El Agente Triple A

CAPÍTULO 2 (ADRIEL)

Narra Adriel del Arza

En la noche no podía dormir, los recuerdos volvían a mi mente en torbellino, es increíble cómo una persona tan insignificante puede hacer revivir momentos del pasado.
Lo que pude apreciar de ella es que a sufrido mucho, como yo, pero estoy seguro que su infancia debió haber sido mejor que la mía.
Aún recuerdo los videos que me mostraba mamá y papá de cómo crecí.
De las pocas veces al menos que ellos estaban a mi lado, eran tan particularmente buenos padres que el día de mi nacimiento, en el momento mismo que nací me dejaron botado a mi suerte en el hospital y se fueron a una misión, vaya padres que me tocaron..
Era su hijo, un hijo está primero antes que todas las cosas, pero para ellos estaba antes la agencia.
Papá trabajaba con los del Conde en el distrito 1 y mamá en el distrito 13.
Y yo? Vivía en el distrito 1 con papá, si se podía decir así a vivir con alguien que solo te veía una vez por semana unos cinco minutos.
Tuve en toda mi niñez agentes elite cuidándome las 24 horas en el lugar que debían estar mis padres.
Mamá tenía un video de como fueron mis primeros pasos, mis primeras palabras.
Aún puedo recordar como en el video mi padre me gritaba para que caminara correctamente y como me entrenaban para que en vez de decir "mamá o papá" dijera "del Arza", a ellos lo único que le importaba era eso, nuestro apellido, eso mismo le inculque a mis hijos y por lo visto con esa chica, también a mis nietos llego el lema de ser un del Arza.
Pase los primeros dos años de mi vida siendo ignorado por mis padres hasta que ellos tuvieron otro hijo, no cuidaban ni a uno y encima se ponían a tener otro, aunque yo era el primogénito, el heredero de todo, no les impidio humillarme por completo ante el como si les diera gusto hacerme burla.
En el nacimiento de esa escoria llamado "hermano" quien yo esperaba que fuera una mujer así no tener porque odiarlo, pero para mi desgracia como todo en mi corta vida hasta en ese momento,fue hombre.
Ese día ellos se quedaron con el, no hubo misiones, ni nada que los separara de su presiado hijo según mi mamá cuando yo lo vi por primera vez dije
–Lo podemos devolver?
Con dos años ya le tenia odio.
Con sesenta años aún le tengo odio.
Ahora pienso que si el no hubiera nacido yo en este momento estaría siendo el líder de la agencia N.N, podría estar en mi oficina central gobernando todas las sedes de los distritos, pero no, gracias a mi hija estoy en una cárcel encerrado como un maldito animal.
Desde que lo vi a mi hermano por primera vez me parecía un bicho asqueroso al que debía aplastar.
A diferencia de mi, el tuvo el cariño de mi madre al menos, ya que el se fue a vivir con ella al distrito 13.
Cuando tenía tres años empecé mi entrenamiento como agente especial élite.
Tuve entrenamiento tanto del ejército como de agente, sin contar con el entrenamiento psicológico y educativo que recibía de los mejores especialistas del distrito y del mundo entero, era un niño super dotado tenía un coeficiente intelectual demaciado alto incluso.
Aún recuerdo cuando tenía cinco años y mi estúpido hermano dijo mi nombre por primera vez arruinando aún más mi vida, el escuincle aún no hablaba hasta antes de eso, justo sus primeras palabras debía ser para fundirme.
Estábamos jugando los dos solos, el como todo niño come tierra de su edad en una caja de arena, yo ya no estaba para esas tonterías, en su lugar me encontraba en el pasamanos haciendo ejercicio.
Según el rumon de los agentes que nos cuidaban yo tome a Henrik y lo intente asfixiar en la arena.
No tengo recuerdos claros de eso pero debió haber sido bueno.
Luego de eso nos separaron y no nos volvieron a juntar hasta que el fue un poco más grande, yo me quedé en el distrito 1 ya que ahí era el centro de la agencia y a Henrik lo mandaron al distrito 13 por tiempo indefinido.
Yo recibí un castigo por haberlo casi matado, en mi defensa era un niño inocente que no sabía que podia matarlo al enterrar su cara en la arena...
Papá para darme una lección me encerró en el atico donde habían toda clase de cosas horribles entre ellas arañas y bichos asquerosos.
Pase ahí una semana entera donde solo me traían un pedazo de pan y agua diariamente si es que se acordaban de mi existencia.
Tenía un amigo en aquel entonces llamado Connor, el fue quien me pasaba comida, más específicamente, dulces a escondidas...
Siendo mi padre un sujeto sin corazón alguno, no se refería a mi como "Adriel" ni siquiera "Artur" o hijo sino por mi nombre clave "Triple A".
Y mi mejor amigo se acostumbro a llamarme así, el era hijo de un amigo de la familia.
Solía pasarse en árboles o pasamanos, le gustaba la tiroleza, la altura en sí, es por eso que el venía a verme escabullendose por el techo, era un niño raro.
–Triple A estas solo?
Susurraba desde el techo
–Que te parece idiota!
Sacaba una madera de arriba y pasaba a charlar un rato conmigo
Comíamos dulces de gomitas juntos.
–Me gusta tu apodo es divertido.
Hacia referencia a mi nombre de agente
–Tu nombre sería C?
Nego con la cabeza
–Es aburrido y yo no soy aburrido.
Lo pensé por un momento y se me ocurrió un nombre divertido y misterioso para el, considerando sus locuras.
–El Cóndor, que te parece?
Lo pensó por un segundo mientras comía unas moras de gomitas.
–Me gusta va con mi personalidad muy bien
Una sonrisa se posa en mis labios en este momento al recordar como el se volvió mi único y verdadero amigo.
De regreso a la realidad, mire por la pequeña ventana que estaba cerca del techo pero me permitia calcular que hora era en ese momento.
Se veía la luna por el proyector con la  oscuridad reflejadas en mis paredes acolchonadas, hace años ya que me tienen encerrado aquí pedí que me dejaran ver la luz de la luna y me pusieron un lente proyector en el techo del edificio que me dejaba ver el cielo todas las noches.
Tome aire por un momento, me encantaba la noche, era mi especialidad.
En mi niñez me fugue de la mansión tantas veces de noche que me volví maestro en el arte del sijilo.
Un guardia toca mi puerta, lo que me saca por completo de mis pensamientos y me obliga a levantarme un poco del suelo.
–Adriel Artur del Arza tiene visitas!
Visitas a las tres de la mañana, esto es nuevo, dos visitas en un solo día eso es mucho para mi gusto.
Una mujer con cabello castaño medio rubio entra a mi humilde habitación, llevaba unas botas con tacon que le llegaba hasta casi la rodilla, una camisa blanca, un saco y una pollera negra.
No me sorprende verla aquí, se perfectamente lo que quiere y no se lo daré, no es que me interese, solo quiero molestarla, quiero que verla implorar piedad por su vida o la de su hija, lo que le duela más.
En su cuello carga una placa falsa, sus ojos color miel me enfrentan queriéndome matar con la mirada, sus labios son un rosa suave tan tenue que pareciera natural.
Nos quedamos viendo por un momento bastante largo.
–Y bien que hace aquí ex agente triple A? Hace veinte años que no me brinda el honor de su visita a mi humilde morada.
Ella levantó la ceja y me miró seria alzando el mentón, es tan del Arza, que da asco.
–Sabes porque vine hasta aquí, no te hagas el tonto.
Una pequeña sonrisa de boca cerrada le di antes de hacerle perder los estribos
–Muy bonita te salio la niña, claro que no me esperaba menos siendo tu hija.
Su mirada no se aparto de mi
–Quiero que la próxima vez que ella venga no le dirijas la palabra, si puedes correrla, hazlo, pero la quiero lo más lejos de ti posible.
Me le reí descaradamente
–Que... Piensas que yo la puedo corromper? Que puedo romper a la niña perfecta que quisiste crear todos estos años?
Podía ver la furia en su rostro
–Ariadna no tiene nada que ver contigo Adriel, ella no es nada tuyo.
Negué levemente con la cabeza
–Te equivocas en ese punto, ella es mi nieta y aunque te duela en el alma yo soy tu padre y tu muy dentro de tu alma lo sabes!
Bajo la mirada un poco
–Solo te pido como madre que no le hagas daño, a ella no.
Lágrimas se acumulaban en sus ojos
–Te prohíbo que llores frente a mi, sabes que lo odio!
Una lagrima bajo por su mejilla
–Ariadna es mi hija, tu sabes lo que es ser padre, queremos lo mejor para nuestros hijos.
–Conocer a su abuelo no tiene nada de malo, que tu le allas creado otra realidad no es mi problema, ella sabrá la verdad.
Se acercó a mi
–Si le dices la verdad te mato!
Reírme de ella era una de mis cosas favoritas
–Ay niña esa amenaza sin fuerza alguna me tiene sin cuidado, tu no me matarás, sabes porque?
Ella nego con la cabeza
–Porque tu aunque allas jurado mil veces que me odias no puedes hacerlo! Porque tu tienes parte de mi! Eres como yo en el interior! Y esa oscuridad también la tiene Ariadna!
Abrió su boca para decir algo pero no le salían las palabras
–Tu y todo el mundo me considera un psicópata, eso es lo que te preocupa verdad? Que Ariadna pueda tener mi locura? Si no te diste cuenta ella tiene la misma mirada de diversión que tengo.
Jugar con ella y sus emociones me encanta.
–Ari no tiene nada de ti, ella nunca será una agente! Nunca seguirá tus pasos! Porque la agencia ya no existe!
Un concurso de miradas entre los dos se armo
–Eso crees tu, pero si no lo fuera como es posible que ella se allá enterado de mi existencia, dime.
La vi pensándolo por un momento hasta que cayó en cuenta que tenía razón.
–Querida hija saliste tan a mi hermano, eres tan ingenua.
Sus ojos se llenaron de lagrimas
–No menciones a mi padre!
Fingí una carita triste
–Lo siento pequeña, se me olvidaba que tu "padre" lleva como veinte años en coma.
Se contenía para no llorar
–Por tu culpa!
Sonreí al punto que salieron mis oyuelos
–O la tuya?
Sus labios temblaban, no me podía pelear
–No dejaré que Ariadna venga a verte
Se dio vuelta para irse enojada pero hable antes que ella se fuera
–Ella igual vendrá por mi y eso no lo puedes evitar. No puedes impedir el llamado de la sangre.
Salio por la puerta y antes que el guardia la cerrará, eleve mi voz para despedirla
–Adiós A...

Nota de Autor: Me da pena Adriel, aunque todos lo odien yo lo amo, tuvo una vida de mierda y por eso es como es, pero nadie le quita su brillo...
Allison de verdad te importa Ariadna? O es acaso que solo le tienes miedo a tenerla en tu contra?
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