cambiado, eso te lo aseguro.
Mire el celular, 34 llamadas perdidas y 23 mensajes, vaya toda alegría que traía encima fue arruinada por la persona que arruina todos los momentos felices de mi vida, mi madre, Allison, no sé que me sorprende.
Abrí el último mensaje y casi me ahogo.
–Que dice mi hermana?
–Corre! Allison llegará al internado en aproximadamente 30 minutos!
Diablos, maldita sea.
Entre que salimos corriendo del internado sin dar muchas explicaciones, bajar del risco, luego subir en las motos hasta llegar al internado, contabamos con cinco minutos antes que Allison entrará por la puerta de nuestro departamento.
Alex ya sabía cómo actuar en la silla de ruedas, pero yo me debía de cambiar de ropa por cualquier otra, un minuto antes que ella tocara la puerta cambie mi dije para que no se diera cuenta que era la placa.
Su golpe tan suave... Casi me deja sin puerta.
Al abrir la puerta su cara de furia y rabia me hizo dar risa y no me pude contener.
–Muy bonito tu juego Ariadna, tienes 5 minutos para empacar todo, nos vamos.
–Jajaja de verdad pensaste que vendrías hasta aquí y me darías órdenes? Estás muy equivocada, de aquí no me voy.
Me intento pegar y la detuve clavando mis uñas en su piel.
–A mi no me pones la mano encima, tú no eres nadie para venir a intentar hacerlo.
Estaba tan histérica que para Adriel este acto hubiera sido muy divertido.
–Soy tu madre!
–Ahi te equivocas, madre es la que cría no la que engendra, si tuviera que rendir cuentas a alguien de último caso, lo haría con Alex, para mí ella fue mi madre todos estos años, tú no eres nadie!
Allison por primera vez en su vida me miro a los ojos y lágrimas bajaban por sus mejillas, tomo valor y salió por la puerta sin decir más.
–Y ni un hola me dijo mi querida hermana.
Alex estaba en la planta alta sentada en la silla de rueda.
–No te preocupes, volverá.
–Como estás tan segura?
–Porque ella, no me dejará ser feliz tan fácil...
Tome mi mochila y saque mis armas para el entrenamiento de hoy, espero que el entrenador de este lugar este a la altura de un del Arza, sería una lastima dejarlo en ridículo el primer día de clases.

Nota de Autor: Por lo visto Allison perdió por completo el control de Ariadna o no? Ari abra hecho lo correcto en ver a su abuelo? Que esconden de secretos ese psiquiátrico? Adriel está loco?
Son tantas preguntas... Que no podré esperar hasta el viernes, nos estaremos viendo el miércoles ❤️

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