Nevada

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La habitación continuaba cálida, los inviernos nunca habían sido realmente fríos en Hawaii, así que Williams estaba realmente sorprendido de este cambio, había empezado con temperaturas más bajas de lo usual, y afortunadamente, la gran casa de madera ayudaba a mantener el calor.

Eran cerca de las siete treinta de la mañana y los dos aún estaban dormidos bajo una esponjosa, suave y algo pesada capa de cobertores; hacía casi dos horas que Steve se había movido abrazando a Danny quien no se quejó de calor esta vez, y ahora ambos descansaban tranquilamente sin preocuparse por el helado clima de afuera. Un celular sonó, haciendo que los dos hombres casi saltaran de la cama, era el móvil de Danny, quien respondió aún adormilado.

—Dime que es un caso urgente o colgaré— amenazó cuando vio que era una llamada de Kono, era injusto despertar a alguien un sábado por la mañana con este frío en especial.

—¿No te has levantado? ¿Qué tal estuvo la noche?— se burló la isleña, sacando también una sonrisa del detective.

—De hecho bastante bien, querida...— admitió mirando de reojo al comandante, quien se había reacomodado, dándole la espalda y ahora dormía otra vez —Ahora dime a qué se debe el servicio de despertador—

—Está nevando, Danny, imagino que no te has dado cuenta— explicó la chica, que al otro lado de la línea estaba tomando café junto con su esposo.

El rubio se levantó de la cama y corrió un poco la cortina con sus dedos, observando el patio trasero cubierto de color blanco —Wow...—

—¿Se parece a Jersey?—

—Se acerca, aunque allá no invaden las piñas, querida—

—Ya, ya, luego te llamo—

—Ok, bye—

Alguno de los dos cortó la línea y el detective se quedó unos instantes mirando el lindo paisaje nevado de Hawaii.

—El trato era quedarme contigo en la cama... ¿A qué te suena el "contigo"?— reclamó el Seal desde la cama, haciendo que Danny se sobresaltara un poco, ya que lo creía dormido.

—Steve... Ven, mira, está nevando...—

—Debes estar soñando otra vez, cariño—

El haole se quedó callado, empezaba a creer que Steve es una especie de oso, duerme más cuando hace frío, mucho más, y ahora tenía por delante el trabajo de sacarlo de la cama, cosa en la que siempre terminaba fallando y siendo arrastrado a las mantas y no precisamente para dormir.

Y pensar que esto sólo es gracias al calentamiento global...

Oneshot McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora