Fortuna

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—Esto de alguna manera no está bien ¿Tú estás de acuerdo Grace? ¿Te gusta la comida china?— dijo Danny, quien de nuevo no podía quedarse sin emitir quejas al respecto.

La pequeña asintió con la cabeza sin que algo pudiera evitar que se sintiera feliz de poder pasar la tarde con su Danno y el tío Steve.

El comandante extendió la mano haciendo un pequeño ademán haciendo énfasis en el hecho de que su pequeña sobrina está contenta por la elección del lugar —¿Lo ves? Eres el único que tiene problemas al respecto... Además a ti te gusta la comida china, seguido venimos aquí en el trabajo...—

—Así es, por que tu siempre eliges lo que vamos a almorzar...— replicó el rubio y luego miró a su pequeña —Es que tú tío es un controlador...— le dijo como si de un secreto se tratara, y la niña sonrió divertida, debería cobrar a los presentes por ver pelear a estos dos, pero estaba segura que a ninguno le encantaría escuchar aquella idea.

La cena transcurrió con una que otra discusión sin importancia y cuando acabaron, de nuevo otra por que el isleño pagó la cuenta —Ya le había prometido a Grace traerla a cenar ¿Verdad?— argumentó el capitán de fragata mirando a su pequeña grumete, quien asintió con una sonrisa que contagió a Danny y a Steve.

La mesera, una linda chica de finos rasgos orientales, dejó en la mesa tres galletas de la fortuna y les deseó feliz noche antes de retirarse, cada quien tomó una galleta pero no la abrieron hasta llegar al Camaro,que esta vez milagrosamente Danny iba conduciendo.

El isleño abrió la envoltura de su galleta, encontrándose con una lectura algo rara:

"Han dicho demasiado, pero no lo que deberían. Cuando acepten sus sentimientos, su vida cambiará para bien"

El hombre se encogió de hombros y guardo el papel y la envoltura en el bolsillo de su pantalón antes de comer la galleta, sin darle mucha importancia a la extraña frase, Grace saltó del asiento trasero, se notaba emocionada por que su papel decía que tendría algo que deseaba desde hace un tiempo.

El camino terminó y ambos caballeros se despidieron de la pequeña cuando la dejaron en la puerta de casa de Stand, con su madre.

Una vez en el domicilio del oficial de la marina, éste le ofreció una cerveza a su mejor amigo, sabía que este fin de semana no podría quedarse con Grace ya que Rachel y Stand tenían un compromiso y debían dar esa imagen de familia perfecta, pero Steve sinceramente no gustaba de ver a su amigo desanimado, haría lo que sea por su querido amigo, excepto aceptar el hecho de que lo ama en secreto, por simple temor al rechazo (aunque suene tonto). Se sentaron a beber su cerveza en la sala mientras veían una película de acción haciendo eventuales comentarios sobre los efectos especiales de la película que no eran nada similar a lo real "Lo sé por que ya he visto como explota una granada, gracias a ti" había dicho Danny, y McGarrett estaba a punto de replicar algo cuando escuchó el crujido suave de la envoltura de la galleta que Danny estaba abriendo, lo vio quedarse unos segundos leyendo la fortuna y luego dejarla sobre la mesita para comer su galleta. El marine no hizo preguntas por que no le dio importancia, así que ambos ignoraron el hecho de que ambas fortunas decían exactamente lo mismo.

Sin darse cuenta se quedaron dormidos en el sofá, el sol salió el sábado por la mañana, haciendo que Steve se despertara, a eso de las seis de la mañana, pero lo que vio podría matar a alguien de un infarto...

Abrió los ojos despacio, acostumbrándose a la luz matutina que casi les pegaba a ambos en la cara, sintió al lado (casi debajo suyo) el calor de otra persona y de inmediato asumió que se trataba de Danny "Qué raro, no recuerdo que hayamos dormido en esta posición" pensó distraído ya que recordaba que el más bajito se había recargado sobre el para dormir y ahora estaban exactamente al revés. No podía negarse a sí mismo que amaba ver dormir al rubio, así que levantó la mirada y se encontró con un hombre alto, moreno, tatuado, cabello castaño y rizado... El comandante dio un salto y se cayó del sofá al percatarse de que se estaba viendo a sí mismo

—¡¿Pero qué es esto?!— gritó en un intento por no desmayarse del susto, que sólo aumentó al escucharse con la voz de Danny, lo que le hizo dar una mirada al cuerpo que ahora habitaba (por así decirlo), miró sus manos, su pecho debajo de esa camisa desordenada y casi grita de nuevo al poner las manos sobre su cremallera "Esto no es mío", le dijo una voz al fondo de su mente y en otras circunstancias seguro que la curiosidad habría ganado para dar una mirada a lo que hay ahí dentro.

—¡Danny!— gritó intentando hacer reaccionar a su amigo que en este caso debería ser quien tiene enfrente, y vaya si todo esto parecía ser un sueño, un muy mal sueño...

Oneshot McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora