[10]

135 11 5
                                    

[ 10 ]

Odio mentir. Siempre lo he detestado, aunque debo de admitir que en ocasiones es inevitable hacerlo. ¿No? Es parte de nuestra propia naturaleza humana, y como bien dice Gregory House "everybody lies", y claramente yo no soy la excepción a la regla.

Por supuesto que, a diferencia de mí, a Louis le iba de maravilla con todo ese sistema de la relación falsa entre Harry y yo. Según sus propias palabras, las cosas con Eleanor iban geniales, y por fin podía vivir tranquilamente, libre de los constantes interrogatorios de su novia, volviendo a ser la pareja de enamorados que siempre habían sido.

Y ya iban cuatro semanas de eso, por lo cual Eleanor ya se sentía más en confianza con mi presencia, de modo que eran mucho más frecuentes sus visitas al departamento, por lo cual todavía me veía obligada a entrelazar manos con Harry, llamarlo con sobrenombres como "amor" y mostrarme lo más melosa posible con él.

No funcionaba, al menos para mí no. Pero tenía que hacerlo durante al menos unos días más, o eso era lo que Louis me decía cada vez que le preguntaba cuándo acabaría nuestra absurda farsa.

"Aún no es tiempo, Lucie. Solo serán unos días más, necesito que vea que te importa Harry o suficiente como para que se olvide de que nosotros alguna vez podremos gustarnos."

(...)

Viernes por la tarde. Regresaba de una agotadora reunión de la radio, donde habíamos pasado horas preparando el programa especial del día lunes, donde tendría que entrevistar a la autora de una saga romántica que últimamente traía locas a todas las mujeres. Básicamente nos habíamos reunido a seleccionar las preguntas que le realizaría y las que no, fijar la hora de partida, la duración y un montón de detalles aburridos que pautarían mi trabajo de esa noche.

Estaba cansada, y si a eso le sumaba lo poco y nada había podido dormir la noche anterior, junto con el montón de horas encerrada en un cuarto con mi jefe y su par de asistentes que hablaban sin parar, mi humor resultaba ser absolutamente horrible. En resumen: lo único que quería hacer era llegar al departamento, sacarme los zapatos y el brasier, ponerme pijama, colocar The Vampire Diaries y pasar mi tarde solamente con Damon y Stefan.

Sin embargo, una vez que me dispuse a entrar al penthouse, quien me recibió no fue ninguno de los apuestos vampiros de la televisión, sino que en realidad resultó ser Harry.

–¡Amor! –me saludó, abrazándome.

"Mierda."

Me había llamado amor, lo que solo podía significar una sola cosa.

–Por favor dime que no está aquí... –murmuré mientras aún permanecíamos abrazados.

–Lo siento, princesa –me respondió en un susurro antes de soltarme–. ¿Cómo te fue?, ¿Qué tal estuvo tu reunión? –preguntó, volviendo a alzar la voz y haciéndose a un lado para dejarme entrar.

–Horrible, aburrido –respondí, rodando los ojos mientras nos dirigíamos al living, donde nos esperaban Louis y Eleanor.

–Lamento escuchar eso, princesa –dijo Louis, esbozándome una sonrisa de consuelo.

–Ajá... –no estaba de buen humor para fingir, y presentía que esa tarde acabaría enojándome con él si me quedaba ahí con ellos. Suficiente había sido tener que tolerar a mi jefe como para tener que llegar ahí a soportarlos a ellos–. Hola, Eleanor.

–Hola, Lucie –me sonrió la castaña desde su lugar–. Hey, acabamos de ordenar sushi, de seguro que alcanzará para cuatro. ¿Por qué no se quedan con nosotros a comer? Además, Harry dijo que tenía algo muy importante que decirte –una de sus cejas se alzó con este último comentario.

F1reproof » Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora