Marcas

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—Paso suficiente tiempo tratando con personas como para  aceptar una tontería de ese tipo, sabes que no me agrada socializar...— parloteaba Danny haciendo sus clásicos ademanes con las manos mientras el moreno lo escuchaba mirando el camino y sujetando el volante entre sus manos.

Steve se limitó a asentir, no tenía ninguna clase de objeción hacia el supuesto odio que su querido rubio presuntamente sentía hacia las personas en general, y se preguntaba cómo es posible que alguien a quien no le agrada la gente, termine por convertirse en policía. Aún algo sumido en sus pensamientos, el capitán de fragata desvió por unos segundos la mirada hacia el rubio, quien seguía hablando sin parar acerca de por qué no quiere ser el nuevo líder de manzana, el Seal observó entonces detalles que esta mañana antes de salir de casa no había notado: marcas en el cuello de su novio.

Por supuesto que sabe cómo es que sucedió eso, el problema es que si el detective ya mencionado se da cuenta de las visibles marcas de tonos casi violáceos... Si llega a darse cuenta bajo cualquier circunstancia Steve va a morir, y no será una muerte rápida, oh, de eso está más que seguro... Además, no se trataba de una sola, había al menos tres en su cuello y un par en su hombro derecho (estas últimas no se veían gracias a la camisa, pero seguro que estaban ahí), algunas parecían realizadas por alguna clase de criatura salvaje.

Eres un animal...

Casi podía escuchar los reclamos del sargento en su mente y, sólo le quedaba esperar que a nadie se le ocurriera mencionarlo llegando al cuartel, no es mucho pedir ¿O si?

Una vez dentro, debían atender el caso que tenían, no era demasiado complicado, y eso era algo malo ya que tanto los primos como Lou, seguían a Danny con la mirada, y se hacía obvio que pensaban en si hacer o no algún comentario.

—¿Qué?— cuestionó Danny cuando atrapó a sus cuatro compañeros mirándolo fijamente —¿Tengo algo en la cara o qué?—

— . . . — Chin miró a Steve, quien por supuesto sintió la mirada pero no volteó, no deseaba dar explicaciones.

—No...— le respondió Kono, con esa brillante sonrisa que tiene cada vez que piensa que sus jefes van a besarse, es obvio que el rubio no se ha dado cuenta de las marcas en su cuello —Es sólo que...— dudó, tal vez McGarrett la mate por esto, así que lo que está a punto de hacer tiene que valer la pena —¿Has pensado en usar corbata de nuevo?—

—... ¿Qué? ...— tanto que todos los lugareños estuvieron molestando con el asunto de sus corbatas, para que la misma chica le dijera que volviera a usarlas... El rubio empezaba a sentirse incómodo, en especial por que su novio se quedó callado y volvió su atención al caso, de la misma forma en que Lou lo hizo, lo peor es la manera en que ambos primos lo estaban mirando.

—Y... ¿Cuál es la dirección?— interrumpió Kelly, retomando el tema que tenían antes de que Danny se sintiera tan observado.

Todos volvieron al caso, y disimuladamente, para que nadie se diera cuenta, el detective se escabulló para ir al baño, donde una vez llegó, se acercó al espejo, preguntándose qué diablos tenía encima para que lo miraran de esa forma.

Esperaba que el idiota de su novio no le haya pegado alguna calcomanía en el trasero de nuevo, y menos aún un letrero de "spank me" como hizo cuando tenían poco de conocerse.

Llevó su mano izquierda a la superficie del lavabo para sostenerse mientras se inclinaba ligeramente hacia el cristal. La buena iluminación del lugar le permitió ver bien cada detalle de su apariencia, aún mejor que el espejo en la casa de Steve, frente al cual se había cepillado los dientes y peinado hace apenas una hora. Lo que al principio pensó que era un error por el juego de sombras en su piel, resultó ser una gran marca como si de una mordida se tratara, y es que de hecho eso es lo que era... Claro, eso explica por qué el marine se había quedado callado cuando les preguntó por qué demonios lo miraban tanto, maldita sea, estaba seguro de que ahora todos lo molestaría por eso, pero seguro encontrará una manera de vengarse de Steve, oh, de eso estaba seguro, una muy creativa manera.

Cuando estuvo de regreso en la sala principal, se encontró solo con Chin, quien lo puso al día y le explicó que Kono y Steve habían ido a hablar con la esposa de la víctima (claro, Steve no es idiota para quedarse y morir), y que Lou estaba en el laboratorio por los resultados del toxicológico.

—¿Y qué tal tu fin de semana?— preguntó el isleño una vez que acabaron con lo que se les había encargado.

—Creo que estoy a punto de ir a la cárcel por asesinato...— respondió el rubio que seguía de mal humor por lo que el animal que tiene como novio le había hecho.

—¿Te parece acaso que soy una especie de vaca o ganado para que me marques, animal?— preguntó el rubio con desesperación, sin tener idea de que llevaba más de media hora hablando sin parar, recriminándole a su novio por las marcas en su piel que le había hecho apenas la noche anterior —Tardarán días en desaparecer pero no te importa ¿Verdad?—

Steve solamente escuchaba en silencio, algo tenso, lo bastante para que si el volante fuera el cuello de alguna persona, pudiera sofocarlo, Danny llevaba hablando desde que salieron de la oficina o incluso desde antes, ya no estaba seguro. Cuando por fin el haole se quedó en silencio más de cinco segundos, Steve lo miró —¿Ya puedo hablar?—

Danny lo fulminó con la mirada —Adelante— se militó a responder

—Tu me pediste que lo hiciera—

—¡Estás loco animal! Yo no te habría pedido algo asi—

—Recuerda... ¿O prefieres que yo te cuente?— ofreció el Seal ganándose otra mirada asesina de su acompañante, quien se quedó en silencio unos instantes mirando por la ventana.

*Flashback*

Sentía un mar de placer invadirlo cada vez que el más alto acestaba en su interior con fuerza y justo ahora a su mente vino la comparación con animales en celo. Claro que eso poco le importaba en este momento, quería sentir más, su novio lo había rodeado con sus brazos y el tenía las piernas alrededor de la cintura ajena, Steve hundió su rostro en el cuello del policía, respirando su perfume suave y maderoso que a pesar del sudor ocasionado por la actividad, encontraba muy adictivo.

—...Danny...— llamó el moreno en un tono que le hacía al haole creer que bastaría para hacerlo correrse sin ninguna otra estimulación, eso además de la sensación de su novio ingresando profundamente una y otra vez... Le estaba haciendo perder el juicio, estaba seguro de eso y tal vez era lo único que podría asegurar justo ahora.

Acarició con su mano la espalda del marine (juraría hasta la muerte que no lo arañó) —¡Ah, Steve!— casi gritó cuando su pareja lo embistió con más fuerza, no se estaba oyendo a sí mismo pero el castaño sí lo escuchaba —Si quieres puedes morderme... Un poco...— dijo el detective entre gemidos, y su amado no lo pensó dos veces antes de hundir un poco sus dientes en la delicada y blanca piel de su novio, atrapando con algo de fuerza en repetidas ocasiones.

*Fin del flashback*

—. . .— Danny estaba tan sonrojado que era obvio en qué estaba pensando.

—¿Ya lo recuerdas, Danno?— cuestionó McGarrett mientras aparcaba en el estacionamiento de su casa.

—¡Te dije un poco, no que me arranques mi piel! ¡Maldito neandertal!— reclamó desabrochando su cinturón antes de bajar del Camaro.

Oneshot McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora